Está todo listo

Será un todo o nada y no sólo en lo deportivo. En el clásico por la Copa Argentina se pondrán en juego muchísimas cosas y los futbolistas no serán los únicos que transpirarán en busca de un triunfo porque se juega una clasificación. 

En Casa de Gobierno estarán pendientes de lo que ocurrirá en el Monumental. Haber decidido hacerse cargo de la seguridad del duelo es un desafío gigante. De igual tamaño es el operativo que se montará para evitar que se generen incidentes. José Jorge Alperovich sabe que debe ganar su partido para evitar que se transmita una imagen negativa a nivel nacional. Por eso movilizó a la policía, al Siprosa, al IPLA, a Defensa Civil. Ellos se encargarán de que todo salga bien.

Serán por lo menos 1.500 las personas que deberán evitar que los hinchas se enfrenten, velar por la seguridad de los vecinos del estadio y prestar muchísima atención con lo que ocurra en las adyacencias de las escuelas que están cerca del Monumental. La misión es complicada.

Los fanáticos también comenzarán a transpirar cuando se aproxime el inicio del cotejo. Después de siete años, las hinchadas de los clubes más grandes volverán a compartir un mismo escenario por un duelo oficial. La última vez que lo hicieron fue en febrero de 2006 (empataron 0 a 0), cuando ambos equipos participaban del torneo Argentino A.

Y el último enfrentamiento por un certamen fue el en mayo de 2011, cuando con gol de Gastón Stang, el "decano" derrotó al "santo" en el Monumental, pero esa fiesta sólo la presenciaron los de 25 de Mayo y Chile, ya que aún regía la veda para hinchadas visitantes

Los jugadores también transpirarán de lo lindo. El peso de la historia estará sobre sus espaldas. Esta será la tercera vez que Atlético y San Martín se eliminarán en una competencia nacional. Los de la Ciudadela siempre terminaron festejando.

En la temporada 1991/92 Atlético y San Martín chocaron por primera vez en un reducido del Nacional B. El primer cotejo, disputado el 21 de junio de 1992, terminó igualado 1 a 1. Daniel "Coquito" Rodríguez marcó para Atlético y Juan Carlos Daza, para San Martín. En La Ciudadela, el encuentro, jugado el 28 de junio de 1992, terminó 0 a 0, pero en la historia quedó la imagen del penal que Francisco Guillén le atajó a Domingo "Bomba" Cáceres. El "santo" avanzó y terminó ascendiendo a Primera.

Los grandes tucumanos volvieron a verse las caras en un Reducido del Nacional B en la temporada 1993/94. En el Monumental, el 3 de julio de 1994, igualaron 2 a 2. Para Atlético marcaron Francisco Pacheco y Daniel Hernández, mientras que José Zelaya y Hernán González anotaron para San Martín. En el duelo revancha, que se jugó el 10 de julio de 1994, el clásico terminó 1 a 1. Facundo Gareca puso en ventaja a los "decanos", pero José María Gerez igualó para los "santos", que volvieron a amargar a sus primos. ¿Se revertirá la historia?

El premio económico, un incentivo más
Más allá de lo deportivo, en los clásicos se juega mucho. El honor frente al rival de toda la vida no tiene precio. Ese es el principal motor para ir en busca de la victoria. Pero esta vez los jugadores tendrán un incentivo más para derrotar a su oponente. Además de beber el dulce brebaje de la victoria y lograr el pasaje a la próxima ronda de la Copa Argentina, el plantel vencedor recibirá un nada despreciable monto. 

De los $240.000 que la empresa Santa Mónica le entregará al ganador del duelo entre los grandes de la provincia, ambas dirigencias informaron que el 50 por ciento de ese monto se lo repartirán entre los jugadores.