Del Potro, a lo grande

Del Potro, a lo grande

En semifinales se deshizo de Novak Djokovic, el N° 1 del mundo, y hoy va por Rafael Nadal.

PASO A PASO. Juan Martín del Potro tuvo paciencia para edificar una gran victoria frente a un categorizado rival. PASO A PASO. Juan Martín del Potro tuvo paciencia para edificar una gran victoria frente a un categorizado rival.
¿Deben ser estas líneas un recuento de razones independientes que convergen en un resultado? O, lejos de eso, hay que aprovechar la oportunidad para soltar las riendas del idioma y llenar cada espacio con un elogio detrás de otro? Preguntas que surgen a partir de un partido de semifinales en el torneo de Indian Wells que terminó con un marcador de 4-6, 6-4 y 6-4, a favor de quien no parecía el favorito.

No todos los días se le gana a un número 1 del mundo. Muy salteado, menos del 5% de los partidos, Novak Djokovic pierde un juego en el que gana el primer set. Un par de veces, esta es apenas la segunda, Juan Martín Del Potro accedió a la final de un Masters 1.000. La enunciación de la importancia del logro conseguido contra el serbio, de más está decirlo, puede tener variadas formas.

Pero hay mucho más que eso. Fuera del alcance de tantas palabras formales, hay un intangible que solo el tiempo podrá confirmar. O desmentir. Del Potro ha encarado 2013 con el compromiso de hacer todo lo que esté a su alcance para trepar lo más alto posible en el ranking mundial de la ATP.

Eso incluye, obviamente, su deseo de ser el mejor y mirar a todos desde arriba. El camino es largo. Más que eso, el camino es empinado, una cuesta hostil en la que el paso siguiente debe apoyarse en la confianza que dejó el anterior.

Así se construye una gran temporada. El saque, el drive y el resto de los golpes tienen su indudable influencia. Aunque la verdad de fines de noviembre, ya sabemos, deberemos explicarla a partir de la convicción para enfrentar ciertos momentos. La convicción con la que Juan Martín recorrió el tercer set de ayer, desde la desventaja del 0-3. La convicción con la que despachó el ace del último punto del partido. La misma convicción con la que deberá andar, completa, la final de hoy. Esa que lo pondrá frente a frente con otro monstruo: el español Rafael Nadal, nada menos.

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