18 Abril 2013
Oscar Conte esperó 30 años para poder contar el padecimiento que vivió desde que fue secuestrado y llevado por la fuerza a la Jefatura de Policía y luego al Arsenal Miguel de Azcuénaga. Ahora, cuando finalmente llegó el momento de sentarse frente a un tribunal para decir su versión de los hechos, tuvo que seguir esperando.
La semana pasada, la defensora oficial, Vanessa Lucero, pidió que se reprograme al testigo ya que Marcelo Omar Godoy no se encontraba presente y el testimonio de Conte podría involucrarlo. Conte esperó nueve horas hasta que finalmente le dijeron que no declararía ese día. Esta mañana volvió a suceder.
"Con estas dilaciones, están revictimizando al testigo", consideraron miembros de asociaciones defensoras de los derechos humanos.
Conte ya declaró en la Megacausa Jefatura I en el 2010. Fue secuestrado en mayo de 1976, junto a Rolando Coronel y su hija Marta de la casa ubicada en Chacabuco al 400. Estuvo detenido, primero en uno de los polvorines del ex Arsenal Miguel de Azcuénaga para pasar meses después a la Jefatura de Policía. En ambos campos de concentración sufrió torturas con picana, asfixia y golpes.
Durante el tiempo que permaneció desaparecido (78 días), vio a varias personas que hasta ahora continúan desaparecidas.
El imputado Godoy ya se encuentra otra vez en condiciones de escuchar el testimonio, por videoconferencia, desde el penal de Ezeiza, donde está detenido. LA GACETA
La semana pasada, la defensora oficial, Vanessa Lucero, pidió que se reprograme al testigo ya que Marcelo Omar Godoy no se encontraba presente y el testimonio de Conte podría involucrarlo. Conte esperó nueve horas hasta que finalmente le dijeron que no declararía ese día. Esta mañana volvió a suceder.
"Con estas dilaciones, están revictimizando al testigo", consideraron miembros de asociaciones defensoras de los derechos humanos.
Conte ya declaró en la Megacausa Jefatura I en el 2010. Fue secuestrado en mayo de 1976, junto a Rolando Coronel y su hija Marta de la casa ubicada en Chacabuco al 400. Estuvo detenido, primero en uno de los polvorines del ex Arsenal Miguel de Azcuénaga para pasar meses después a la Jefatura de Policía. En ambos campos de concentración sufrió torturas con picana, asfixia y golpes.
Durante el tiempo que permaneció desaparecido (78 días), vio a varias personas que hasta ahora continúan desaparecidas.
El imputado Godoy ya se encuentra otra vez en condiciones de escuchar el testimonio, por videoconferencia, desde el penal de Ezeiza, donde está detenido. LA GACETA
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