22 Marzo 2013
BUENOS AIRES.- Dirigentes políticos del oficialismo y la oposición coincidieron en que la posibilidad de que el papa Francisco visite la Argentina después de las elecciones de octubre, carece de importancia a la hora de definir las preferencias políticas del electorado. También compartieron la opinión de que la elección del cardenal Jorge Bergoglio, como Sumo Pontífice católico, no tendrá impacto en el proceso electoral de este año.
Error de análisis
El diputado del Frente para la Victoria, Jorge Landau, afirmó que la trascendencia del nuevo Papa "excede al panorama político local" y que "la búsqueda de la apropiación de su figura para obtener alguna beneficio político es un error conceptual de análisis".
"No va a tener incidencia en el proceso electoral, porque él va a actuar en un marco global. Son dos niveles distintos", dijo, y definió que la entronización del nuevo Papa "es lo más importante que le pasó a la Argentina en toda su historia", por lo que "nadie puede obtener ventajas de una figura de esta trascendencia".
Sobre la visita del Sumo Pontífice, señaló que "el día que venga, va a ser una revolución que no la vamos a poder olvidar nunca y va generar una conmoción como nunca conocimos, con un importante movimiento de gente".
El senador del Frente Amplio Progresista (FAP), Jaime Linares rechazó "la influencia que se autoatribuyen algunos dirigentes para condicionar la agenda del Papa", como la que se adjudicó el dirigente kirchnerista Luis D'Elía.
"Es por lo menos una imprudencia que se automencionen de que hayan podido afectar sus decisiones", agregó. Linares consideró que es "poca la influencia que podría tener la elección del Papa en la política argentina, porque actúa en otro dimensión como guía de espiritual para 1.200 millones de personas en el mundo". "Alguno podrá tomar a favor sus declaraciones, pero serán puras especulaciones políticas", manifestó.
Por su parte, el presidente del bloque de senadores radicales, José Cano, calificó de "sabia" la decisión de "no venir hasta después del proceso electoral para que nadie especule con su presencia".
"No creo que le vaya bien a los que especulen en usar la figura del Papa", declaró el parlamentario tucumano, al tiempo que sostuvo que "en las elecciones se cosecha del trabajo y la militancia y no se avanza por colgarse del saco de nadie".
Admitió que "hay especulaciones de sectores opositores y del oficialismo por buscar esta influencia" e ironizó que ahora "da la impresión de que la Presidenta es más papista que el Papa". (DyN)
Error de análisis
El diputado del Frente para la Victoria, Jorge Landau, afirmó que la trascendencia del nuevo Papa "excede al panorama político local" y que "la búsqueda de la apropiación de su figura para obtener alguna beneficio político es un error conceptual de análisis".
"No va a tener incidencia en el proceso electoral, porque él va a actuar en un marco global. Son dos niveles distintos", dijo, y definió que la entronización del nuevo Papa "es lo más importante que le pasó a la Argentina en toda su historia", por lo que "nadie puede obtener ventajas de una figura de esta trascendencia".
Sobre la visita del Sumo Pontífice, señaló que "el día que venga, va a ser una revolución que no la vamos a poder olvidar nunca y va generar una conmoción como nunca conocimos, con un importante movimiento de gente".
El senador del Frente Amplio Progresista (FAP), Jaime Linares rechazó "la influencia que se autoatribuyen algunos dirigentes para condicionar la agenda del Papa", como la que se adjudicó el dirigente kirchnerista Luis D'Elía.
"Es por lo menos una imprudencia que se automencionen de que hayan podido afectar sus decisiones", agregó. Linares consideró que es "poca la influencia que podría tener la elección del Papa en la política argentina, porque actúa en otro dimensión como guía de espiritual para 1.200 millones de personas en el mundo". "Alguno podrá tomar a favor sus declaraciones, pero serán puras especulaciones políticas", manifestó.
Por su parte, el presidente del bloque de senadores radicales, José Cano, calificó de "sabia" la decisión de "no venir hasta después del proceso electoral para que nadie especule con su presencia".
"No creo que le vaya bien a los que especulen en usar la figura del Papa", declaró el parlamentario tucumano, al tiempo que sostuvo que "en las elecciones se cosecha del trabajo y la militancia y no se avanza por colgarse del saco de nadie".
Admitió que "hay especulaciones de sectores opositores y del oficialismo por buscar esta influencia" e ironizó que ahora "da la impresión de que la Presidenta es más papista que el Papa". (DyN)
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