Por Gustavo Frías Silva
05 Abril 2013
LA GACETA / ARCHIVO
Días atrás, en la sede de la SRT, se vivió un clima muy tenso, que muestra a las claras la situación por la que están pasando los productores de granos, de caña de azúcar y de tabaco de la provincia y de la región.
Es preocupante que la actual situación sea de un malestar general, en la cual inciden las desacertadas decisiones políticas en todo lo relacionado al campo, que se suma a la segunda sequía consecutiva que golpea a los campos de la región y a la incertidumbre actual que genera la situación del mercado azucarero, ya que el precio del producto se encuentra muy deprimido, a pesar de que estamos a 40 días de una nueva zafra.
En 2012, la sequía estival golpeó al campo generando pérdidas de potencial productivo que, en promedio, llegaron al 50%, en la mayoría de los cultivos de soja, maíz y poroto. Actualmente, nos encontramos con una campaña 2013 de características similares o tal vez peores, debido a la falta de precipitaciones durante el período comprendido entre diciembre de 2012 y marzo de 2013.
Son también notables los daños que se ven en los cañaverales, sobre todo los que se encuentran limitando al Este en la tradicional zona cañera tucumana.
Los sucesos climáticos ocurridos, en general, forman parte del juego y los productores pueden "tolerar" estas situaciones que dependen pura y exclusivamente de la naturaleza. Pero lo que genera una mayor tensión son aspectos relacionados con la pérdida total de competitividad manifiesta, de prácticamente todas las actividades.
Son varios los factores que llevaron a que la competitividad sea cada vez menor en el transcurso de los últimos años, entre los que destacamos, en primer término -por su alta incidencia-, el proceso inflacionario, que ha ido sistemáticamente distorsionando los precios internos y externos, al encontrarse pesificadas la economía y las exportaciones.
El puerto, lejos
Otro de los problemas que tienen las economías regionales, y que hace más pesada la carga, es la distancia al puerto que encarece drásticamente los fletes. En la región había un costo diferencial de fletes que desapareció hace varios años, por lo que la brecha con las producciones de zonas cercanas al puerto son cada vez mayores.
Por ello, es importante que se ponga en marcha, por parte del Gobierno nacional, una política ferroviaria para el NOA, que permita que los costos disminuyan de alguna manera y, de este modo, equilibren un poco las cosas.
Todas las decisiones sobre políticas agropecuarias se toman de manera uniforme en el país y nunca tienen en cuenta las diferencias que existen. Un aspecto que tiene gran poder en el actual estado de ánimo de los productores es el intervencionismo en los mercados de granos, que perjudica sobremanera a las economías regionales, como las del NOA.
En nuestro caso, un proceso productivo sustentable es el pilar para continuar en la actividad, y la rotación en estos casos es clave. Hay que rotar soja con maíz para evitar problemas, como el caso del picudo. Este correcto manejo de los cultivos no puede hacerse cuando el productor no tiene certeza sobre los precios y las condiciones de ventas de maíz y también de trigo, esenciales cultivos a la hora de la rotación y de la cobertura en los campos.
Otro aspecto que perjudica a todos los productores por igual, sea sojero, cañero o tabacalero, es el alto valor del costo laboral, que tiene sus fluctuaciones de acuerdo con la carga de mano de obra que tiene la actividad desarrollada. Pero permanentemente avanza con la inflación y, por ende, suma más peso sobre la falta de competitividad.
Como está dicho, todos los procesos productivos que se realizan en la región tienen una gran importancia para las provincias que integran el NOA.
Es posible que no tengan la importancia a nivel nacional, ya que por ejemplo la producción de granos en la región es sólo el 6% del total del producido en el país, pero su incidencia en el PBI local es importante.
En Tucumán, la producción de granos representa el tercer ingreso productivo después del azúcar y del citrus.
Finalmente, la presión fiscal no sólo nacional sino a la sumatoria de esta con la creciente presión provincial, asfixia de manera fuerte a los productores.
En el caso de los granos, un informe de Aacrea sobre el tema muestra a las claras que el actual contexto de producción, reducida por condiciones climáticas, está haciendo inviable la actividad productiva con este esquema tributario.
Por ello, es muy importante que las autoridades tengan en cuenta que el NOA y Tucumán deben tener una política bien diferenciada para las producciones regionales, ya que si se mantiene este rumbo serán cada vez menos los productores que seguirán en el camino. Todos esperemos que se pueda revertir esta tendencia.
Es preocupante que la actual situación sea de un malestar general, en la cual inciden las desacertadas decisiones políticas en todo lo relacionado al campo, que se suma a la segunda sequía consecutiva que golpea a los campos de la región y a la incertidumbre actual que genera la situación del mercado azucarero, ya que el precio del producto se encuentra muy deprimido, a pesar de que estamos a 40 días de una nueva zafra.
En 2012, la sequía estival golpeó al campo generando pérdidas de potencial productivo que, en promedio, llegaron al 50%, en la mayoría de los cultivos de soja, maíz y poroto. Actualmente, nos encontramos con una campaña 2013 de características similares o tal vez peores, debido a la falta de precipitaciones durante el período comprendido entre diciembre de 2012 y marzo de 2013.
Son también notables los daños que se ven en los cañaverales, sobre todo los que se encuentran limitando al Este en la tradicional zona cañera tucumana.
Los sucesos climáticos ocurridos, en general, forman parte del juego y los productores pueden "tolerar" estas situaciones que dependen pura y exclusivamente de la naturaleza. Pero lo que genera una mayor tensión son aspectos relacionados con la pérdida total de competitividad manifiesta, de prácticamente todas las actividades.
Son varios los factores que llevaron a que la competitividad sea cada vez menor en el transcurso de los últimos años, entre los que destacamos, en primer término -por su alta incidencia-, el proceso inflacionario, que ha ido sistemáticamente distorsionando los precios internos y externos, al encontrarse pesificadas la economía y las exportaciones.
El puerto, lejos
Otro de los problemas que tienen las economías regionales, y que hace más pesada la carga, es la distancia al puerto que encarece drásticamente los fletes. En la región había un costo diferencial de fletes que desapareció hace varios años, por lo que la brecha con las producciones de zonas cercanas al puerto son cada vez mayores.
Por ello, es importante que se ponga en marcha, por parte del Gobierno nacional, una política ferroviaria para el NOA, que permita que los costos disminuyan de alguna manera y, de este modo, equilibren un poco las cosas.
Todas las decisiones sobre políticas agropecuarias se toman de manera uniforme en el país y nunca tienen en cuenta las diferencias que existen. Un aspecto que tiene gran poder en el actual estado de ánimo de los productores es el intervencionismo en los mercados de granos, que perjudica sobremanera a las economías regionales, como las del NOA.
En nuestro caso, un proceso productivo sustentable es el pilar para continuar en la actividad, y la rotación en estos casos es clave. Hay que rotar soja con maíz para evitar problemas, como el caso del picudo. Este correcto manejo de los cultivos no puede hacerse cuando el productor no tiene certeza sobre los precios y las condiciones de ventas de maíz y también de trigo, esenciales cultivos a la hora de la rotación y de la cobertura en los campos.
Otro aspecto que perjudica a todos los productores por igual, sea sojero, cañero o tabacalero, es el alto valor del costo laboral, que tiene sus fluctuaciones de acuerdo con la carga de mano de obra que tiene la actividad desarrollada. Pero permanentemente avanza con la inflación y, por ende, suma más peso sobre la falta de competitividad.
Como está dicho, todos los procesos productivos que se realizan en la región tienen una gran importancia para las provincias que integran el NOA.
Es posible que no tengan la importancia a nivel nacional, ya que por ejemplo la producción de granos en la región es sólo el 6% del total del producido en el país, pero su incidencia en el PBI local es importante.
En Tucumán, la producción de granos representa el tercer ingreso productivo después del azúcar y del citrus.
Finalmente, la presión fiscal no sólo nacional sino a la sumatoria de esta con la creciente presión provincial, asfixia de manera fuerte a los productores.
En el caso de los granos, un informe de Aacrea sobre el tema muestra a las claras que el actual contexto de producción, reducida por condiciones climáticas, está haciendo inviable la actividad productiva con este esquema tributario.
Por ello, es muy importante que las autoridades tengan en cuenta que el NOA y Tucumán deben tener una política bien diferenciada para las producciones regionales, ya que si se mantiene este rumbo serán cada vez menos los productores que seguirán en el camino. Todos esperemos que se pueda revertir esta tendencia.
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