08 Febrero 2013
EN LA JUSTICIA. Massian y Salas denunciaron el hecho en la Fiscalía de la X° Nominación. LA GACETA / FOTO DE ENRIQUE GALíNDEZ
Los avances en la investigación llevaron a la fiscala, María de las Mercedes Carrizo, a solicitar a la Justicia la detención del sargento Ramón Quiroga, y del cabo Silvio de Jesús. Ambos uniformados están acusado de haber abusado de un matrimonio en la seccional 13°.
Carrizo afirmó que le solicitará, además, al jefe de Policía, Jorge Racedo, que los agentes sean trasladados al penal de Villa Urquiza. "No voy a permitir que sean llevados a los Bomberos", manifestó en diálogo con LA GACETA.
En diálogo con LA GACETA, la funcionaria judicial señaló, además, que citará como imputados al subcomisario Manuel Vargas y al oficial Matías Juárez, de la misma seccional, por no haber tomado la denuncia a Franco Massian y Patricia Salas.
Las lesiones
Según el informe médico que elaboraron profesionales forenses del Hospital Centro de Salud, el hombre sufrió múltiples contusiones en el rostro y en el tórax, y hematomas en el ojo izquierdo. También presentó heridas en el brazo izquierdo y en la rodilla izquierda. La mujer, en tanto, terminó con lesiones en el brazo y en la muñecas izquierdos, en las manos y en los nudillos.
El hecho denunciado por la pareja ocurrió el domingo a la madrugada, cuando el matrimonio llegaba en auto a la casa de un amigo, en Inca Garcilaso entre Amador Lucero y Chiclana. Según dijeron, los policías los obligaron a descender del vehículo, acusándolos de haber estado corriendo picadas.
Luego, llevaron al hombre a la comisaría y le sacaron los dos teléfonos celulares que tenía y la billetera con $ 1.200. La mujer, en tanto, fue trasladada en una camioneta a la misma sede policial.
El matrimonio también denunció que los agentes intentaron llevar a un cuarto a la mujer y que golpearon al hombre, a quien amenazaron con iniciarle una causa por drogas o por cualquier otro delito.
Más tarde -agregaron- llegaron los padres de Massian y uno de los jefes de la comisaría les cobró 1.000 para liberar al matrimonio. Una vez que recibieron el dinero, los uniformados le devolvieron la billetera vacía y sólo uno de los teléfonos celulares. LA GACETA
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