19 Abril 2013
Los romanos entendieron rápidamente que estos eran fundamentales para mantener no sólo la comunicación, sino para llegar a sus territorios conquistados y fortalecer el imperio. La expresión "Todos los caminos conducen a Roma" no era precisamente una metáfora. Se estima de alrededor de 400 vías, con más de 70.000 kilómetros de longitud, unían la capital con las zonas más alejadas del imperio. En América, los incas fueron partidarios del mismo concepto y los caminos fueron fundamentales para extender su poderío. En los tiempos modernos, muchas naciones han seguido la tradición caminera, conscientes de su importancia no sólo en la comunicación, sino también en lo económico y en lo turístico.
En Tucumán, las redes primarias y secundarias de caminos que están bajo la órbita de la Provincia abarcan alrededor de 2.400 kilómetros, de los cuales sólo 1.200 están pavimentados, según informa la Dirección Provincial de Vialidad (DPV). La falta de mantenimiento acentúa el deterioro de la red. En nuestra edición de ayer dedicamos un amplio espacio a algunas rutas olvidadas (306, 321, 302, 304 y 305) que están plagadas de baches, tierra y barro, o poseen un pavimento viejo. Las principales víctimas son quienes viven en sus adyacencias.
"Estamos doblemente aislados. Por un lado, la ruta 306 está en pésimas condiciones. Por el otro, la comuna no se hace cargo de los caminos que van hasta las casas de los vecinos", dijo un vecino. A una mujer de 82 años que debe someterse a diálisis, cuando el camino está intransitable, sus familiares la llevan en sulky y acercarla hasta donde las ambulancias logren llegar. "Pero ahora está tan mal de las piernas que ni al sulky puede subir", relató su marido.
El responsable de la DPV dijo que durante muchos años las redes primarias y secundarias de caminos no recibieron mantenimiento y que no es fácil conseguir los fondos para hacerlo. Anunció que comenzarán a trabajar a mediados de mayo en la ruta 304 que nace en Alderetes y termina en el límite con la provincia de Salta; su extensión es de 90 kilómetros aproximadamente. Los trabajos, que cuentan con financiación del Banco Mundial, durarían 24 meses. El funcionario afirmó que en la recuperación de las carreteras se dio prioridad a las que son accesos al Gran San Miguel de Tucumán, como la 314 (Diagonal a Tafí Viejo), la 301 (San Pablo-El Manantial) y la 302 (Banda del Río Salí). "Sabemos que hay muchas otras que necesitan obras. Por eso, estamos gestionando el financiamiento para hacerlas. Pero son procesos lentos", dijo.
Otra ruta que aguarda que algún gobernante se acuerde de ella es la 307, entre El Infiernillo y Amaicha del Valle. Ese tramo está muy deteriorado y desde hace siete años sólo hay promesas de reparación. La situación no sólo perjudica en todo sentido a los amaicheños, sino también a Colalao del Valle y a Santa María de Catamarca, que vive comercialmente de Tucumán.
No se entiende por qué el Gobierno no dedica un presupuesto importante para mantenimiento de la red vial. ¿Cómo harán, por ejemplo, en Córdoba o Salta, que se caracterizan por tener caminos en buen estado? ¿Cómo habrán hecho los romanos y los incas, sin los adelantos tecnológicos actuales, para construir un nostable sistema caminero? Si el interés de las autoridades es promover la buena comunicación entre los tucumanos y el turismo, difícilmente se logre ese objetivo con rutas en mal estado.
En Tucumán, las redes primarias y secundarias de caminos que están bajo la órbita de la Provincia abarcan alrededor de 2.400 kilómetros, de los cuales sólo 1.200 están pavimentados, según informa la Dirección Provincial de Vialidad (DPV). La falta de mantenimiento acentúa el deterioro de la red. En nuestra edición de ayer dedicamos un amplio espacio a algunas rutas olvidadas (306, 321, 302, 304 y 305) que están plagadas de baches, tierra y barro, o poseen un pavimento viejo. Las principales víctimas son quienes viven en sus adyacencias.
"Estamos doblemente aislados. Por un lado, la ruta 306 está en pésimas condiciones. Por el otro, la comuna no se hace cargo de los caminos que van hasta las casas de los vecinos", dijo un vecino. A una mujer de 82 años que debe someterse a diálisis, cuando el camino está intransitable, sus familiares la llevan en sulky y acercarla hasta donde las ambulancias logren llegar. "Pero ahora está tan mal de las piernas que ni al sulky puede subir", relató su marido.
El responsable de la DPV dijo que durante muchos años las redes primarias y secundarias de caminos no recibieron mantenimiento y que no es fácil conseguir los fondos para hacerlo. Anunció que comenzarán a trabajar a mediados de mayo en la ruta 304 que nace en Alderetes y termina en el límite con la provincia de Salta; su extensión es de 90 kilómetros aproximadamente. Los trabajos, que cuentan con financiación del Banco Mundial, durarían 24 meses. El funcionario afirmó que en la recuperación de las carreteras se dio prioridad a las que son accesos al Gran San Miguel de Tucumán, como la 314 (Diagonal a Tafí Viejo), la 301 (San Pablo-El Manantial) y la 302 (Banda del Río Salí). "Sabemos que hay muchas otras que necesitan obras. Por eso, estamos gestionando el financiamiento para hacerlas. Pero son procesos lentos", dijo.
Otra ruta que aguarda que algún gobernante se acuerde de ella es la 307, entre El Infiernillo y Amaicha del Valle. Ese tramo está muy deteriorado y desde hace siete años sólo hay promesas de reparación. La situación no sólo perjudica en todo sentido a los amaicheños, sino también a Colalao del Valle y a Santa María de Catamarca, que vive comercialmente de Tucumán.
No se entiende por qué el Gobierno no dedica un presupuesto importante para mantenimiento de la red vial. ¿Cómo harán, por ejemplo, en Córdoba o Salta, que se caracterizan por tener caminos en buen estado? ¿Cómo habrán hecho los romanos y los incas, sin los adelantos tecnológicos actuales, para construir un nostable sistema caminero? Si el interés de las autoridades es promover la buena comunicación entre los tucumanos y el turismo, difícilmente se logre ese objetivo con rutas en mal estado.