18 Marzo 2013
BUENOS AIRES (Magena Valentie, enviada especial).- Dicen que hace años que no se veía tanta gente en la iglesia Catedral de Buenos Aires. Tanta, que hizo falta una pantalla gigante para la multitud que no pudo entrar y se convocó frente a la Plaza de Mayo. Las banderas papales competían y le ganaban, en cantidad, a las argentinas. El sol tibio del mediodía parecía unirse al clima festivo que contrastaba con el silencio del domingo porteño. Quién más, quien menos, tenía una expresión de emoción en el rostro. Estaban los que no podían parar de llorar y los que no dejaban de reir - como la mayoría de los jóvenes, los niños agitaban sus banderitas y acompañaban la celebración con globos blancos y celestes
"La llegada del papa Francisco a la Iglesia nos va a hacer recuperar la fe, estoy segura. Nos animará a los grandes y entusiasmará a los jóvenes", anhela María Victoria Di Próspero, junto a sus pequeñas hijas Rocío y Sofía.
"Va a hacer un cambio muy grande para la Argentina, esto va a ayudar a que la Iglesia crezca, estoy segura", apuesta Delfina Guyot. "¡Toda esta gente aquí reunida es la demostración del entusiasmo que tienen por el nuevo papa!", coinciden Lucía y Martina Zanti, de 18 y 15 años respectivamente.
En la plaza hay familias completas como la de Bautista de 14 años, que vino con sus padres Gustavo Juli y Roxana, y sus hermanos Gaspar, Felicitas y Facundo. "A mí me gusta mucho este Papa. Me parece que tiene onda", sintetiza el adolescente.
Unos pasos más allá Mirta Meliendes, de Buenos Aires, se muestra emocionada, con un rosario en la mano y un póster del Papa argentino que acaba de comprar y lo aprisiona sobre su pecho. "Lo que más me gusta es su sencillez, yo creo que lo va a querer el mundo entero", dice sonriente.
Hasta los periodistas de otros países están asombrados por el amor que le profesa su pueblo al Papa.
"Apenas nos enteramos volamos de Nueva York para Buenos Aires. Y acá no lo podíamos creer ... ¡cómo lo quieren!", se sorprende la italiana Manuela Moreno junto a su compañero Michele Petruzziello, que trabajan para la RAI, la televisión italiana. "Yo creo que este Papa, así como él se acerca a la gente, también va a hacer al mundo al Vaticano", espera. Francisca Paz Ciucci es una niña de 10 años que tiene una historia para contar. ¡"Celebré tres veces: primero cuando ya estaba elegido, después al saber que era argentino y por último al cuando dijo que se llamará igual que yo!" explica la pequeña. Hay otro detalle no menor. Dice que ama a Tucumán, porque su abuela, Marta Gaitán, que es tucumana, de San Pablo, cocina las mejores empanadas del mundo.
"La llegada del papa Francisco a la Iglesia nos va a hacer recuperar la fe, estoy segura. Nos animará a los grandes y entusiasmará a los jóvenes", anhela María Victoria Di Próspero, junto a sus pequeñas hijas Rocío y Sofía.
"Va a hacer un cambio muy grande para la Argentina, esto va a ayudar a que la Iglesia crezca, estoy segura", apuesta Delfina Guyot. "¡Toda esta gente aquí reunida es la demostración del entusiasmo que tienen por el nuevo papa!", coinciden Lucía y Martina Zanti, de 18 y 15 años respectivamente.
En la plaza hay familias completas como la de Bautista de 14 años, que vino con sus padres Gustavo Juli y Roxana, y sus hermanos Gaspar, Felicitas y Facundo. "A mí me gusta mucho este Papa. Me parece que tiene onda", sintetiza el adolescente.
Unos pasos más allá Mirta Meliendes, de Buenos Aires, se muestra emocionada, con un rosario en la mano y un póster del Papa argentino que acaba de comprar y lo aprisiona sobre su pecho. "Lo que más me gusta es su sencillez, yo creo que lo va a querer el mundo entero", dice sonriente.
Hasta los periodistas de otros países están asombrados por el amor que le profesa su pueblo al Papa.
"Apenas nos enteramos volamos de Nueva York para Buenos Aires. Y acá no lo podíamos creer ... ¡cómo lo quieren!", se sorprende la italiana Manuela Moreno junto a su compañero Michele Petruzziello, que trabajan para la RAI, la televisión italiana. "Yo creo que este Papa, así como él se acerca a la gente, también va a hacer al mundo al Vaticano", espera. Francisca Paz Ciucci es una niña de 10 años que tiene una historia para contar. ¡"Celebré tres veces: primero cuando ya estaba elegido, después al saber que era argentino y por último al cuando dijo que se llamará igual que yo!" explica la pequeña. Hay otro detalle no menor. Dice que ama a Tucumán, porque su abuela, Marta Gaitán, que es tucumana, de San Pablo, cocina las mejores empanadas del mundo.
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