27 Marzo 2013
TENDENCIA. La imagen de la canciller alemana Angela Merkel con uniforme nazi llegó hasta la tapa de algunos diarios.
BERLÍN.- Las duras condiciones impuestas por el gobierno de Alemania para el rescate a Chipre reavivaron en el sur de Europa las críticas a la administración de Angela Merkel, comparaciones con Adolf Hitler incluidas. En Alemania hablan de un brote de "germanofobia" que unos ven con estupor, otros con pena y la mayoría con preocupación.
Los carteles de Merkel con uniforme nazi son ya una estampa de la crisis europea, pero esta vez la indignación fue más allá de las calles de Nicosia, Madrid o Atenas. "Merkel, como Hitler, ha declarado la guerra al resto de Europa, ahora para garantizarse espacio vital económico", decía un economista español en un artículo publicado en la web del diario español El País y luego retirado ante las críticas.
Los ataques dirigidos al tema más sensible de la primera potencia europea, su pasado nazi, no pasaron desapercibidos en Alemania. "Chipre está salvado, Alemania se impuso. Pero, ¿A qué precio?", se preguntó "Der Spiegel". El semanario citó la "ola de germanofobia" europea diagnosticada por el historiador británico Brendan Simms y advirtió sobre las "profundas heridas en la eurozona" abiertas por la negociación del rescate.
El gobierno de Merkel intentó exhibir serenidad ante las críticas y el ministro de Finanzas Wolgang Schäuble, que antes del acuerdo para un rescate por 10.000 millones de euros a Chipre se jactó de no dejarse "extorsionar por nada ni por nadie", ensayó una interpretación psicológica para la indignación con Alemania. "Es como en la escuela. Cuando uno saca mejores notas, los que están atravesando dificultades tienen un poco de envidia", dijo en la cadena pública ZDF. Más afectado se mostró su par de Exteriores, Guido Westerwelle, que en declaraciones a "Der Spiegel" lamentó "un tono excesivo, a veces injusto e hiriente" en las críticas.
La población se divide al ver las imágenes de las protestas en los países en crisis y el modo en que los manifestantes comparan a Merkel, que goza niveles récord de popularidad en su país y es gran favorita para ganar las elecciones generales de septiembre, con el dictador responsable de la mayor vergüenza histórica de Alemania.
Muchos comprenden el dolor y la rabia de la población en los países más golpeados por la crisis, pero la mayoría toma las críticas como el precio a pagar por el poder alemán y todos rechazan de forma unánime las alusiones al nazismo. (DPA)
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