Por Bruno Farano
25 Marzo 2013
TRAGAME TIERRA. "JP" ya falló la chance del 4-3 y se lamenta en el suelo. Después Central se llevó el triunfo a Rosario. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
A veces la suerte te suelta la mano y ahí sí que no hay con qué darle al destino. Mucho más en el fútbol y en esos duelos chivos en los que, para salir bien parado, hay que apelar a todas las mañas. A Juan Pablo Pereyra, la diosa fortuna le fue esquiva y lo lamentó todo el pueblo "decano".
Iban 62', el partido estaba en tablas (3-3). Atlético sabía que el tren del ascenso se escapaba y se fue decidido a la caza del puntero. Gonzalo Bustamante bailó sobre el cuero, juntó dos rivales y sirvió un centro perfecto a la cabeza del "Flaco". Pero un torpe Rafael Delgado se llevó puesto al lungo. Penal.
"JP" no anduvo con vueltas: a él le habían cometido la falta y estaba decidido a cobrarla, a pesar de que "Pulguita" era el designado. Su decisión no fue la mejor. Quiso cruzar el remate de zurda, pero le pegó feo, feo y la caprichosa se fue ancha. Luego del yerro, el "canalla" apretó el acelerador y se llevó a Rosario una victoria que cotiza en bolsa y que lo deposita en la antesala del cielo.
Lejos de esconderse, Pereyra fue el primero en salir a enfrentar los grabadores. "Gran parte de la culpa de la derrota es mía", fue la primera frase que soltó el "Flaco" tras el 3-4. Era consciente que esa bocha que se había perdido lejos del palo izquierdo de Gastón Pezzutti había sido el punto de inflexión. "Si convertía, ganábamos. No me quedan dudas. Por eso me voy con bronca", lamentó con una mueca que lo decía todo.
Pereyra se fue del Monumental herido en su corazón. Su error casi mata el sueño que todos acunan en 25 de Mayo y Chile. Pero no se resigna, y pide revancha. Urgente. "Esperemos que no se vaya el tren. Tendríamos que haber ganado pero queda mucho camino por recorrer y la seguiremos peleando", dijo el hombre al que su voz interior terminó jugándole una mala pasada. "Me tenía fe y le pedí el penal a Luis. La cosa no salió como esperaba. Yo soy el culpable de la derrota", repitió antes de dejar el estadio. "Flaco" no podrá conciliar el sueño. Se siente culpable de dejar a Atlético a la deriva.
Iban 62', el partido estaba en tablas (3-3). Atlético sabía que el tren del ascenso se escapaba y se fue decidido a la caza del puntero. Gonzalo Bustamante bailó sobre el cuero, juntó dos rivales y sirvió un centro perfecto a la cabeza del "Flaco". Pero un torpe Rafael Delgado se llevó puesto al lungo. Penal.
"JP" no anduvo con vueltas: a él le habían cometido la falta y estaba decidido a cobrarla, a pesar de que "Pulguita" era el designado. Su decisión no fue la mejor. Quiso cruzar el remate de zurda, pero le pegó feo, feo y la caprichosa se fue ancha. Luego del yerro, el "canalla" apretó el acelerador y se llevó a Rosario una victoria que cotiza en bolsa y que lo deposita en la antesala del cielo.
Lejos de esconderse, Pereyra fue el primero en salir a enfrentar los grabadores. "Gran parte de la culpa de la derrota es mía", fue la primera frase que soltó el "Flaco" tras el 3-4. Era consciente que esa bocha que se había perdido lejos del palo izquierdo de Gastón Pezzutti había sido el punto de inflexión. "Si convertía, ganábamos. No me quedan dudas. Por eso me voy con bronca", lamentó con una mueca que lo decía todo.
Pereyra se fue del Monumental herido en su corazón. Su error casi mata el sueño que todos acunan en 25 de Mayo y Chile. Pero no se resigna, y pide revancha. Urgente. "Esperemos que no se vaya el tren. Tendríamos que haber ganado pero queda mucho camino por recorrer y la seguiremos peleando", dijo el hombre al que su voz interior terminó jugándole una mala pasada. "Me tenía fe y le pedí el penal a Luis. La cosa no salió como esperaba. Yo soy el culpable de la derrota", repitió antes de dejar el estadio. "Flaco" no podrá conciliar el sueño. Se siente culpable de dejar a Atlético a la deriva.
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