31 Marzo 2013
Paisaje, imponente vegetación, dos ríos, amabilidad de sus moradores, invitación al descanso, los quesos y quesillos, los dulces, la humita, la cercanía con la capital, virtudes que hicieron que fuese la elegida a fines de los años 20 por las familias tradicionales y la clase dirigente para pasar el verano. Luego fue haciéndose cada vez más popular y se ganó el mote de "Sucursal del cielo". Ubicada a 93 kilómetros de San Miguel de Tucumán, hacia el norte, se llega a San Pedro de Colalao por la ruta nacional N° 9 y se empalma con la provincial N° 311. En junio próximo, celebrará 155 años de su fundación.
En varios aspectos, la villa turística ha progresado. La hermosa plaza Leocadio Paz, que data de 1898, sigue siendo el lugar de encuentro. En las últimas décadas se han sumado algunos atractivos significativos como la Gruta de la Virgen de Lourdes que congrega a miles de promesantes en febrero; la reserva fitozoológica del Instituto Pellegrini que alberga a 150 especies diferentes de animales y tiene un circuito ecológico con flora autóctona. Un atractivo de vieja data es la Piedra Pintada donde pueden apreciarse numerosos petroglifos.
Los moradores sostienen que el pueblo podría convertirse en un vergel turístico si el Gobierno provincial decidiera ponerle mayor atención, como lo hace permanentemente con Tafí del Valle. Una de las asignaturas pendientes es la instalación de gas natural, servicio que beneficiaría no sólo a la población, sino también al sector hotelero y gastronómico. Los pobladores sostienen que la provisión de agua potable es deficitaria, como consecuencia del crecimiento demográfico que ha experimentado la villa en los últimos años. El estado interior de algunos de los antiguos ómnibus de la empresa es deficiente. La terminal es muy precaria y sus baños son un foco de infección.
La iglesia (de 1902) luce lozana; la bóveda de la nave central, prácticamente desnuda, está "pidiendo a gritos" frescos. El Gobierno podría convocar, por ejemplo, a algunos de los destacados artistas tucumanos para que realizaran ese trabajo. El teatro "Enrique Pinti", inaugurado en enero de 2004, que podría ser un eje de la vida cultural y funcionar todo el año con espectáculos de diversa índole, está desaprovechado. La estatua ubicada en el acceso al poblado necesita una reparación. Sería interesante, por ejemplo, que alguien se animara a invertir en un parque de diversiones como los hay en Carlos Paz, seguramente sería un gran atractivo.
La paz se quiebra constantemente por el estruendo de las motocicletas y cuatriciclos, manejados por adolescentes y hasta por niños, que circulan a toda hora sin ningún control. Ello provoca el fastidio de quienes han llegado en busca de descanso.
La expectativa de los lugareños está puesta también en que se concluya algún día no muy lejano el camino que unirá Hualinchay (a 18 kilómetros de San Pedro de Colalao) con la localidad de Colalao del Valle. Ese tramo de la ruta provincial 352 que conectará el norte de la provincia con los valles resultará muy importante para el desarrollo del turismo, para ampliar la conectividad de una zona productiva en crecimiento y para agilizar la comunicación con las poblaciones de alta montaña.
Se llega fácilmente -una hora en automóvil y 30 minutos más en ómnibus-, siempre fue accesible a todos los bolsillos -una de las razones de su popularidad- y los ríos Tacanas y Las Tipas gozan de gran convocatoria durante el verano.
Si existiese una firme decisión de desarrollar el turismo en San Pedro de Colalao, sin duda, la villa se convertiría en poco tiempo en un destino ineludible de todo visitante y de los mismos comprovincianos. De ese modo, la Sucursal del Cielo adquiriría renombre en todo el país.
En varios aspectos, la villa turística ha progresado. La hermosa plaza Leocadio Paz, que data de 1898, sigue siendo el lugar de encuentro. En las últimas décadas se han sumado algunos atractivos significativos como la Gruta de la Virgen de Lourdes que congrega a miles de promesantes en febrero; la reserva fitozoológica del Instituto Pellegrini que alberga a 150 especies diferentes de animales y tiene un circuito ecológico con flora autóctona. Un atractivo de vieja data es la Piedra Pintada donde pueden apreciarse numerosos petroglifos.
Los moradores sostienen que el pueblo podría convertirse en un vergel turístico si el Gobierno provincial decidiera ponerle mayor atención, como lo hace permanentemente con Tafí del Valle. Una de las asignaturas pendientes es la instalación de gas natural, servicio que beneficiaría no sólo a la población, sino también al sector hotelero y gastronómico. Los pobladores sostienen que la provisión de agua potable es deficitaria, como consecuencia del crecimiento demográfico que ha experimentado la villa en los últimos años. El estado interior de algunos de los antiguos ómnibus de la empresa es deficiente. La terminal es muy precaria y sus baños son un foco de infección.
La iglesia (de 1902) luce lozana; la bóveda de la nave central, prácticamente desnuda, está "pidiendo a gritos" frescos. El Gobierno podría convocar, por ejemplo, a algunos de los destacados artistas tucumanos para que realizaran ese trabajo. El teatro "Enrique Pinti", inaugurado en enero de 2004, que podría ser un eje de la vida cultural y funcionar todo el año con espectáculos de diversa índole, está desaprovechado. La estatua ubicada en el acceso al poblado necesita una reparación. Sería interesante, por ejemplo, que alguien se animara a invertir en un parque de diversiones como los hay en Carlos Paz, seguramente sería un gran atractivo.
La paz se quiebra constantemente por el estruendo de las motocicletas y cuatriciclos, manejados por adolescentes y hasta por niños, que circulan a toda hora sin ningún control. Ello provoca el fastidio de quienes han llegado en busca de descanso.
La expectativa de los lugareños está puesta también en que se concluya algún día no muy lejano el camino que unirá Hualinchay (a 18 kilómetros de San Pedro de Colalao) con la localidad de Colalao del Valle. Ese tramo de la ruta provincial 352 que conectará el norte de la provincia con los valles resultará muy importante para el desarrollo del turismo, para ampliar la conectividad de una zona productiva en crecimiento y para agilizar la comunicación con las poblaciones de alta montaña.
Se llega fácilmente -una hora en automóvil y 30 minutos más en ómnibus-, siempre fue accesible a todos los bolsillos -una de las razones de su popularidad- y los ríos Tacanas y Las Tipas gozan de gran convocatoria durante el verano.
Si existiese una firme decisión de desarrollar el turismo en San Pedro de Colalao, sin duda, la villa se convertiría en poco tiempo en un destino ineludible de todo visitante y de los mismos comprovincianos. De ese modo, la Sucursal del Cielo adquiriría renombre en todo el país.