21 Febrero 2013
VOLVER A LA FUENTE. "Nos dolió el empate, pero hay que recordar que nuestro objetivo es sumar. Siempre", sostuvo Barone.
Antes de decidir si se le pone buena cara o no, primero habría que determinar qué se entiende por mal tiempo. Tradicionalmente se lo asocia con la imagen del día gris y lluvioso, aunque el calor inclemente y pegajoso propio del verano tucumano hace que aquí y ahora, las opiniones al respecto estén divididas.
En Atlético, en cambio, no existió en los últimos días tal disyuntiva. Al margen de la frustración que pudo ser festejo ante Ferro, el clima fue ideal. O mejor dicho, los climas: el público y el exclusivo.
"Sí, con este fresquito está espectacular para entrenarse. No es que no me haya acostumbrado al calor de acá, pero el verano te pega", reconoce Christian Lucchetti, que supo atajar en tierras mexicanas, tan ardientes que lo motivaron a guardar por un tiempo sus eternos pantalones largos. Hoy, alterna entre prácticas y partidos. "La tela es livianita, ni se los siente", se excusa el uno. Deivis Barone es otro de los que ha jugado en territorios soporíferos, como Barranquilla o Asunción, por lo que la atmósfera tucumana nunca lo afectó demasiado. De todos modos, agradece el respiro. "Cuando venís de tantos días de calor intenso es mucho más agradable trabajar cuando está fresco. Aunque eso sí, la cancha se pone un poquito pesada por la lluvia, pero hay que adaptarse", sostiene.
"Convengamos que nadie quiere jugar con 50 grados de calor", añade Ricardo Rodríguez. "Nosotros tenemos que estar preparados para que el clima no nos afecte, pero también es cierto que si el sol parte la tierra, uno no puede dar el 100% de lo que tiene", completó el entrenador.
Pero también está el otro clima, el que les atañe sólo a ellos. En las prácticas abundan las chanzas y los buena, bien, ésa es. ¿Ese buen clima es efecto de los buenos resultados o su causa?
"Es un poco de todo", considera "Laucha". E ilustra: "los buenos resultados ayudan a que todo esté en armonía, pero acá hubo buena onda desde el principio. Hacemos un asado y nos juntamos todos, incluso con la familia. Ojalá siga siendo así".
"Los resultados ayudan, eso es una realidad, pero acá siempre priorizamos la unión del grupo. En los malos momentos, sirve para sacarte a flote, y en los buenos, para disfrutarlos. No es fácil construir algo así", valoró Barone.
Todos para el mismo lado
"Cuando llegué a este club, hice hincapié en la relación diaria", retomó "RR", y completó: "tenemos la suerte de tener un plantel de jerarquía, con buenas personas, con gente buena leche. Hay muchos egos, por supuesto, pero no chocan entre sí, sino que van para el mismo lado, más allá de que compiten entre ellos para estar entre los 11".
En Atlético, en cambio, no existió en los últimos días tal disyuntiva. Al margen de la frustración que pudo ser festejo ante Ferro, el clima fue ideal. O mejor dicho, los climas: el público y el exclusivo.
"Sí, con este fresquito está espectacular para entrenarse. No es que no me haya acostumbrado al calor de acá, pero el verano te pega", reconoce Christian Lucchetti, que supo atajar en tierras mexicanas, tan ardientes que lo motivaron a guardar por un tiempo sus eternos pantalones largos. Hoy, alterna entre prácticas y partidos. "La tela es livianita, ni se los siente", se excusa el uno. Deivis Barone es otro de los que ha jugado en territorios soporíferos, como Barranquilla o Asunción, por lo que la atmósfera tucumana nunca lo afectó demasiado. De todos modos, agradece el respiro. "Cuando venís de tantos días de calor intenso es mucho más agradable trabajar cuando está fresco. Aunque eso sí, la cancha se pone un poquito pesada por la lluvia, pero hay que adaptarse", sostiene.
"Convengamos que nadie quiere jugar con 50 grados de calor", añade Ricardo Rodríguez. "Nosotros tenemos que estar preparados para que el clima no nos afecte, pero también es cierto que si el sol parte la tierra, uno no puede dar el 100% de lo que tiene", completó el entrenador.
Pero también está el otro clima, el que les atañe sólo a ellos. En las prácticas abundan las chanzas y los buena, bien, ésa es. ¿Ese buen clima es efecto de los buenos resultados o su causa?
"Es un poco de todo", considera "Laucha". E ilustra: "los buenos resultados ayudan a que todo esté en armonía, pero acá hubo buena onda desde el principio. Hacemos un asado y nos juntamos todos, incluso con la familia. Ojalá siga siendo así".
"Los resultados ayudan, eso es una realidad, pero acá siempre priorizamos la unión del grupo. En los malos momentos, sirve para sacarte a flote, y en los buenos, para disfrutarlos. No es fácil construir algo así", valoró Barone.
Todos para el mismo lado
"Cuando llegué a este club, hice hincapié en la relación diaria", retomó "RR", y completó: "tenemos la suerte de tener un plantel de jerarquía, con buenas personas, con gente buena leche. Hay muchos egos, por supuesto, pero no chocan entre sí, sino que van para el mismo lado, más allá de que compiten entre ellos para estar entre los 11".
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