BUENOS AIRES.- La dirigencia de Boca definirá mañana el regreso de Juan Román Riquelme que, desde que tomó estado público, produjo internas en el plantel dirigido por Carlos Bianchi. La Comisión Directiva se reunirá a las 17 para aprobar el retorno del ídolo, que tiene contrato firmado con el club hasta el año próximo.
Si bien el vínculo quedó suspendido hace siete meses, después de su último partido ante Corinthians en San Pablo, la intención de la dirigencia es reflotarlo sin modificaciones, aunque el agente del jugador, Daniel Bolotnicoff, podría exigir mejoras económicas.
Si el retorno se hace, Bianchi tendrá tranquilidad, pero no así el plantel, que ya vivió -puertas adentro- discusiones en torno al nuevo desembarco de Riquelme.
Sucede que hay dos grupos con posturas diferentes sobre la cuestión. Por un lado, los opositores: Agustín Orión -actual capitán-, Matías Caruzzo, Leandro Somoza, Walter Erviti y Santiago Silva.
Del otro, los amigos de Román, todos surgidos de las divisiones inferiores: Clemente Rodríguez, Pablo Ledesma, Cristian Erbes, Lucas Viatri, Juan Sánchez Miño y Leandro Paredes.
Afirman que Orión mantuvo un cruce verbal con Ledesma y Sánchez Miño, que preanuncia una convivencia difícil cuando Riquelme se instale otra vez como "capo" del vestuario.
El arquero, que podría perder la capitanía heredada en ausencia del mediocampista, está molesto por sus declaraciones durante el verano, en las que no sólo criticó el funcionamiento del equipo sino que también el rol de los jugadores de mayor experiencia.
Al promediar los partidos de pretemporada, Riquelme aseguró que Boca no jugaba "a nada" y exculpó al juvenil Paredes, que lo reemplazó como enganche, en desmedro de los jugadores más grande.
"Este Boca no tiene un referente, lo van a tener que inventar", disparó Román como mensaje de desprecio hacia los nuevos líderes del plantel. Orión, afirman voceros del plantel, le pedirá explicaciones al crack de carácter díscolo, lo que supone nuevos chispazos en un vestuario sin armonía. (Télam)