05 Abril 2013
PANORAMA DEPRIMENTE. El devastador temporal dejó pérdidas millonarias. TELAM
LA PLATA.- Fueron los abuelos quienes nutrieron la lista de los fallecidos en la trágica inundación de La Plata. Gobierno bonaerense dio a conocer una nueva lista de víctimas identificadas, tras confirmar que la cantidad de fallecidos por el temporal se elevó a 51, pero la enumeración fría de nombres y números de DNI no alcanza para abarcar la dimensión de la tragedia. La mayoría de los que sucumbieron a la correntada o murieron ahogados sin poder salir de sus casas eran adultos mayores. Sólo 14 de las 51 víctimas eran menores de 65 años (y cuatro de ellas tenían más de 60).
A Lucila Ahumada, de 85 años, sus vecinos la conocían como Kika. Pocos sabían que era una integrante de Abuelas de Plaza de Mayo. En 1977 su hijo y su nuera embarazada fueron secuestrados, y ella todavía buscaba con esperanza a su nieto. Justamente, fueron sus otros nietos, los que sí pudo disfrutar, quienes la buscaron en su casa del 200 de la calle 29.
“Como a las 4 de la madrugada, cuando ya teníamos el agua por el cuello, uno de los nietos logró cruzar la calle hasta la casa de ella. Desde afuera, le gritaba Lela, Lela', decime dónde estás", dice Cristian Lustig, el vecino de la casa de al lado, según reprodujo el diario "Clarín".
Con una barreta lograron abrir una ventana y entrar, pero la casa ya estaba bajo un metro sesenta de agua. Sólo al día siguiente pudieron encontrarla, en la pieza del fondo donde había intentado refugiarse.
Nelly Giacomelli, de 84 años, murió pidiendo ayuda en su casa de la calle 37. Sus vecinos la escucharon, pero no pudieron acceder desde la planta alta de su casa. "La puerta estaba como sellada", explicó Norma, que -según relató al diario "Clarín"- llamó al número de emergencias 103 y le dio fuera de servicio. La anciana, que se movilizaba en andador, fue encontrada sin vida ayer a las 8 de la mañana.
A Jorge Barenetche, de 55 años, la correntada lo arrastró más de cuatro cuadras. El hombre, un mecánico que tenía su taller en 37 al 1.800, intentaba salvar la camioneta de un cliente, en pleno vendaval.
Anahí Posse, de 65 años, era docente jubilada y vivía con su marido en la última casa del pasillo en el barrio La Loma. "Creyó que se moría ahogada, se desesperó, agarró a su marido, Pedro, de la mano y le rogó que se fueran", contaron sus vecinos. Pero, cuando llegaron a la esquina, la corriente la venció. Se soltó de la mano de Pedro, su esposo, y el agua se la llevó.
Negro, el perro de Dorita Romero, se quedó esperando a su dueña. La mujer, de 77 años, no pudo subirse a uno de los muebles más altos, y murió ahogada.
Por la calle 38, los vecinos de Asunción se estremecen al recordar los gritos de la mujer pidiendo auxilio. “Pedía que la ayudaran, pero nadie podía salir por la fuerza del agua. Cuando fueron a buscarla, ella no se quiso ir y se quedó junto a su marido (Enrique Salinas, de 80), que ya había muerto”, relató una vecina.
La casa de Tati, una jubilada que vivía en 36 al 1728, permanece cerrada. Ella también vivía sola y no pudo escapar del avance incontenible de las aguas. “Me da una gran pena que la hayan encontrado ahogada. Era una vieja macanuda, una fenómena”, la recuerda su vecino Gabriel, con el que se paraba a conversar siempre en la vereda.
"Voy hasta ahí nomás a buscar a Sonia", dijo Juan, y se lo llevó la correntada. Ella, su vecina y amiga. Juan García tenía 57 años y Sonia era su amiga de la infancia, la vecina con la que solían tomar mate y charlar en el barrio. “Mi amigo murió para slavarme”, le dijo a "Clarín".
Lía Marconato, de 74 años, fue una de las personas que decidió entregarse ante lo inevitable. “Su ahijado la llamó y le dijo que saliera pero era una señora mayor, y había dos metros de agua, era imposible salir. Y ella le contestó ‘no puedo salir, no puedo’. Cuando bajó el agua y fuimos a ver cómo estaba se veía desde la ventana: estaba acostada en su cama abrazada de una Virgen”. Lía era jubilada del Ministerio de Economía provincial y era, como muchas de las víctimas, “una señora sola”.
Jorge Colauti, de 80 años, era hasta ayer uno de los 20 desaparecidos, hasta que su cuerpo fue identificado en la morgue judicial. El hombre estaba cuidando a su nieto, de 8 años, cuando empezó a subir el agua. "Agustín se asustó mucho con la tormenta y quería ir con su mamá, que vive a media cuadra. Y mi viejo, en vez de decirle que no se podía, salió con él", contó ayer Germán, su hijo.
Salieron de la mano y, cuando quisieron cruzar 36 y 28, la corriente los separó y se los llevó. A tres cuadras, el nene pudo agarrarse de la soga que le tiraron dos desconocidos, pero su abuelo fue arrastrado sin remedio.
El listado completo:
María Beatriz Velinzak, de 79 años
Elsa Isabel Páez, 95
Rita Esther Cebey, 91
Irene del Carmen Arias Burgos, 76
Floria Benvenuto, 93
Gloria René Rojo, 86
José Cid, 70
Celia Galli, 81
Dora Esperanza Chas de Beccacesi, 96
Rolando Eliseo Aguirre, 68
Jorge Pío Colauti, 80
Máximo Mendoza Benítez, 20
Jorge Javier Díaz, 30
Anastasia Ferreyra, 88
Leonor Lancon, 55
Amilcar Vicente Scarlan, 65
Anahí Posse, 65
Orlando Logiurato, 50
Filomena Manarino, 88
Oscar Crippo, 60
José Luis Barenetche, 55
Juan Rodolfo Jurado, 64
Juan Alberto Varela, 40
Felicitas Morel, 56
Delia Susana Colognna, 70
Elba Ana Cisneros, 70
José Gerardo Zanzana, 64
Lucila Ahumada, 82
Carlos Alberto Golatilech, 56
José Mario Galzerano, 68
Luis Mario Rivero, 72
Enrique Monzón, 52
Guillermo Raúl Piotti, 43
Bartolomé Nélida Salinas, 84
Enrique Salinas, 80
Fernando Mendoza, 70
Nicolás Serapio Guerrero, 30
Haydee Esmeralda González, 94
Haydee Alejandra Manise, 91
Hilda Ester Gudini, 91
Eutinia Clara Palomina, 87
Juan María Avila, 85
Dora Romero, 81
Rodolfo Juan Jurado, 81
Cora Elida Carmona, 81
Lía Angélica Marconatto, 75
Alberto Néstor Lancon, 74
Bernardo Abel Aguirre, 47
Josué Gonzalo Suárez Salazar, 23
Esteban Ezequiel Monjes, 21.
Hay un apellido que se consignó por error: es el caso de una mujer que ayer fue identificada como Feliciana Godoy y, en rigor, el nombre correcto es Feliciana Garay Ruiz, de 64 años. (DYN-Télam)
A Lucila Ahumada, de 85 años, sus vecinos la conocían como Kika. Pocos sabían que era una integrante de Abuelas de Plaza de Mayo. En 1977 su hijo y su nuera embarazada fueron secuestrados, y ella todavía buscaba con esperanza a su nieto. Justamente, fueron sus otros nietos, los que sí pudo disfrutar, quienes la buscaron en su casa del 200 de la calle 29.
“Como a las 4 de la madrugada, cuando ya teníamos el agua por el cuello, uno de los nietos logró cruzar la calle hasta la casa de ella. Desde afuera, le gritaba Lela, Lela', decime dónde estás", dice Cristian Lustig, el vecino de la casa de al lado, según reprodujo el diario "Clarín".
Con una barreta lograron abrir una ventana y entrar, pero la casa ya estaba bajo un metro sesenta de agua. Sólo al día siguiente pudieron encontrarla, en la pieza del fondo donde había intentado refugiarse.
Nelly Giacomelli, de 84 años, murió pidiendo ayuda en su casa de la calle 37. Sus vecinos la escucharon, pero no pudieron acceder desde la planta alta de su casa. "La puerta estaba como sellada", explicó Norma, que -según relató al diario "Clarín"- llamó al número de emergencias 103 y le dio fuera de servicio. La anciana, que se movilizaba en andador, fue encontrada sin vida ayer a las 8 de la mañana.
A Jorge Barenetche, de 55 años, la correntada lo arrastró más de cuatro cuadras. El hombre, un mecánico que tenía su taller en 37 al 1.800, intentaba salvar la camioneta de un cliente, en pleno vendaval.
Anahí Posse, de 65 años, era docente jubilada y vivía con su marido en la última casa del pasillo en el barrio La Loma. "Creyó que se moría ahogada, se desesperó, agarró a su marido, Pedro, de la mano y le rogó que se fueran", contaron sus vecinos. Pero, cuando llegaron a la esquina, la corriente la venció. Se soltó de la mano de Pedro, su esposo, y el agua se la llevó.
Negro, el perro de Dorita Romero, se quedó esperando a su dueña. La mujer, de 77 años, no pudo subirse a uno de los muebles más altos, y murió ahogada.
Por la calle 38, los vecinos de Asunción se estremecen al recordar los gritos de la mujer pidiendo auxilio. “Pedía que la ayudaran, pero nadie podía salir por la fuerza del agua. Cuando fueron a buscarla, ella no se quiso ir y se quedó junto a su marido (Enrique Salinas, de 80), que ya había muerto”, relató una vecina.
La casa de Tati, una jubilada que vivía en 36 al 1728, permanece cerrada. Ella también vivía sola y no pudo escapar del avance incontenible de las aguas. “Me da una gran pena que la hayan encontrado ahogada. Era una vieja macanuda, una fenómena”, la recuerda su vecino Gabriel, con el que se paraba a conversar siempre en la vereda.
"Voy hasta ahí nomás a buscar a Sonia", dijo Juan, y se lo llevó la correntada. Ella, su vecina y amiga. Juan García tenía 57 años y Sonia era su amiga de la infancia, la vecina con la que solían tomar mate y charlar en el barrio. “Mi amigo murió para slavarme”, le dijo a "Clarín".
Lía Marconato, de 74 años, fue una de las personas que decidió entregarse ante lo inevitable. “Su ahijado la llamó y le dijo que saliera pero era una señora mayor, y había dos metros de agua, era imposible salir. Y ella le contestó ‘no puedo salir, no puedo’. Cuando bajó el agua y fuimos a ver cómo estaba se veía desde la ventana: estaba acostada en su cama abrazada de una Virgen”. Lía era jubilada del Ministerio de Economía provincial y era, como muchas de las víctimas, “una señora sola”.
Jorge Colauti, de 80 años, era hasta ayer uno de los 20 desaparecidos, hasta que su cuerpo fue identificado en la morgue judicial. El hombre estaba cuidando a su nieto, de 8 años, cuando empezó a subir el agua. "Agustín se asustó mucho con la tormenta y quería ir con su mamá, que vive a media cuadra. Y mi viejo, en vez de decirle que no se podía, salió con él", contó ayer Germán, su hijo.
Salieron de la mano y, cuando quisieron cruzar 36 y 28, la corriente los separó y se los llevó. A tres cuadras, el nene pudo agarrarse de la soga que le tiraron dos desconocidos, pero su abuelo fue arrastrado sin remedio.
El listado completo:
María Beatriz Velinzak, de 79 años
Elsa Isabel Páez, 95
Rita Esther Cebey, 91
Irene del Carmen Arias Burgos, 76
Floria Benvenuto, 93
Gloria René Rojo, 86
José Cid, 70
Celia Galli, 81
Dora Esperanza Chas de Beccacesi, 96
Rolando Eliseo Aguirre, 68
Jorge Pío Colauti, 80
Máximo Mendoza Benítez, 20
Jorge Javier Díaz, 30
Anastasia Ferreyra, 88
Leonor Lancon, 55
Amilcar Vicente Scarlan, 65
Anahí Posse, 65
Orlando Logiurato, 50
Filomena Manarino, 88
Oscar Crippo, 60
José Luis Barenetche, 55
Juan Rodolfo Jurado, 64
Juan Alberto Varela, 40
Felicitas Morel, 56
Delia Susana Colognna, 70
Elba Ana Cisneros, 70
José Gerardo Zanzana, 64
Lucila Ahumada, 82
Carlos Alberto Golatilech, 56
José Mario Galzerano, 68
Luis Mario Rivero, 72
Enrique Monzón, 52
Guillermo Raúl Piotti, 43
Bartolomé Nélida Salinas, 84
Enrique Salinas, 80
Fernando Mendoza, 70
Nicolás Serapio Guerrero, 30
Haydee Esmeralda González, 94
Haydee Alejandra Manise, 91
Hilda Ester Gudini, 91
Eutinia Clara Palomina, 87
Juan María Avila, 85
Dora Romero, 81
Rodolfo Juan Jurado, 81
Cora Elida Carmona, 81
Lía Angélica Marconatto, 75
Alberto Néstor Lancon, 74
Bernardo Abel Aguirre, 47
Josué Gonzalo Suárez Salazar, 23
Esteban Ezequiel Monjes, 21.
Hay un apellido que se consignó por error: es el caso de una mujer que ayer fue identificada como Feliciana Godoy y, en rigor, el nombre correcto es Feliciana Garay Ruiz, de 64 años. (DYN-Télam)
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