20 Marzo 2013
ADORNO. El póster del Papa que regaló LA GACETA, en un aula del Guillermina.
A la madre superiora del colegio Guillermina Leston de Guzmán, Evangelina Navarro, la sorprendió más la dimisión de Benedicto XVI -el antecesor de Francisco- que la elección de Jorge Mario Bergoglio como Sumo Pontífice.
"La elección de Bergoglio no me sorprendió, porque ya la había esperado, desde el cónclave anterior, cuando se lo mencionaba entre los papables. Así que cuando escuché que el cardenal francés Jean-Louis Tauran pronunció el nombre de 'Marium' -porque el Jorge no se le escuchó claro- pegué el grito: ¡Bergoglio!", contó la religiosa, rectora del colegio que conduce la congregación de las Misioneras de la Inmaculada Concepción.
Francisco es el primer Papa latinoamericano. Pero la madre Evangelina ya conoció la experiencia de celebrar que una persona de nacionalidad argentina sea la primera latinoamericana en ocupar un espacio de conducción de una organización religiosa. "Nuestra congregación nace en 1850; y desde entonces siempre había sido conducida por una española. Hasta hace ocho años, cuando resultó elegida como madre superiora general Marisa Remírez, una argentina... nacida en Tucumán", contó.
Remírez todavía se encuentra al frente de la congregación. "Sentimos un enorme orgullo, porque ella fue educada en este colegio desde que tenía cuatro años. Su familia, además, vive acá cerca, detrás de la vía", señaló Navarro.
En abril del año pasado se cumplieron 100 años de la llegada de la congregación de las Misioneras de la Inmaculada Concepción a la Argentina, y los 75 de la inauguración del colegio Guillermina Leston de Guzmán. La madre Evangelina precisó que se rigen por tres valores: la empatía, la resiliencia y la misericordia. Precisamente, sobre esta última estructuró Francisco su primer Angelus. "Misericordia viene de la unión de dos palabras latinas; significa 'mirar con el corazón'", dijo Navarro.
"Para nuestra congregación, la elección de Francisco tiene un gran significado. Dios nos regala esto. Lo tenemos que tomar, pero no como si fuera algo que pasa, que sucede, sino como algo significativo", indicó.
"La elección de Bergoglio no me sorprendió, porque ya la había esperado, desde el cónclave anterior, cuando se lo mencionaba entre los papables. Así que cuando escuché que el cardenal francés Jean-Louis Tauran pronunció el nombre de 'Marium' -porque el Jorge no se le escuchó claro- pegué el grito: ¡Bergoglio!", contó la religiosa, rectora del colegio que conduce la congregación de las Misioneras de la Inmaculada Concepción.
Francisco es el primer Papa latinoamericano. Pero la madre Evangelina ya conoció la experiencia de celebrar que una persona de nacionalidad argentina sea la primera latinoamericana en ocupar un espacio de conducción de una organización religiosa. "Nuestra congregación nace en 1850; y desde entonces siempre había sido conducida por una española. Hasta hace ocho años, cuando resultó elegida como madre superiora general Marisa Remírez, una argentina... nacida en Tucumán", contó.
Remírez todavía se encuentra al frente de la congregación. "Sentimos un enorme orgullo, porque ella fue educada en este colegio desde que tenía cuatro años. Su familia, además, vive acá cerca, detrás de la vía", señaló Navarro.
En abril del año pasado se cumplieron 100 años de la llegada de la congregación de las Misioneras de la Inmaculada Concepción a la Argentina, y los 75 de la inauguración del colegio Guillermina Leston de Guzmán. La madre Evangelina precisó que se rigen por tres valores: la empatía, la resiliencia y la misericordia. Precisamente, sobre esta última estructuró Francisco su primer Angelus. "Misericordia viene de la unión de dos palabras latinas; significa 'mirar con el corazón'", dijo Navarro.
"Para nuestra congregación, la elección de Francisco tiene un gran significado. Dios nos regala esto. Lo tenemos que tomar, pero no como si fuera algo que pasa, que sucede, sino como algo significativo", indicó.
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