19 Marzo 2013
BRONCA E IMPOTENCIA. Alrededor de las 19 comenzó la movilización que contó con una gran cantidad de vecinos, amigos y familiares de la víctima. LA GACETA / FOTO DE FRANCO VERA
Estaban fuera de sí. La bronca desbordaba a los amigos, a los vecinos y a los parientes de Ramón Antonio Escobar, el adolescente asesinado a puñaladas el sábado a la madrugada en Lastenia. Los padres de "Ramoncito", como llamaban al joven de 16 años, tuvieron que advertirles a los manifestantes que la movilización sería pacífica con el fin de evitar disturbios. Sin embargo, sobre el final de la protesta, los ánimos se caldearon y una pila de neumáticos ardió sobre la vereda de la comisaría.
"La idea de hacer una marcha surgió durante el velorio, la misma gente que llegaba nos pedía que nos organicemos y salgamos a exigir justicia", contó Juan Ramón Soria, un vecino de la familia Escobar. Fue así que la decisión de salir a la calle se tomó el domingo a la tarde, luego de sepultar los restos del adolescente en el cementerio de Cevil Pozo. Lo que no esperaban es que la respuesta fuera tan grande: 24 horas después, numerosos grupos de personas llegaron puntuales a la casa de "Ramoncito", cargando pancartas con imágenes del adolescente y reclamos de esclarecimiento.
Los cánticos
A las 19 comenzaron la marcha, acompañados por el estruendo de las bombas y el sonido de los redoblantes. La movilización duró una hora y recorrió alrededor de 20 cuadras, deteniéndose en el lugar donde la víctima cayó herida, en la puerta de la casa donde fue atacada y, por último, al frente de la Policía.
Las autoridades de la comisaría salieron exaltadas al divisar una multitud enardecida que se dirigía hacia ellos. "Se va a acabar, se va a acabar, esa costumbre de matar", advertían a coro mientras encendían el fuego "en las narices" de los uniformados. La bronca de los manifestantes fue creciendo de tal manera que los familiares de "Ramoncito" tuvieron que suplicarles a gritos que se calmaran.
"Yo le garantizo que no va a pasar nada, no se preocupe. Nosotros sabemos que ustedes no tienen nada que ver y que toda la responsabilidad es de la fiscalía", le decía Marcos Viltes, padre del joven asesinado, al comisario local. Fue él uno de los que salieron con un balde de agua a intentar calmar el fuego que amenazaba con alcanzar el cableado eléctrico.
"Una barra como de 20 personas lo atacó a mi hijo. Lo apuñalaron en el corazón. A su amigo le pegaron ocho puñaladas y está grave en el Centro de Salud. De esas 20 personas, hay dos detenidas. Pero la Policía no puede hacer nada porque eso ya es responsabilidad de la Justicia", repitió Viltes a los micrófonos de LA GACETA.
El violento ataque ocurrió el sábado a las 3, cuando Ramón Antonio Escobar llegó junto a un amigo a una vivienda del barrio 4 de Junio, donde una joven festejaba su cumpleaños.
Los vínculos
De acuerdo a los comentarios que llegaron a los oídos de su abuelo, que tiene el mismo nombre que el joven fallecido, los adolescentes fueron agredidos antes de ingresar a la fiesta. "Hay muchas personas que vieron todo, pero por temor no quieren hablar. El padre de la chica dueña de casa es policía y tampoco quiso decir nada", se quejó Escobar.
El arma con la que asesinaron al adolescente no fue encontrada, pero su abuelo estimó que era una punta de fabricación casera. "Cuando lo atacaron, 'Ramóncito' ha corrido y se ha caído, entonces le siguieron pegando. Después volvió a correr, pero ahí ya cayó inconsciente", relató.
No hay certezas sobre el motivo que habría desencadenado semejante agresión. Según el abuelo de "Ramoncito", se trató de una pelea barrial. "Acá hay muchas rivalidades entre el Club Lastenia y el Club San Juan. Mi nieto era hincha del Lastenia", comentó. No obstante, remarcó que nada justificaba una agresión con "tanta saña".
"La idea de hacer una marcha surgió durante el velorio, la misma gente que llegaba nos pedía que nos organicemos y salgamos a exigir justicia", contó Juan Ramón Soria, un vecino de la familia Escobar. Fue así que la decisión de salir a la calle se tomó el domingo a la tarde, luego de sepultar los restos del adolescente en el cementerio de Cevil Pozo. Lo que no esperaban es que la respuesta fuera tan grande: 24 horas después, numerosos grupos de personas llegaron puntuales a la casa de "Ramoncito", cargando pancartas con imágenes del adolescente y reclamos de esclarecimiento.
Los cánticos
A las 19 comenzaron la marcha, acompañados por el estruendo de las bombas y el sonido de los redoblantes. La movilización duró una hora y recorrió alrededor de 20 cuadras, deteniéndose en el lugar donde la víctima cayó herida, en la puerta de la casa donde fue atacada y, por último, al frente de la Policía.
Las autoridades de la comisaría salieron exaltadas al divisar una multitud enardecida que se dirigía hacia ellos. "Se va a acabar, se va a acabar, esa costumbre de matar", advertían a coro mientras encendían el fuego "en las narices" de los uniformados. La bronca de los manifestantes fue creciendo de tal manera que los familiares de "Ramoncito" tuvieron que suplicarles a gritos que se calmaran.
"Yo le garantizo que no va a pasar nada, no se preocupe. Nosotros sabemos que ustedes no tienen nada que ver y que toda la responsabilidad es de la fiscalía", le decía Marcos Viltes, padre del joven asesinado, al comisario local. Fue él uno de los que salieron con un balde de agua a intentar calmar el fuego que amenazaba con alcanzar el cableado eléctrico.
"Una barra como de 20 personas lo atacó a mi hijo. Lo apuñalaron en el corazón. A su amigo le pegaron ocho puñaladas y está grave en el Centro de Salud. De esas 20 personas, hay dos detenidas. Pero la Policía no puede hacer nada porque eso ya es responsabilidad de la Justicia", repitió Viltes a los micrófonos de LA GACETA.
El violento ataque ocurrió el sábado a las 3, cuando Ramón Antonio Escobar llegó junto a un amigo a una vivienda del barrio 4 de Junio, donde una joven festejaba su cumpleaños.
Los vínculos
De acuerdo a los comentarios que llegaron a los oídos de su abuelo, que tiene el mismo nombre que el joven fallecido, los adolescentes fueron agredidos antes de ingresar a la fiesta. "Hay muchas personas que vieron todo, pero por temor no quieren hablar. El padre de la chica dueña de casa es policía y tampoco quiso decir nada", se quejó Escobar.
El arma con la que asesinaron al adolescente no fue encontrada, pero su abuelo estimó que era una punta de fabricación casera. "Cuando lo atacaron, 'Ramóncito' ha corrido y se ha caído, entonces le siguieron pegando. Después volvió a correr, pero ahí ya cayó inconsciente", relató.
No hay certezas sobre el motivo que habría desencadenado semejante agresión. Según el abuelo de "Ramoncito", se trató de una pelea barrial. "Acá hay muchas rivalidades entre el Club Lastenia y el Club San Juan. Mi nieto era hincha del Lastenia", comentó. No obstante, remarcó que nada justificaba una agresión con "tanta saña".