Historia de un crimen con ribetes políticos

Mafia sindical. Contratos "basura". Protestas contra la tercerización. Un homicidio. Un crimen con conexiones políticas. Mariano Ferreyra, un muchacho de 23 años, muere en el Hospital Argerich a causa de un disparo en el pecho. Es el punto de partida del documental ficcionado "¿Quién mató a Mariano Ferreyra?", que se estrenará hoy.

La película denuncia las relaciones entre la dirigencia política y la mafia sindical, patentes en la trama del asesinato del joven militante del Partido Obrero. Ocurrió durante la tumultuosa tarde del 20 de octubre de 2010.

"La tercerización permite que el ferrocarril contrate trabajadores bajo el convenio de la construcción o del comercio, o en el caso de las cooperativas, directamente bajo ningún convenio", dice Martín Caparrós, en el papel de Andrés Oviedo, al cuestionar las implicancias del homicidio en el tráiler de la película.

El filme es dirigido por Alejandro Rath y Julián Morcillo, integrantes de la productora Ojo Obrero, y realiza una pormenorizada reconstrucción del ataque llevado a cabo por la patota sindical para frenar los reclamos de los trabajadores tercerizados que querían pasar a la planta permanente de la línea Roca.

En Buenos Aires y Santa Fe el estreno se produjo la primera semana de abril, pero a Tucumán, por esas cosas del destino, llegará un día antes de que se conozca el fallo de la Justicia en el juicio que trata de encontrar a los culpables del crimen.

El guión de la película está basado en la investigación periodística que dio lugar al libro "¿Quién mató a Mariano Ferreyra?", publicado por Diego Rojas en 2012.

Precisamente, el mismo Rojas accedió a charlar con LA GACETA, en la previa al estreno de la película.

- ¿Cuáles son las expectativas que pusiste?

- Espero que el filme aporte a la discusión del caso en los tramos finales de este juicio. En este sentido tanto el libro como la película aportan elementos de la investigación para demostrar las responsabilidades políticas y económicas dentro de un homicidio que tiene características políticas.

- ¿Cómo contribuyó el libro al proceso judicial por la muerte de Ferreyra?

- Lo que me pone contento es que la investigación fuera tomada como elemento de prueba por el Tribunal, y que haya dado lugar a una producción cinematográfica como esta. Yo fui citado al juicio como testigo y creo que hubo un aporte interesante desde la investigación periodística, ya que incorporó datos acerca de las conexiones empresariales y de los testigos nuevos que luego fueron llamados por el Tribunal. Esas declaraciones pudieron dar fe de las relaciones entre la patota y los dirigentes sindicales, o mostraron cómo es la vida sindical y la violencia que cunde en la unión ferroviaria y los negociados.

- ¿Le parece que la figura de Martín Caparrós aumenta el interés en el filme?

- Está buenísimo que Martín Caparrós haya aceptado el papel. Más allá del compromiso, es un gesto que demuestra su nivel de interés en la causa. Es muy interesante para la película y también para la divulgación correcta de estos hechos, ya que permite darle mayor visibilidad. Él es un profesional que cuenta con reconocimiento en el mundo periodístico y literario.

Para conocer cómo funcionan las mafias sindicales

No es la primera vez que el periodista Martín Caparrós aparece en la pantalla grande. Su primera incursión en el cine se produjo a principios de los 80, como extra en "Reds" y bajo la dirección de Warren Beatty. En aquella ocasión encarnaba a un campesino ruso antes de la revolución. A principios de los 90 colaboró como cura en "El viaje", de Pino Solanas. "¿Quién mató a Mariano Ferreyra?", es el primer protagónico de Caparrós, que tuvo que prescindir de su bigote característico para interpretar su personaje. Este es el diálogo que mantuvo con LA GACETA.

- ¿Cuál es el impacto que espera con el estreno de la película?

- No lo sé. Ojalá sirva para que más gente sepa cómo funcionan estas mafias sindicales empresariales que, con el apoyo del Gobierno, no dudaron en matar para mantener sus privilegios, su poder.

- ¿Cuál es el juicio de valor que realiza sobre la investigación de Diego Rojas?

- Me parece un buen ejemplo de para qué puede servir la famosa "crónica": para trabajar rápida y profundamente un tema de fuerte interés público y establecer con claridad una historia que ciertos poderes preferían dejar confusa y vaga.

- ¿Qué similitudes encuentra entre "¿Quién mató a Rosendo?" y la investigación de Rojas?

- Bueno, la investigación de Rojas se basa en el libro de Rodolfo Walsh, así que hay muchas semejanzas, que prueban que el procedimiento de Walsh sigue siendo, más de medio siglo después, perfectamente válido.

- ¿Sufrieron presiones durante la realización de la película?

- Yo no sufrí ninguna presión, pero sé que alguna gente del equipo sí. Pero para eso preferiría que hablaran con ellos.

- ¿Cuándo comenzó a involucrarse con esta causa y cómo le llegó la propuesta para este rol protagónico?

- El asesinato de Mariano Ferreyra me impactó desde el primer momento. De hecho, aquella noche fui a la Plaza de Mayo, y en esos días escribí sobre el tema. Más allá del drama personal, me parecía que era una muestra demasiado clara de cómo funcionan esas mafias de las que hablábamos, y cómo las apoya el Estado.

- ¿Por qué otros crímenes de índole política quedan en el desconocimiento público (o peor aún, impunes) como los asesinatos de los miembros del Mocase en Santiago del Estero, Miguel Galván y Cristian Ferreyra?

- Yo no diría que los asesinatos de Galván y Ferreyra son del todo desconocidos, pero es cierto que no tuvieron la difusión que sí tuvo el de Mariano Ferreyra. Es tristemente lógico: por un lado, en la Argentina, algo que pasa en Avellaneda tiene mucho más peso que algo que pasa en el monte santiagueño, los medios lo cubren más, los partidos se movilizan más. Y como las autoridades que tendrían que esclarecerlos no hacen nada a menos que los presionen...