12 Marzo 2013
INICIO. Los 115 cardenales asisten a la misa votiva "Pro eligendo Pontifice" en la Basílica San Pedro. EFE
CIUDA DEL VATICANO.- Del segundo cónclave del tercer milenio participan 115 cardenales procedentes de 50 países, que se encerrarán en la capilla Sixtina para elegir al 266 papa de la historia de la Iglesia.
Los purpurados, que desde el pasado día 4 se han reunido a diario para preparar la asamblea, ocuparon a primeras horas de hoy las habitaciones que le han sido asignadas por sorteo en la residencia "Santa Marta", donde se alojarán durante el tiempo que dure el cónclave.
Antes de encerrarse en la Sixtina, a las 10, concelebraron la misa votiva "Pro eligendo Pontifice", previa al comienzo del cónclave, que oficia el cardenal decano, Angelo Sodano.
A las 16.30 (mediodía de la Argentina) entrarán en la capilla Sixtina, a la que Juan Pablo II llamó "santuario de la teología del cuerpo humano", cantando el "Veni Creator Spiritus", con el que invocarán la ayuda del Espíritu Santo.
Tras el juramento por el que se comprometerán a mantener el secreto de todo lo que se diga o haga y a defender fervientemente los derechos espirituales y temporales de la Iglesia en caso de salir elegido, el Maestro de Ceremonias Pontificias pronunciará la frase "extra omnes" y todos los ajenos al cónclave saldrán de la Capilla.
Según el esquema facilitado por el Vaticano, ya esta tarde pueden celebrar la primera votación y habrá la primera "fumata", el humo que anuncia al mundo si hay o no papa. Si hay pontífice, es blanco y en caso contrario, negro. El portavoz vaticano, Federico Lombardi, dijo que lo más normal es que hoy sea una "fumata negra".
El cónclave se celebra sin que destaque un candidato fuerte, aunque todas las miradas están puestas en purpurados de iglesias dinámicas y jóvenes, como la africana y la latinoamericana y son muchos los que aseguran que el futuro papa no será italiano, debido al lastre del escándalo "Vatileaks".
En estos días previos, los "papables" que más suenan son el italiano Angelo Scola, de 71 años, arzobispo de Milán; el brasileño Pedro Odilo Scherer, de 63 años, arzobispo de Sao Paulo; el canadiense Marc Ouellet, de 69 años, y el arzobispo de Boston, el capuchino Sean O'Malley. EFE
Los purpurados, que desde el pasado día 4 se han reunido a diario para preparar la asamblea, ocuparon a primeras horas de hoy las habitaciones que le han sido asignadas por sorteo en la residencia "Santa Marta", donde se alojarán durante el tiempo que dure el cónclave.
Antes de encerrarse en la Sixtina, a las 10, concelebraron la misa votiva "Pro eligendo Pontifice", previa al comienzo del cónclave, que oficia el cardenal decano, Angelo Sodano.
A las 16.30 (mediodía de la Argentina) entrarán en la capilla Sixtina, a la que Juan Pablo II llamó "santuario de la teología del cuerpo humano", cantando el "Veni Creator Spiritus", con el que invocarán la ayuda del Espíritu Santo.
Tras el juramento por el que se comprometerán a mantener el secreto de todo lo que se diga o haga y a defender fervientemente los derechos espirituales y temporales de la Iglesia en caso de salir elegido, el Maestro de Ceremonias Pontificias pronunciará la frase "extra omnes" y todos los ajenos al cónclave saldrán de la Capilla.
Según el esquema facilitado por el Vaticano, ya esta tarde pueden celebrar la primera votación y habrá la primera "fumata", el humo que anuncia al mundo si hay o no papa. Si hay pontífice, es blanco y en caso contrario, negro. El portavoz vaticano, Federico Lombardi, dijo que lo más normal es que hoy sea una "fumata negra".
El cónclave se celebra sin que destaque un candidato fuerte, aunque todas las miradas están puestas en purpurados de iglesias dinámicas y jóvenes, como la africana y la latinoamericana y son muchos los que aseguran que el futuro papa no será italiano, debido al lastre del escándalo "Vatileaks".
En estos días previos, los "papables" que más suenan son el italiano Angelo Scola, de 71 años, arzobispo de Milán; el brasileño Pedro Odilo Scherer, de 63 años, arzobispo de Sao Paulo; el canadiense Marc Ouellet, de 69 años, y el arzobispo de Boston, el capuchino Sean O'Malley. EFE
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