18 Febrero 2013
EN LOS SÚPER. Hay dudas sobre la efectividad del acuerdo que impulsa el PE. DYN
BUENOS AIRES.- Los acuerdos de precios por dos meses que pactó el Gobierno con algunos sectores atacan superficialmente el problema inflacionario pero no lo revierten del todo, y tampoco resultan demasiado creíbles para los gremios, que no frenan los reclamos salariales superiores al 20% como pretendían las autoridades.
Así lo plantearon en sendos informes las consultoras Economía &Regiones (E&R) y Ecolatina.
Según anunció el Indec, la inflación de enero fue de 1,1%, aunque de acuerdo al promedio de las mediciones de consultoras privadas que difunde un grupo de diputados de la oposición alcanzó a 2,58%. Para E&R, "claramente, el fantasma de estanflación (inflación más estancamiento) sigue latente".
En ese marco, la consultora planteó que "el Gobierno no ha ignorado el agravamiento del problema inflacionario", sino que "se han tomado medidas que atacan el problema superficialmente y que no lo revierten del todo". "El reconocimiento tácito de que la inflación es un problema y el deseo de limitar las alzas salariales al 20%, impulsaron a la actual administración a llegar a un acuerdo con los grandes supermercados para congelar los precios por 60 días", evaluó. La consultora consideró que el Gobierno "intenta con este gesto salir a calmar las aguas, aunque la solución no sea de fondo y sin modificar la política macroeconómica". En este contexto, advirtió que "la situación social podría tensarse en una economía que casi no crece y una inflación que se acelera". Según su análisis, la inflación sigue fogoneada por la emisión monetaria, que crece por encima del PBI nominal y que, "lejos de utilizarse como herramienta antiinflacionaria, tiene como principal objetivo financiar al Tesoro y monetizar el déficit fiscal".
En la misma sintonía, Ecolatina aseguró que el congelamiento de precios "por un breve período, como un bimestre, no resulta demasiado creíbles para los gremios". Señaló que dado que el congelamiento "se aplicará sobre los productos comercializados por los supermercados y no sobre toda la cadena de valor, resulta esperable que una vez finalizado el período de validez del acuerdo estos trasladen al menos en parte al público los aumentos de precios que aplicaron sus proveedores.
Ecolatina objetó que "las autoridades se muestran más enérgicas en acotar los reclamos salariales que en llevar a cabo una política antiinflacionaria consistente que incluya al resto de las políticas (monetaria, fiscal, cambiaria) y estadísticas confiables".
"Llevar a cabo un plan de moderación de los salarios con el fin de contener la inflación sin otros cambios de política económica dará lugar a una mayor conflictividad laboral y a un estancamiento en el poder adquisitivo de los trabajadores, con efectos negativos sobre el consumo en un año electoral", alertó. (DyN)
Así lo plantearon en sendos informes las consultoras Economía &Regiones (E&R) y Ecolatina.
Según anunció el Indec, la inflación de enero fue de 1,1%, aunque de acuerdo al promedio de las mediciones de consultoras privadas que difunde un grupo de diputados de la oposición alcanzó a 2,58%. Para E&R, "claramente, el fantasma de estanflación (inflación más estancamiento) sigue latente".
En ese marco, la consultora planteó que "el Gobierno no ha ignorado el agravamiento del problema inflacionario", sino que "se han tomado medidas que atacan el problema superficialmente y que no lo revierten del todo". "El reconocimiento tácito de que la inflación es un problema y el deseo de limitar las alzas salariales al 20%, impulsaron a la actual administración a llegar a un acuerdo con los grandes supermercados para congelar los precios por 60 días", evaluó. La consultora consideró que el Gobierno "intenta con este gesto salir a calmar las aguas, aunque la solución no sea de fondo y sin modificar la política macroeconómica". En este contexto, advirtió que "la situación social podría tensarse en una economía que casi no crece y una inflación que se acelera". Según su análisis, la inflación sigue fogoneada por la emisión monetaria, que crece por encima del PBI nominal y que, "lejos de utilizarse como herramienta antiinflacionaria, tiene como principal objetivo financiar al Tesoro y monetizar el déficit fiscal".
En la misma sintonía, Ecolatina aseguró que el congelamiento de precios "por un breve período, como un bimestre, no resulta demasiado creíbles para los gremios". Señaló que dado que el congelamiento "se aplicará sobre los productos comercializados por los supermercados y no sobre toda la cadena de valor, resulta esperable que una vez finalizado el período de validez del acuerdo estos trasladen al menos en parte al público los aumentos de precios que aplicaron sus proveedores.
Ecolatina objetó que "las autoridades se muestran más enérgicas en acotar los reclamos salariales que en llevar a cabo una política antiinflacionaria consistente que incluya al resto de las políticas (monetaria, fiscal, cambiaria) y estadísticas confiables".
"Llevar a cabo un plan de moderación de los salarios con el fin de contener la inflación sin otros cambios de política económica dará lugar a una mayor conflictividad laboral y a un estancamiento en el poder adquisitivo de los trabajadores, con efectos negativos sobre el consumo en un año electoral", alertó. (DyN)
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