02 Febrero 2013
EN EL LUGAR. El presidente Peña Nieto visitó el dañado edificio Pemex. REUTERS
CIUDAD DE MÉXICO.- Las autoridades de México intentan determinar las causas de la explosión en los edificios centrales de monopolio estatal Petróleos Mexicanos (Pemex), ocurrida el jueves y que costó la vida a 32 personas y heridas a más de 100, cifras confirmadas ayer por el director general de la empresa, Emilio Lozoya Austin.
Inicialmente se informó de 25 víctimas mortales, pero los equipos de rescate encontraron siete cuerpos durante la noche y continúan trabajando en el edificio de 12 pisos, uno de los cinco que conforman el complejo corporativo donde trabajan 1.700 personas y concurren diariamente unas 10.000 más.
El presidente, Enrique Peña Nieto, prometió que se investigará hasta el fin. "Si hay responsables en este caso, se aplicará el peso de la ley", sostuvo, para luego pedir que no se especule sobre el origen de la tragedia. Las primeras versiones vinculan el estallido con el sobrecalentamiento de un aire acondicionado o de una caldera en el sótano.
La fuerza de la detonación quedó registrada en una cámara de vigilancia: el edificio B2 del complejo administrativo se iluminó y pareció a lo lejos, por un segundo, que la explosión lo elevaba del suelo. Algunos empleados creyeron que era un sismo más, de los que son habituales en la capital mexicana.
El resultado, aparte de los daños humanos, fueron estructuras colapsadas, vidrios rotos, ambulancias, rescatistas buscando sobrevivientes entre bloques de cemento con ayuda de perros y empleados llevando a compañeros semidesvanecidos en sillas de oficina por la calle. Los pisos más dañados fueron los tres de abajo, pero hasta el séptimo (de los 12 en total) se veían cristales rotos.
El secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio, anunció que se recurrirá a expertos nacionales e internacionales para esclarecer el desastre. "La investigación debe arrojar datos precisos confiables y contundentes", señaló. Gasoductos de Pemex fueron objeto de ataques por la guerrilla del Ejército Popular Revolucionario (EPR) al inicio del Gobierno de Felipe Calderón, predecesor de Peña Nieto, pero nunca hubo víctimas. (Télam-Reuters-DPA)
Inicialmente se informó de 25 víctimas mortales, pero los equipos de rescate encontraron siete cuerpos durante la noche y continúan trabajando en el edificio de 12 pisos, uno de los cinco que conforman el complejo corporativo donde trabajan 1.700 personas y concurren diariamente unas 10.000 más.
El presidente, Enrique Peña Nieto, prometió que se investigará hasta el fin. "Si hay responsables en este caso, se aplicará el peso de la ley", sostuvo, para luego pedir que no se especule sobre el origen de la tragedia. Las primeras versiones vinculan el estallido con el sobrecalentamiento de un aire acondicionado o de una caldera en el sótano.
La fuerza de la detonación quedó registrada en una cámara de vigilancia: el edificio B2 del complejo administrativo se iluminó y pareció a lo lejos, por un segundo, que la explosión lo elevaba del suelo. Algunos empleados creyeron que era un sismo más, de los que son habituales en la capital mexicana.
El resultado, aparte de los daños humanos, fueron estructuras colapsadas, vidrios rotos, ambulancias, rescatistas buscando sobrevivientes entre bloques de cemento con ayuda de perros y empleados llevando a compañeros semidesvanecidos en sillas de oficina por la calle. Los pisos más dañados fueron los tres de abajo, pero hasta el séptimo (de los 12 en total) se veían cristales rotos.
El secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio, anunció que se recurrirá a expertos nacionales e internacionales para esclarecer el desastre. "La investigación debe arrojar datos precisos confiables y contundentes", señaló. Gasoductos de Pemex fueron objeto de ataques por la guerrilla del Ejército Popular Revolucionario (EPR) al inicio del Gobierno de Felipe Calderón, predecesor de Peña Nieto, pero nunca hubo víctimas. (Télam-Reuters-DPA)
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