Los actores se lucen en "Esperando la carroza"

Los actores se lucen en "Esperando la carroza"

La puesta del Teatro Estable conquista con facilidad risas y aplausos. Proyección de imágenes

UN CONFLICTIVO DOMINGO FAMILIAR. Andrés D'Andrea, Jorge García, Daniela Canseco y Teresita Terraf.  LA GACETA / FOTO DE HECTOR PERALTA UN CONFLICTIVO DOMINGO FAMILIAR. Andrés D'Andrea, Jorge García, Daniela Canseco y Teresita Terraf. LA GACETA / FOTO DE HECTOR PERALTA
La historia de "Esperando la carroza" es bastante conocida. Puso al desnudo la hipocresía de las relaciones familiares, en tiempos en que pocos, decididamente, osaban criticar la institución. Hoy es casi un lugar común la impugnación; hasta lo que se entendía por familia ha cambiado y son los tiempos de las que se llaman disfuncionales.

Pero cuando Jacobo Langsner escribió la obra, en 1962, fue revulsiva. Su paso de los escenarios a la televisión (en el ciclo Alta Comedia) y luego al cine (estrenada en 1985) popularizó el texto aún más, y de paso lanzó a la fama a artistas como Antonio Gasalla (que inmortalizó a Mamá Cora), China Zorrilla, Julio de Grazia y Luis Brandoni, entre otros.

Más allá de la dramaturgia, "Esperando la carroza" parece haber sido escrita para el lucimiento de los actores, y la puesta del Elenco Estable, a cargo de Oli Alonso, reafirma esta idea. La comedia arranca las risas de los espectadores en distintos cuadros, así como los aplausos.

Protagonistas

En primer lugar, el trabajo de Héctor Marcaida (en el rol de Mamá Cora) se presenta sin fracturaa: el personaje parece hecho para él. Pero no es menor la composición que hace Daniela Canseco de una de las nueras: cada gesto, cada movimiento subraya a la mujer desquiciada, fuera de sí, que debe soportar la convivencia con su suegra, a la que no tolera ni un minuto más en su casa, y a la que el resto de la familia ni respeta ni agradece. Sacada, por donde se la vea, Canseco acelera una transformación que se verifica impiadosamente en el cuerpo de Susana (el personaje), que va registrando la profundización de ese estado.

En una de las escenas más atractivas se produce una suerte de duelo actoral entre Canseco y Andrea Barbá (Nora, que es otra de las nueras de mamá Cora), con el excelente resultado de que ninguna de las dos se saca ventajas. De cualquier modo, todos los actores y actrices colaboran correctamente. Demuestran ser expertos en los grotescos que desde hace décadas sube a escena el Teatro Estable año tras año.

Un aporte especial se lo lleva el director, cuando a través de la proyección de imágenes, completa la historia de Mamá Cora cuando la anciana se pierde en la calle.

En definitiva, si el objetivo era hacer reír al público, "Esperando la carroza" lo logra sin dificultades en el inicio de la temporada del Estable. Se podrá decir que con una obra de esta envergadura el éxito está asegurado, que es un "número puesto", y es verdad. Por eso mismo los espectadores deberían prestar atención a las interpretaciones, que son realmente destacables.

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