07 Marzo 2013
El decimosexto presidente de Estados Unidos llega a Tucumán con un mes de retraso. En formato celuloide, por supuesto. "Lincoln" (2012) se estrena con delay en las salas locales, cuando los vendedores ambulantes ya se preparan para priorizar la oferta de otros títulos sobre el mantel que despliegan en las peatonales o en las veredas de algunas calles céntricas; cuando los sitios webs de películas on line destacan lo último de Wes Anderson o Peter Jackson, por ejemplo; cuando la última gala de los Oscar ya no está en boca de todos.
Steven Spielberg, el director del filme, ofrece una historia netamente política en la que abundan los diálogos en interiores y poco despliegue visual en exteriores. El foco está puesto en el lenguaje del protagonista. En 1865, mientras la Guerra Civil Americana está por concluir, Lincoln propone la instauración de una enmienda que prohiba la esclavitud en Estados Unidos. Y aquí se manifiesta la excusa dramática, aunque hiperrealista, del largometraje: si la paz llega antes de que se apruebe la enmienda, el Sur tendrá poder para rechazarla y mantener la esclavitud; si la paz llega después, cientos de personas seguirán muriendo en el frente. En una carrera contrarreloj para conseguir los votos necesarios, el presidente se enfrenta a la mayor crisis de conciencia de su vida.
No es ninguna novedad que el creador de "E.T" es un patriota reflexivo. Lo demostró en "Rescatando al soldado Ryan" e hizo zoom sobre la historia de la esclavitud en "El color púrpura" y "Amistad". Daniel Day-Lewis ganó el Oscar al Mejor Actor por ponerse las botas del legendario presidente. En 2003, Spielberg había tomado contacto con él por primera vez. En aquella ocasión, Day- Lewis le dijo que la idea de encarnar a Lincoln era ridícula. Se pensó en Liam Neeson ("La lista de Schindler") como reemplazo, pero la iniciativa no prosperó.
En 2009, el director de "Indiana Jones" volvió con un nuevo guión: escrito por Tony Kushner y basado en el libro de Doris Kearns Goodwin. Esta vez el actor aceptó y pasó alrededor de un año estudiando al personaje. "No soy desequilibrado, sé que no soy Abraham Lincoln. Pero la verdad es que este juego consiste en crear una ilusión y, por alguna razón y por loco que parezca, una parte de mí se puede permitir creerlo sin cuestionar durante un tiempo, y ese es el truco", había explicado Day-Lewis luego de las repercusiones que alcanzó su trabajo. Ni la música compuesta por el maestro John Williams ni la fotografia de Janusz Kaminski (que trabajó en 13 filmes de Spielberg) pueden opacar la actuación de Day -Lewis.
No es ninguna novedad que el creador de "E.T" es un patriota reflexivo. Lo demostró en "Rescatando al soldado Ryan" e hizo zoom sobre la historia de la esclavitud en "El color púrpura" y "Amistad". Daniel Day-Lewis ganó el Oscar al Mejor Actor por ponerse las botas del legendario presidente. En 2003, Spielberg había tomado contacto con él por primera vez. En aquella ocasión, Day- Lewis le dijo que la idea de encarnar a Lincoln era ridícula. Se pensó en Liam Neeson ("La lista de Schindler") como reemplazo, pero la iniciativa no prosperó.
En 2009, el director de "Indiana Jones" volvió con un nuevo guión: escrito por Tony Kushner y basado en el libro de Doris Kearns Goodwin. Esta vez el actor aceptó y pasó alrededor de un año estudiando al personaje. "No soy desequilibrado, sé que no soy Abraham Lincoln. Pero la verdad es que este juego consiste en crear una ilusión y, por alguna razón y por loco que parezca, una parte de mí se puede permitir creerlo sin cuestionar durante un tiempo, y ese es el truco", había explicado Day-Lewis luego de las repercusiones que alcanzó su trabajo. Ni la música compuesta por el maestro John Williams ni la fotografia de Janusz Kaminski (que trabajó en 13 filmes de Spielberg) pueden opacar la actuación de Day -Lewis.
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