NOVELA
SOBREVIVIENTES
FERNANDO MONACELLI
(Alfaguara - Buenos Aires)
El nudo temático se presenta con sencillez: al fundirse el hielo en la Antártida aparece el cadáver congelado de un soldado argentino de la guerra de Malvinas. Su madre interpreta entonces las señales de un diario íntimo que el soldado llevaba en el frente de batalla y deduce la existencia de un nieto. ¿Qué hacer? ¿A quién acudir? La anciana acude a una periodista de un periódico porteño y la estimula a investigar hasta las últimas consecuencias. Ella, la periodista, no tiene una vida fácil, también porta sus heridas, sus incertidumbres y sus desasosiegos. Su marido emigró a España en 2001 y la dejó con un hijo que ella, la periodista, puso al cuidado de su suegra.
Así se plantea el encuentro de dos mujeres separadas por diferencias de variada índole que, sin embargo, establecen una profunda comunión macerada en un objetivo común cuya fuerza no será mayor a lo que no es dicho pero pulsa con vigor inusitado. La íntima solidaridad de dos guerreras. De dos sobrevivientes de la soledad, del desconcierto, de un pasado que hace huellas de las huellas más dolorosas y de un futuro que se prefigura opaco y al tiempo prometedor: el faro de la verdad como recompensa última al abrirse paso, a como dé lugar, entre las brumas de intrigas no exentas de manos negras de lo peor de la política.
De la política o, mejor, de las políticas oscuras, de una suerte de puzle de la Argentina de ayer y la Argentina de hoy, del amor en general y del amor maternal en particular, de la justicia como enunciado y de la justicia como búsqueda contante y sonante, de los sentimientos, de las emociones, de la fuerza de la vida propiamente dicha va Sobrevivientes, de Fernando Monacelli (Bahía Blanca, 1966), Premio Clarín de Novela 2012. Y aunque hacia sus tramos finales el relato parece perder una pizca de transparencia y algo de fuerza (pura percepción del autor de estas líneas) sería injusto quedarse con esa eventual debilidad. Esta novela honra los grandes trazos del género. Es clara y precisa en su concepción y en su desarrollo, vigorosa en sus entramados, espléndidamente escrita, cuidadosa en los hilos del suspenso y propiciadora, al cabo, de empatías sin la menor gravitación del golpe bajo. Son demasiados los valores de Monacelli en general y de este texto en particular para que nos quedemos con objeciones que, en última instancia, serán los lectores quienes deberán formular.
© LA GACETA
WALTER VARGAS