Palabras autorizadas

Vestidos de rojo y blanco supieron saborear las mieles del éxito. Formaron parte de ese San Martín que pudo resurgir desde lo más profundo del infierno, hasta llegar a ver la luz divina. Por eso su opinión vale. Luciano González y Gustavo Ibáñez, dos hombres del riñón "santo" y que sienten la filosofía que pregona Carlos Roldán, llevan la bandera de un plantel dispuesto a recuperar la gloria.

El torneo entró en la etapa decisiva. Cada punto equivale a un pedacito de oro y nadie quiere quedarse a la vera del camino. Llegar al objetivo es el deseo. "Estamos confiados en poder lograr el ascenso. Es lo queremos todos y por lo que luchamos día a día", dice Ibáñez.

En la temporada 2005/06, un "santo" con Roldán a la cabeza, paseó su fútbol por el Argentino A. Y, pese a perder, inesperadamente la final con Villa Mitre, logró el boleto a la B Nacional a través de la Promoción. Hoy, todo es diferente, aunque en La Ciudadela esperan que el final sea el mismo.

"Son distintos planteles. Ahora nos está faltando ser un poco más efectivos de tres cuartos de cancha en adelante. Si logramos eso, vamos a ser un equipo de temer", firma "Lucho".

"Ratón" entra en la misma sintonía que su compañero. Está confiado en lograr el objetivo, aunque sabe que es indispensable afilar la punta de la lanza para poder cazar el sueño mágico. "Este es un plantel con muy buenos jugadores y con mucha hambre de gloria. Si ajustamos pequeños detalles, estoy seguro de que podemos lograr el ascenso", asegura el ídolo "santo", sabiendo que el duelo del domingo es clave. "Hay partidos que marcan a un plantel. Por eso tenemos que sacar pecho en Córdoba y demostrar que tenemos con qué pelear arriba".

González asiente esas palabras. Quiere un equipo que demuestre personalidad y saque adelante una parada complicadísima. "Talleres viene bien, y además, tendrá el público a su favor. Pero nosotros no nos achicamos, vamos a ir al estadio 'Mario Kempes' a traernos la victoria".

El funcionamiento colectivo es el karma de este San Martín. Roldán y sus pupilos trabajan a sol y sombra para tratar de ajustar las piezas de una máquina que, en poco tiempo, debe quedar diez puntos. "Nos está faltando explosión de mitad de cancha hacia arriba. Además tenemos que manejar la pelota un poco más. Talleres es un equipo que, cuando le sacan la pelota, se desespera", dice Ibáñez, quien no anda con vueltas sobre el futuro "santo". "Gran parte de nuestras chances dependen de lo que hagamos el domingo".

"Lucho" y "Ratón" saben que en esta instancia se jugarán la vida. "Haremos todo para lograr el ascenso", aseguran a coro. Es la idea fija de un plantel que cree a muerte en sus condiciones.