El sueño de River toma vuelo

El sueño de River toma vuelo

De la mano de Ramón, el "millonario" volvió a ganar y es uno de los punteros del certamen

PURA FELICIDAD. De volea, el franco-argentino David Trezeguet marcó el único gol del partido. La alegría fue completa, porque hoy -por ayer- llegó mi familia de Europa y vinieron a la cancha, dijo el goleador. PURA FELICIDAD. De volea, el franco-argentino David Trezeguet marcó el único gol del partido. "La alegría fue completa, porque hoy -por ayer- llegó mi familia de Europa y vinieron a la cancha", dijo el goleador.
BUENOS AIRES.- Lo que el viento se llevó y lo que el viento trajo. Las fuertes ráfagas que azotaron el Monumental en la noche del domingo simbolizan el nuevo tiempo de este River, vencedor de Estudiantes por 1-0 y puntero de la mano del inefable Ramón Díaz.

La fiesta fue completa, por el gol de David Trezeguet y el debut del flamante crédito Juan Iturbe. Y porque lo logró sin Leo Ponzio en la cancha. Todo ante un rival anémico de fútbol y golpeado anímicamente.

Después de 10 años, nueve meses y cinco días, el riojano Díaz volvió a sentarse en el banco del estadio que lo vio siete veces campeón. Y otra vez mostró su muñeca: acertó con la inclusión de Ariel Rojas en lugar de Ponzio. Porque a falta de un Manuel Lanzini efectivo como conductor, fue el ex Godoy Cruz quien se puso el equipo al hombro, Y las conexiones con Leonel Vangioni y Rodrigo Mora por el andarivel izquierdo terminaron horadando la telaraña tejida por Diego Cagna con el solo objetivo de llevarse el premio de un punto. Así llegó el gol a los 31 minutos, tras un par de oportunidades. Hubo cinco toques consecutivos antes que la zurda de Rojas encontrara en soledad al "rey David", que le pegó de aire para desatar el delirio.

En el segundo tiempo el "pincha" buscó sin lastimar. El "millo" pasó un par de sustos porque se durmió. Y a los 73' Iturbe hizo su debut en el fútbol argentino. El "Pulga" se mostró hábil y veloz, y casi sentencia la historia con un remate que conjuró Agustín Silva.

No pasó mucho más. River había hecho lo justo y necesario para potenciar su sueño. Porque con Ramón en el banco, el cielo parece más cerca y el infierno vivido, más lejos.

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