Dejó de ser el 9 del campeón

Por su condición de medio scrum, Facundo Rodríguez Prados siempre estuvo obligado a tomar decisiones en forma constante dentro de la cancha. Pero la vida a veces plantea encrucijadas que exceden esa gimnasia y requieren, además de una larga meditación, la entereza de elegir el camino más difícil si este es a la vez el más conveniente. Y así es que "Facu" ha decidido abandonar su gran pasión: jugar al rugby.

"Desde hace muchos años arrastro una lesión en la espalda, que si bien no me impide jugar, en el futuro me puede traer problemas. Por eso el año pasado me dije que era mi última temporada", explica el "benjamín", a quien en 2004 lo operaron para sacarle dos discos intervertebrales. "En ese entonces los médicos me dijeron que jugara tres o cuatro años más para sacarme las ganas y que luego me retirara. Pero yo jugué ocho años más en el club y en los 'naranjas', incluyendo pretemporadas y viajes. O sea, no les di pelota", se ríe el 9.

Pero esa sonrisa que exhibe casi todo el tiempo no alcanza para disimular lo mucho que le cuesta aceptar que, con apenas 28 años, ya no estará parado a un lado del scrum sino en la tribuna.

"Eso es lo más difìcil: saber que si quisiera podría seguir jugando. Y quiero, me muero por jugar, pero la decisión más madura que puedo tomar ahora es esta", se planta Facundo. Jugar en intermedia, más relajado, no lo seduce.

"Prefiero darles espacio a los chicos que vienen y ayudarlos en lo que pueda. Sé que ellos te escuchan. Ya cuando estuve parado por la operación entrené una división y me gustó. Sé que en el futuro seré entrenador, y de hecho este año quiero colaborar en alguna división", se compromete.

No es el único compromiso que tiene por delante: en mayo se casará con "Lulú" Merletti, su novia desde hace varios años. "Ella y mi familia siempre estuvieron ahí para apoyarme, y en esto también lo hacen. Es una de las cosas que rescato de estos 24 años que llevo jugando al rugby en Lawn Tennis. Y otra es haberme dado el gusto de salir campeón con amigos con los que juego desde que era chico. Quién te dice... a lo mejor un día no aguanto más y vuelvo a estar entre ellos".