Por Bruno Farano
17 Abril 2013
Dos caminos conducen al paraíso. Son bien diferentes y cada uno tiene su pro y contra. Sólo hay que saber elegir el adecuado, el que mejor le calce a cada protagonista, aunque muchas veces el destino, caprichoso como pocos, no deje alternativa válida.
Hay quienes prefieren ser amo y señor de un torneo, de principio a fin. Correr a la cabeza de la tropa y marcar el ritmo de esa carrera. En Bolívar y Pellegrini conocen de esa materia. En 2007/08, un San Martín endiablado ganó prácticamente de punta a punta la B Nacional. Esa táctica roza la perfección, aunque la contra es saber aguantar la presión.
Pero la gloria también se alcanza a paso lento, sin demasiado cartel y dando el golpe cuando nadie lo espera. Y este San Martín modelo 2013 eligió ese camino. Un poco porque prefieren bajarle los decibeles a la cuestión y otro tanto porque el arranque en el Undecagonal lo hizo perder un poco de terreno.
El objetivo supremo en La Ciudadela es llegar a la B Nacional. Y con Talleres y Deportivo Maipú en la cima, el plan de ascenso se construye en el mayor de los silencios, sudando la gota gorda. "Prefiero ir segundo o tercero hasta la última fecha y recién ahí pegar el zarpazo", dice Luciano González,
que sabe que la jugada es arriesgada y no admite ni el más mínimo error. "Corriendo de atrás tenés que sumar la mayor cantidad de puntos para cuando los de arriba tropiecen y puedas aprovechar la situación. No queda otra".
El "santo", en la mitad del camino, está expectante. No les pierde pisada a los líderes pero nadie se conforma. Quiere dejar años de sinsabores y celebrar en grande. Por eso esta noche piensa dar otro pasito más hacia esa meta llamada B Nacional. "Es una final más, debemos aprovechar el golpe anímico de la victoria lograda en Salta", firma Gonzalo Ojeda, el "manosanta" del club de Bolívar y Pellegrini.
En La Ciudadela tienen una ventaja, chiquita porque ya se enfrentó a los candidatos. Entonces, si mantiene el ritmo victorioso, San Martín podrá aprovechar la situación cuando Talleres y Deportivo Maipú deban medirse. "Nosotros apuntamos a eso. Ahí pueden dejar puntos en el camino. Debemos estar agazapados para poder sacar ventajas de ello", explica Carlos Roldán, que quiere a sus pupilos en el punto justo. "Lo importante es que nosotros estemos serenos y no nos creamos más de lo que somos. Tenemos que seguir con la humildad que venimos mostrando".
El siempre complicado Sportivo Belgrano aparece en el horizonte y derribarlo es una cuestión de vida o muerte. "Es una final como todos los partidos que nos quedan. Hoy tenemos que ganar para seguir afianzando el sueño que tenemos todos", devela Lucas Bustos la fórmula matadora.
En San Martín prefieren jugar callados. Saben que su oportunidad puede llegar en cualquier momento y quieren estar al pie del cañón para aprovecharla al máximo y pegar el salto hacia la gloria.
Hay quienes prefieren ser amo y señor de un torneo, de principio a fin. Correr a la cabeza de la tropa y marcar el ritmo de esa carrera. En Bolívar y Pellegrini conocen de esa materia. En 2007/08, un San Martín endiablado ganó prácticamente de punta a punta la B Nacional. Esa táctica roza la perfección, aunque la contra es saber aguantar la presión.
Pero la gloria también se alcanza a paso lento, sin demasiado cartel y dando el golpe cuando nadie lo espera. Y este San Martín modelo 2013 eligió ese camino. Un poco porque prefieren bajarle los decibeles a la cuestión y otro tanto porque el arranque en el Undecagonal lo hizo perder un poco de terreno.
El objetivo supremo en La Ciudadela es llegar a la B Nacional. Y con Talleres y Deportivo Maipú en la cima, el plan de ascenso se construye en el mayor de los silencios, sudando la gota gorda. "Prefiero ir segundo o tercero hasta la última fecha y recién ahí pegar el zarpazo", dice Luciano González,
que sabe que la jugada es arriesgada y no admite ni el más mínimo error. "Corriendo de atrás tenés que sumar la mayor cantidad de puntos para cuando los de arriba tropiecen y puedas aprovechar la situación. No queda otra".
El "santo", en la mitad del camino, está expectante. No les pierde pisada a los líderes pero nadie se conforma. Quiere dejar años de sinsabores y celebrar en grande. Por eso esta noche piensa dar otro pasito más hacia esa meta llamada B Nacional. "Es una final más, debemos aprovechar el golpe anímico de la victoria lograda en Salta", firma Gonzalo Ojeda, el "manosanta" del club de Bolívar y Pellegrini.
En La Ciudadela tienen una ventaja, chiquita porque ya se enfrentó a los candidatos. Entonces, si mantiene el ritmo victorioso, San Martín podrá aprovechar la situación cuando Talleres y Deportivo Maipú deban medirse. "Nosotros apuntamos a eso. Ahí pueden dejar puntos en el camino. Debemos estar agazapados para poder sacar ventajas de ello", explica Carlos Roldán, que quiere a sus pupilos en el punto justo. "Lo importante es que nosotros estemos serenos y no nos creamos más de lo que somos. Tenemos que seguir con la humildad que venimos mostrando".
El siempre complicado Sportivo Belgrano aparece en el horizonte y derribarlo es una cuestión de vida o muerte. "Es una final como todos los partidos que nos quedan. Hoy tenemos que ganar para seguir afianzando el sueño que tenemos todos", devela Lucas Bustos la fórmula matadora.
En San Martín prefieren jugar callados. Saben que su oportunidad puede llegar en cualquier momento y quieren estar al pie del cañón para aprovecharla al máximo y pegar el salto hacia la gloria.
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