Por Nicolás Iriarte
24 Marzo 2013
CAMINO A LA GLORIA. More hace el avioncito luego de convertir su gol N°1.
César More sabe lo que es estar en posición adelantada. Por más que le cueste hablar sobre la que experimentó en el clásico, cuando convirtió su primer gol oficial y uno de los más importantes en la historia de Atlético, admite sin problemas que vivió en orsai entre 2008 y 2009. ¿Se lo sancionaron? ¿O esquivó la bala como en el partido del 6 de marzo?
Verán, al parecer, el lateral "decano" tiene cierta habilidad para no quedar en evidencia. En diciembre de 2007, luego de concluir sus estudios secundarios en el Colegio Inamculada Concepción, de Banda del Río Salí, More le pidió a sus padres un tiempo para dedicar toda su atención al fútbol, al que venía practicando de manera amateur, pero del que quería una carrera. Si es que no resultaba, debía entrar a la facultad.
En noviembre de 2009, Julio More, su papá, y Graciela Banegas, su mamá, le avisaron que a fines de ese año, aquel tiempo solicitado expiraría y que en 2010 tendría que agarrar los libros y quizás, soltar la pelota. En su caso serían los de Educación Física, lo que tenía en mente por si lo otro no funcionaba.
Hasta allí, la oportunidad no había aparecido. La Liga había sido su techo. El telebeam no mentía: estaba en un claro offside a punto de ser sancionado. Apenas unos días después debutó en Primera contra River en el Monumental de Núñez. "Yo estaba tranquilo. Iba a ser lo que tenía que ser. Entendía lo que ellos me estaban planteando. No era descabellado", cuenta "Flecha".
Así, comprensivo, es como analizó su gol. Ese que despertó las mayores alegrías y las peores broncas en los últimos años entre Atlético y San Martín. "Siempre cuando te favorecen festejas, y sino te la pasás quejando todo el día. A nosotros nos pasó de que nos piten en contra y ¿qué vas a hacer? No queda otra", dijo.
En su momento, el jugador no supo que estaba medio metro adelantado, algo que constató por TV, aunque lo dice a regañadientes. "Mirá si me voy a poner a pensar si estaba o no en offside. Después lo vi pero estaba contento igual".
A la hora de exacerbar la situación y preguntarse cómo hubiesen sido las reacciones de darse exactamente lo contrario, fue tajante. "Si era al revés, ellos lo hubiesen festejado igual o más". Por suerte para él y los suyos, More no tuvo que lidiar con esas celebraciones potenciales. Fue él, el que corrió en dirección contraria al arco en que había metido el gol para festejar un gol que todavía no entiende. "Soy pésimo cabeceando. Ni en la Liga hice uno así".
De esa manera volvió a su casa luego del viaje a Buenos Aires que le había dejado como saldo su debut. Directo a los brazos de su familia que le habían puesto el ultimátum, pero que festejaron como propio el inicio de una carrera prometedora. "Yo me la jugué por el fútbol", confiesa. Y vaya que lo hizo: todas sus fichas estaban puestas allí y mal que le pese, en 2010, la Universidad lo esperaba con los brazos abiertos si no se le daba.
"Todavía es una posibilidad. Mis papás siempre me advirtieron que la del futbolista es una carrera corta y no sabés lo que te puede pasar", dice. Por ahora, lo que le viene pasando no es nada malo. Hasta aquí, ha alternado titularidad en el lateral izquierdo y hasta se animó a jugar como carrilero por esa vía también, en el que fue uno de los mejores partidos de su carrera: el 2-0 ante Olimpo, el líder en su momento y algo que querrá repetir hoy ante el actual puntero: Central.
Igualmente, las fechas podrán pasar y quizás también las fases de la Copa Argentina, pero el recuerdo del gol no se borrará. "Me puso muy contento. Haber seguido siempre a Atlético desde chico, ser parte de un grupo que hace todo para conseguir sus objetivos y haber aportado con un gol para algo así es increíble".
Verán, al parecer, el lateral "decano" tiene cierta habilidad para no quedar en evidencia. En diciembre de 2007, luego de concluir sus estudios secundarios en el Colegio Inamculada Concepción, de Banda del Río Salí, More le pidió a sus padres un tiempo para dedicar toda su atención al fútbol, al que venía practicando de manera amateur, pero del que quería una carrera. Si es que no resultaba, debía entrar a la facultad.
En noviembre de 2009, Julio More, su papá, y Graciela Banegas, su mamá, le avisaron que a fines de ese año, aquel tiempo solicitado expiraría y que en 2010 tendría que agarrar los libros y quizás, soltar la pelota. En su caso serían los de Educación Física, lo que tenía en mente por si lo otro no funcionaba.
Hasta allí, la oportunidad no había aparecido. La Liga había sido su techo. El telebeam no mentía: estaba en un claro offside a punto de ser sancionado. Apenas unos días después debutó en Primera contra River en el Monumental de Núñez. "Yo estaba tranquilo. Iba a ser lo que tenía que ser. Entendía lo que ellos me estaban planteando. No era descabellado", cuenta "Flecha".
Así, comprensivo, es como analizó su gol. Ese que despertó las mayores alegrías y las peores broncas en los últimos años entre Atlético y San Martín. "Siempre cuando te favorecen festejas, y sino te la pasás quejando todo el día. A nosotros nos pasó de que nos piten en contra y ¿qué vas a hacer? No queda otra", dijo.
En su momento, el jugador no supo que estaba medio metro adelantado, algo que constató por TV, aunque lo dice a regañadientes. "Mirá si me voy a poner a pensar si estaba o no en offside. Después lo vi pero estaba contento igual".
A la hora de exacerbar la situación y preguntarse cómo hubiesen sido las reacciones de darse exactamente lo contrario, fue tajante. "Si era al revés, ellos lo hubiesen festejado igual o más". Por suerte para él y los suyos, More no tuvo que lidiar con esas celebraciones potenciales. Fue él, el que corrió en dirección contraria al arco en que había metido el gol para festejar un gol que todavía no entiende. "Soy pésimo cabeceando. Ni en la Liga hice uno así".
De esa manera volvió a su casa luego del viaje a Buenos Aires que le había dejado como saldo su debut. Directo a los brazos de su familia que le habían puesto el ultimátum, pero que festejaron como propio el inicio de una carrera prometedora. "Yo me la jugué por el fútbol", confiesa. Y vaya que lo hizo: todas sus fichas estaban puestas allí y mal que le pese, en 2010, la Universidad lo esperaba con los brazos abiertos si no se le daba.
"Todavía es una posibilidad. Mis papás siempre me advirtieron que la del futbolista es una carrera corta y no sabés lo que te puede pasar", dice. Por ahora, lo que le viene pasando no es nada malo. Hasta aquí, ha alternado titularidad en el lateral izquierdo y hasta se animó a jugar como carrilero por esa vía también, en el que fue uno de los mejores partidos de su carrera: el 2-0 ante Olimpo, el líder en su momento y algo que querrá repetir hoy ante el actual puntero: Central.
Igualmente, las fechas podrán pasar y quizás también las fases de la Copa Argentina, pero el recuerdo del gol no se borrará. "Me puso muy contento. Haber seguido siempre a Atlético desde chico, ser parte de un grupo que hace todo para conseguir sus objetivos y haber aportado con un gol para algo así es increíble".
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