"¡Esto es San Martín!"

¡Que no se corte!, gritan en La Ciudadela. El sábado el amor propio fue más fuerte que el fútbol y sirvió para ganar un partido chivo, que se selló con un gol en contra, que dio a luz a tres puntos vitales. Mucha pierna fuerte y mucho huevo, como le gusta a San Martín. O sea, además del resultado, se festejó la remontada anímica que comenzó a dar sus primeros pasitos con la llegada de Carlos Roldán y que ante "Antoniana" terminó de confirmarse.

"La victoria se hizo esperar. Pero estábamos convencidos de que íbamos a ganar. Y se ganó a lo San Martín: con huevo, corriendo y metiendo mucho. Eso quiere decir que anímicamente estamos bien, convencidos de que saldremos adelante" dice Nicolás Roldán, artífice de la victoria, dueño del primer grito sabatino. Se le dio al pibe, y es que pagó con gol la chance de su tocayo DT, luego de estar algo relegado con Ramacciotti. "Uno tiene muchas expectativas cuando llega un técnico nuevo y la verdad que le agradezco a Roldán por haber confiado en mí y darme la oportunidad. Espero tenerla de vuelta y no desaprovecharla, jeje".

"Nico" no fue el único en hablar de un triunfo con sello propio. La voz de mando se hizo escuchar para hacer notar la importancia de tremenda conquista. "Lo más importante es que los muchachos se jugaron la vida, entendieron el mensaje de que cuando se puede jugar se juega, cuando hay que meter se mete, y de lo que es San Martín. Porque ¡esto es San Martín!", dice el DT, sin olvidar que hay cosas que mejorar, pero tranquilo porque sus jugadores interpretaron el mensaje. "El triunfo encierra mucho más que tres puntos; es una manera de creer", firma Roldán, el grande.

En San Martín están conectados y ya se encaminaron en la recta final del Argentino A, esa que será de vida o muerte.