La emoción más antigua e intensa

La emoción más antigua e intensa

Un espectáculo de narración oral escénica para "caerse del miedo".

ACTORES-NARRADORES. Facundo Vega Ancheta, Eloísa Martínez Romero y Daniela Canseco. LA GACETA / FOTO DE INÉS QUINTEROS ORIO ACTORES-NARRADORES. Facundo Vega Ancheta, Eloísa Martínez Romero y Daniela Canseco. LA GACETA / FOTO DE INÉS QUINTEROS ORIO
08 Febrero 2013

"El motor de todo esto es una inquietud personal, en la que vengo trabajando hace tiempo. H.P. Lovecraft plantea que la emoción más antigua e intensa de la humanidad es el miedo, lo que es una frase significativa y contundente". Con esta respuesta, Pablo Delgado presenta "Historias tremebundas" (Para caerse de miedo), un espectáculo de narración oral escénica que se estrenará mañana en la sala Orestes Caviglia.

Dirigida por Delgado, la obra agendada en el ciclo Verano con Cultura cuenta con la participación de los narradores Eloísa Martínez Romero, Daniela Canseco y Facundo Vega Ancheta, actores del Teatro Estable, con la asistencia de dirección de Fabio Velásquez.

"El espectáculo pretende invitar a una reflexión activa sobre la temática y sus diferentes posibilidades de entenderla, pensando en que todos tenemos miedo en distintas formas y niveles. La cuestión aquí es qué hacemos con él", reflexiona el director, y precisa que seleccionó relatos de literatura infantil contemporánea, sobre todo argentina.

Delgado recuerda que hay miedos "buenos", "malos" y otros que permiten crecer. ¿Qué es y a qué le tenemos miedo? ¿Por qué y para qué sentimos esta emoción?, son algunas de las preguntas que atraviesan estos cuentos.

- ¿Cómo es la puesta de estas tremebundas historias?

- La propuesta es despojada, busca poner el acento en el acto de "contar el cuento". La narración oral como práctica escénica se caracteriza porque no hay personajes ante la mirada de los espectadores, sino que presenta relatores que cuentan sus historias a viva voz, con sus palabras, sus gestos, sus miradas, sus emociones. Desde ahí convocan, interpelan, seducen al público; prácticamente no hay nada más. Pero en este caso, hay momentos en que sus límites se tornan difusos: hay iluminación, sonido, música, textos, canciones, imágenes proyectadas y también hay una decisión sobre cómo van vestidos los intérpretes, pensando en que todos estos elementos suman, soportan y dan espesor al sentido del espectáculo.

- En la dirección, ¿qué te interesó destacar?

- Me interesa que los intérpretes estén convencidos de lo que están haciendo y diciendo, que sepan por qué y para qué lo hacen. En este caso estamos hablando acerca del miedo y de sus diferentes trajes; entonces para los ensayos propuse diversas formas de interrogar y encontrarse con los materiales escénicos: entrenamientos físicos y vocales, abordaje del espacio y luego el diálogo sobre lo hecho; lecturas minuciosas de los cuentos, trabajar los sentidos propuestos por los autores y luego darle valor a los sentidos propios que resultan de la interpretación personal de cada actor-narrador.

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