05 Octubre 2003
GATO SUDAMERICANO. El ocelote es un animal solitario y territorial.
En su búsqueda de un territorio para cazar, un ocelote bajó desde la sierra de San Javier hasta la Reserva de Horco Molle. El felino halló presas fáciles entre aves y corzuelas que estaban dentro de los cercados, y hasta se enfrentó con un zorro, que no quiso convertirse en el desayuno del gran gato manchado.
Sus correrías terminaron cuando el personal de la Reserva logró capturarlo el sábado anterior a la madrugada, con una trampa "de caja", que no produce heridas al animal. "Se trata de un macho joven, de unos 10 kilos y 1,20 metro de largo (desde la punta de la cola hasta el hocico). Posiblemente llegó tan abajo en busca de territorio para cazar y reproducirse", dijo Juan Pablo Juliá, coordinador de la Reserva.
"Sabíamos que había un animal cazando dentro de la Reserva porque desaparecieron varios gansos y un loro. Pensábamos que era un ocelote, por las mordidas que recibió el zorro, pero faltaba constatarlo", contó la veterinaria Rosandra Molina. El que se capturó en la Reserva es un animal en buen estado, no está débil ni enfermo.
La buena noticia es que, a partir de este hallazgo, se pudo comprobar que la selva tucumana aún alberga ocelotes en estado salvaje, una novedad que alegró a los especialistas en fauna autóctona, porque se trata de una especie amenazada por la caza (su piel manchada es muy apreciada) y por la reducción de su hábitat, la selva de Yungas.
Toda esa región, en el pedemonte de Tucumán, Salta, Jujuy y en los bosques chaqueños, fue convertida en tierra de cultivo, y toda la fauna de la zona tuvo que emigrar a lugares más altos. El animal fue capturado no sólo para impedir que siga cazando a los animales de la Reserva, sino con la idea de tomarle medidas biométricas para poder identificarlo. "Las manchas de la piel son distintas en cada ejemplar, por eso sirven para individualizarlo, como una huella digital", explicó Juliá.
Después de ser medido, pesado y fotografiado, el ocelote será liberado en el Parque Biológico Sierra de San Javier, lejos de la gente, en alguna zona con poco tránsito. "No queremos que el animal termine en una jaula. Sin embargo, hay riesgo de que vuelva a la reserva, si no encuentra un lugar arriba como territorio, porque aquí consiguió buena caza", contó Juliá.
Tercero en tamaño
El ocelote es el tercer felino en cuanto a tamaño, dentro de los grandes gatos sudamericanos. El primero es el jaguar, le sigue el puma y luego el ocelote.
Son animales solitarios y territoriales. Cada uno demarca un territorio de entre 8 y 15 kilómetros cuadrados, que comprarte con dos y hasta tres hembras. Pueden caminar grandes distancias en busca de presas (en general de menos de un kilo de peso. Cazan pequeños roedores y, si las tienen a mano, gallinas y otras aves de corral.
Sus correrías terminaron cuando el personal de la Reserva logró capturarlo el sábado anterior a la madrugada, con una trampa "de caja", que no produce heridas al animal. "Se trata de un macho joven, de unos 10 kilos y 1,20 metro de largo (desde la punta de la cola hasta el hocico). Posiblemente llegó tan abajo en busca de territorio para cazar y reproducirse", dijo Juan Pablo Juliá, coordinador de la Reserva.
"Sabíamos que había un animal cazando dentro de la Reserva porque desaparecieron varios gansos y un loro. Pensábamos que era un ocelote, por las mordidas que recibió el zorro, pero faltaba constatarlo", contó la veterinaria Rosandra Molina. El que se capturó en la Reserva es un animal en buen estado, no está débil ni enfermo.
La buena noticia es que, a partir de este hallazgo, se pudo comprobar que la selva tucumana aún alberga ocelotes en estado salvaje, una novedad que alegró a los especialistas en fauna autóctona, porque se trata de una especie amenazada por la caza (su piel manchada es muy apreciada) y por la reducción de su hábitat, la selva de Yungas.
Toda esa región, en el pedemonte de Tucumán, Salta, Jujuy y en los bosques chaqueños, fue convertida en tierra de cultivo, y toda la fauna de la zona tuvo que emigrar a lugares más altos. El animal fue capturado no sólo para impedir que siga cazando a los animales de la Reserva, sino con la idea de tomarle medidas biométricas para poder identificarlo. "Las manchas de la piel son distintas en cada ejemplar, por eso sirven para individualizarlo, como una huella digital", explicó Juliá.
Después de ser medido, pesado y fotografiado, el ocelote será liberado en el Parque Biológico Sierra de San Javier, lejos de la gente, en alguna zona con poco tránsito. "No queremos que el animal termine en una jaula. Sin embargo, hay riesgo de que vuelva a la reserva, si no encuentra un lugar arriba como territorio, porque aquí consiguió buena caza", contó Juliá.
Tercero en tamaño
El ocelote es el tercer felino en cuanto a tamaño, dentro de los grandes gatos sudamericanos. El primero es el jaguar, le sigue el puma y luego el ocelote.
Son animales solitarios y territoriales. Cada uno demarca un territorio de entre 8 y 15 kilómetros cuadrados, que comprarte con dos y hasta tres hembras. Pueden caminar grandes distancias en busca de presas (en general de menos de un kilo de peso. Cazan pequeños roedores y, si las tienen a mano, gallinas y otras aves de corral.