15 Abril 2013
La conducción de las organizaciones es delegada frecuentemente en ejecutivos con una sólida formación académica y una dilatada carrera al frente de diversas áreas. Así, quien toma la decisión de la contratación o promoción se asegura haber encontrado la mejor persona para el puesto. O, al menos, eso cree, dice Guillermo J. Pedrotti, magister en Administración y Dirección de Empresas.
Conducir una empresa requiere, ante todo, lograr la conjugación de un sinnúmero de recursos, entre el que se encuentra el factor humano, puntualiza el experto del Grupo Consultores de Empresas. Ahora, es válido preguntarse: un MBA obtenido por el manager o su experiencia al frente de diferentes áreas, ¿lo prepara para entender y conducir a sus subordinados? Frente a situaciones de crisis, está claro que los ejecutivos necesitan desarrollar una gestión ecuánime sobre la base de cinco claves fundamentales, según Pedrotti:
• Contar con un buen trato a hacia los subordinados. Nunca se debe olvidar que, más allá del lugar que cada uno ocupe en la jerarquía organizacional, se trabaja con personas y estas deben ser respetadas en tal condición. Los empleados pasan la mayor parte de su tiempo útil en la organización y este es su espacio social extra familiar de mayor incidencia.
• Cumplir con lo ofrecido. Conjuntamente con el contrato laborar que se firma al ingresar a una organización, siempre existe un contrato psicológico y axiológico que la organización entabla bidireccionalmente con sus recursos humanos. No cumplirlos puede tener devastadoras consecuencias al momento de medir los resultados de gestión.
• Comunicar eficientemente. Comunicar no es mandar un e-mail o poner una nota en el tablón de anuncios. Comunicar eficientemente supone una relación bidireccional donde la franqueza del diálogo ayude a decodificar efectivamente el mensaje. Desafortunadamente, la generación de una correcta política de comunicación interna no siempre es prioridad al momento de dirigir organizaciones.
• Actuar empáticamente. La empatía se entiende como aquella capacidad de ponerse en el lugar del otro, comprender las situaciones por las que atraviesa y generar espacios para ayudar a los subordinados a sortearlas. Un ejecutivo que tome debida cuenta es ello, seguramente logrará maximizar los beneficios de su gestión.
• Informar debidamente. Hay muchas instancias en que la bidireccionalidad de la comunicación no es necesaria. Con una simple acción informativa es suficiente. Desafortunadamente muchas veces esto se pasa por alto o se realiza de forma defectuosa. Cuando esto sucede, es inevitable la clásica respuesta: pero usted no me especificó que lo quería de esta forma. Recordemos, en escenarios conflictivos, la información clara y precisa es la única llave hacia la certidumbre.
El liderazgo de las organizaciones requiere de personas que puedan sumar a su bagaje de conocimientos y experiencias, un fuerte factor emocional que los convierta en líderes para sus colaboradores, finaliza el especialista.
Conducir una empresa requiere, ante todo, lograr la conjugación de un sinnúmero de recursos, entre el que se encuentra el factor humano, puntualiza el experto del Grupo Consultores de Empresas. Ahora, es válido preguntarse: un MBA obtenido por el manager o su experiencia al frente de diferentes áreas, ¿lo prepara para entender y conducir a sus subordinados? Frente a situaciones de crisis, está claro que los ejecutivos necesitan desarrollar una gestión ecuánime sobre la base de cinco claves fundamentales, según Pedrotti:
• Contar con un buen trato a hacia los subordinados. Nunca se debe olvidar que, más allá del lugar que cada uno ocupe en la jerarquía organizacional, se trabaja con personas y estas deben ser respetadas en tal condición. Los empleados pasan la mayor parte de su tiempo útil en la organización y este es su espacio social extra familiar de mayor incidencia.
• Cumplir con lo ofrecido. Conjuntamente con el contrato laborar que se firma al ingresar a una organización, siempre existe un contrato psicológico y axiológico que la organización entabla bidireccionalmente con sus recursos humanos. No cumplirlos puede tener devastadoras consecuencias al momento de medir los resultados de gestión.
• Comunicar eficientemente. Comunicar no es mandar un e-mail o poner una nota en el tablón de anuncios. Comunicar eficientemente supone una relación bidireccional donde la franqueza del diálogo ayude a decodificar efectivamente el mensaje. Desafortunadamente, la generación de una correcta política de comunicación interna no siempre es prioridad al momento de dirigir organizaciones.
• Actuar empáticamente. La empatía se entiende como aquella capacidad de ponerse en el lugar del otro, comprender las situaciones por las que atraviesa y generar espacios para ayudar a los subordinados a sortearlas. Un ejecutivo que tome debida cuenta es ello, seguramente logrará maximizar los beneficios de su gestión.
• Informar debidamente. Hay muchas instancias en que la bidireccionalidad de la comunicación no es necesaria. Con una simple acción informativa es suficiente. Desafortunadamente muchas veces esto se pasa por alto o se realiza de forma defectuosa. Cuando esto sucede, es inevitable la clásica respuesta: pero usted no me especificó que lo quería de esta forma. Recordemos, en escenarios conflictivos, la información clara y precisa es la única llave hacia la certidumbre.
El liderazgo de las organizaciones requiere de personas que puedan sumar a su bagaje de conocimientos y experiencias, un fuerte factor emocional que los convierta en líderes para sus colaboradores, finaliza el especialista.
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