07 Febrero 2013
"Cada vez que iba al jardín, me atendían en la puerta y no me permitían pasar a ver a mi hija. 'Si te ve se va a largar a llorar', me decía la seño. Marianita tenía entonces tres años. Me llamaba la atención que todos los días volvía con el delantal mojado. ¿Qué pasaba? Simplemente que la señorita la ponía en penitencia a mi hija y no la dejaba ir al baño, entonces siempre se hacía pis encima", cuenta con angustia Mariana Sandoval. La mamá no pudo hablar con la directora para explicarle qué ocurría porque nunca estaba en el establecimiento. Su única solución fue cambiar a la nena de jardín.
Los padres a menudo se quejan de que no son escuchados por las autoridades del colegio, especialmente cuando son privados. Gloria (prefiere no dar su apellido) todavía recuerda cuando su hija de cuatro años volvía todos los días llorando a casa. "La mandaba a un colegio religioso, y creo que eso fue peor. La maestra le dijo a mi hija que nunca iba a ser feliz porque sus padres estaban separados. Le dijo que los padres se divorcian cuando no aman a sus hijos. Por eso ella no quería ir a la escuela, porque le daba vergüenza. Que ocurra eso, a esta altura de la historia, me parece horrendo. Mi hija todavía no pudo superar mi separación, aunque ya la cambié de colegio. Nunca fui escuchada por el director . Los padres no tenemos dónde acudir", lamentó.
Denunciar en los medios
"La única forma de que nos escuchen a los padres es cuando los amenazamos con ir a los medios. ¿Vos creés que el caso del jardín "Tribilín" de Buenos Aires habría salido a la luz si los padres no hubieran grabado y después entregado a los medios las pruebas?", pregunta Cynthia Vélez, mamá de cuatro niños. "Los padres nunca somos escuchados, nos tildan de exagerados, de revoltosos y protestones. El autoritarismo todavía sigue presente en la escuela", afirma.
Los padres a menudo se quejan de que no son escuchados por las autoridades del colegio, especialmente cuando son privados. Gloria (prefiere no dar su apellido) todavía recuerda cuando su hija de cuatro años volvía todos los días llorando a casa. "La mandaba a un colegio religioso, y creo que eso fue peor. La maestra le dijo a mi hija que nunca iba a ser feliz porque sus padres estaban separados. Le dijo que los padres se divorcian cuando no aman a sus hijos. Por eso ella no quería ir a la escuela, porque le daba vergüenza. Que ocurra eso, a esta altura de la historia, me parece horrendo. Mi hija todavía no pudo superar mi separación, aunque ya la cambié de colegio. Nunca fui escuchada por el director . Los padres no tenemos dónde acudir", lamentó.
Denunciar en los medios
"La única forma de que nos escuchen a los padres es cuando los amenazamos con ir a los medios. ¿Vos creés que el caso del jardín "Tribilín" de Buenos Aires habría salido a la luz si los padres no hubieran grabado y después entregado a los medios las pruebas?", pregunta Cynthia Vélez, mamá de cuatro niños. "Los padres nunca somos escuchados, nos tildan de exagerados, de revoltosos y protestones. El autoritarismo todavía sigue presente en la escuela", afirma.
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