Por un error no fue desvalijado por secuestradores virtuales

Por un error no fue desvalijado por secuestradores virtuales

Un joven padeció más de tres horas la angustia de escuchar órdenes de desconocidos. Lucas Rodríguez pudo recuperar los $ 10.000 que había depositado en "Western Union". Los estafadores están grabados

EN SU OFICINA. Tras el susto del miércoles, Lucas Rodríguez intentaba ayer recuperar la rutina de trabajo. LA GACETA / FOTO DE HECTOR PERALTA EN SU OFICINA. Tras el susto del miércoles, Lucas Rodríguez intentaba ayer recuperar la rutina de trabajo. LA GACETA / FOTO DE HECTOR PERALTA
06 Abril 2013

"Fui el hombre menos inteligente del mundo en esa situación. Pero estos tipos son muy buenos en lo que hacen; es tremendo el trabajo psicológico que te hacen", dijo Lucas Rodríguez. El miércoles, el hombre fue víctima de un secuestro virtual, y un error en el pago por "Western Union" permitió que no perdiera $ 10.000.

A las 15.30 comenzó el raid de Rodríguez, que duró hasta las 19, aproximadamente. En un llamado telefónico le dijeron que una mujer había tenido un accidente, y que había dado ese número. Luego, una mujer que lloraba le pidió ayuda. "Creí que era mi mujer y traté de tranquilizarla. Un hombre volvió a agarrar el teléfono y me dice que era un secuestro", comentó la víctima del falso secuestro.

Le pidieron $ 20.000 o matarían a su esposa. Lo que siguió fue el discurso de rutina en este tipo de delitos. Lo llamaron a su teléfono celular y le exigieron que descolgara todos los otros teléfonos de la casa.

En taxi

Rodríguez tuvo que salir a la calle a buscar un taxi, para ir a los cajeros automáticos del microcentro a buscar dinero. Los falsos secuestradores (eran dos hombres que se turnaban al teléfono), lo apuraban. "Estaba exaltado, shockeado. Lo único que pensaba era cómo conseguir el dinero para pagar el rescate", contó la víctima.

Con el dinero en la mano, se dirigió a un supermercado ubicado en avenida Belgrano y Camino del Perú, donde hay un local de "Western Union", una firma internacional para el envío de dinero.

"Al llegar al local, me indicaron qué hacer. Llené los formularios, y me pasaron los números de documentos y los nombres de dos mujeres de Córdoba", comentó. En total fueron dos giros de 5.000 cada uno. "El sistema estaba lento y tardé una hora. Después salí a la playa de estacionamiento con la esperanza de que mi mujer estuviera en la camioneta. ¡Qué iluso!", agregó Rodríguez.

Los falsos secuestradores aún no habían cortado la comunicación. Le pidieron que comprara $ 500 en tarjetas telefónicas. Cuando Rodríguez estaba por pasarles los números, se cortó la comunicación.

Las llamadas entrantes de sus familiares figuraban en la pantalla del celular. Al comunicarse con ellos, habló con su esposa y se dio cuenta del engaño. "Me quería matar. Intenté llamar al 0800 que figuraba en el registro de pago para ver si estaba a tiempo de cancelar todo", explicó Rodríguez.

Volvía a su casa cuando los falsos secuestradores se volvieron a comunicar. "Tenés que volver, porque pusiste mal los apellidos", le dijeron. Con la excusa de que la señal era pésima, la víctima fue demorando a los estafadores. Regresó al local, le explicó al dueño lo que le había sucedido, y este canceló la operación.

La desesperación de los falsos secuestradores era tal que llamaron a la oficina para explicarles que necesitaban cobrar un dinero, y que se había consignado mal los apellidos. La empleada grabó esa conversación.

La última vez que lo llamaron, Rodríguez descargó su furia contra el estafador. "Le deseé hasta la muerte y cortó. Cuento esto porque caí y le puede pasar a cualquiera", dijo.

Rastrearán las llamadas extorsivas

Con el de Lucas Rodríguez, fueron al menos tres los casos que ocurrieron en Tucumán en cinco días. En el primero de ellos la estafa llegó a concretarse. El sábado, Analía Pérez compró tarjetas telefónicas y realizó cargas virtuales por más de $4.000 por el falso secuestro de su hermano.

El mismo día, Juan Omar Alarcón Córdoba casi cae en el ardid de los estafadores. Descubrió la mentira a tiempo, antes de desembolsar dinero. El hombre alcanzó a grabar parte de la conversación.

Tanto Pérez como Alarcón Córdoba aseguraron en la denuncia que realizaron en la Policía, que la persona que simuló el secuestro tenía tonada cordobesa. Los depósitos que realizó ayer Rodríguez (ver "Pagó $ 10.000 para rescatar a su mujer de un secuestro virtual") debían ser retirados de un local ubicado en Córdoba.

Las causas deberán ser investigadas por el fiscal de Instrucción de la V° Nominación, Washington Navarro Dávila. Fuentes judiciales comentaron que se encomendará a la división Homicidios y Delitos Complejos el rastreo de las llamadas.

De varias provincias

Navarro Dávila afirmó que el delito de extorsión que configuran los secuestros virtuales necesitan del auxilio de varias fuerzas, ya que suelen cometerse en distintas jurisdicciones. Por eso, no se descarta que se solicite la colaboración de la Policía Federal para la investigación. Las sospechas de los investigadores es que las llamadas fueron realizadas desde Córdoba. Si bien se descarta que los falsos secuestradores ya se deshicieron de los chips de los teléfonos, la ubicación de las llamadas podría permitir que se indague en cámaras de seguridad de comercios, entre otras medidas.

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La extorsión y los trámites

¿Cómo comienza un secuestro virtual?

Se comunican por teléfono y dicen que hubo un accidente. Si el interlocutor da un nombre, cambian el discurso y dicen que se trata de un secuestro.

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¿Hacen inteligencia previa?

Algunas veces no, pero hay otras en las que conocen detalles mínimos para generar el engaño. Muchas veces sacan información de las redes sociales.

¿Cómo impiden que se conozca el engaño?

Le exigen que corte toda otra vía de comunicación. Así, la víctima no se comunica con el supuesto secuestrado. Ejercen coacción psicológica.

¿Para qué piden tarjetas de teléfono?

Los números les sirven para hacer más llamadas. Cuando son realizados desde la prisión, las usan para cargar crédito en sus teléfonos celulares.

¿Cómo retiran dinero?

Usan documentos falsos. Cuando el engaño sale a la luz, ellos ya se hicieron del dinero y como dieron otra identidad, es difícil rastrearlos.

¿Se los puede ubicar por el teléfono?

Suelen usar chips temporales, que adquieren anónimamente. Cada vez que realizan un secuestro virtual, tiran el chip y el aparato.


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