01 Febrero 2013
MACABRO. Las decapitaciones eran una práctica ritual en Mesoamérica. VANGUARDIA.COM.MX
Arqueólogos mexicanos y estadounidenses encontraron 180 cráneos de unos 1.100 años de antigüedad en un área donde estaba antiguamente el Lago de Xaltocan, en el centro de México, según lo informó ayer el diario mexicano "Reforma".
Los restos corresponden a individuos de distintas poblaciones que fueron sacrificados en una zona usada específicamente con fines rituales, ya que no hay vestigios de casas ni de otras construcciones, pero sí figuras de dioses, incensarios, restos de maíz y polen de flores. "Esta colocación masiva de cráneos es un evento único en Mesoamérica, pero aún no se sabe si fueron enterrados en el mismo tiempo", dijo la arqueóloga Abigail Meza de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), que participa en las exploraciones.
El lugar del hallazgo está ubicado a unos 15 kilómetros del sitio arqueológico de Teotihuacán y unos 40 kilómetros al noreste de Ciudad de México.
Los primeros 30 cráneos se encontraron entre 2007 y 2008 en una primera temporada de trabajos encabezada por el arqueólogo estadounidense Christopher Morehart de la Universidad de Georgia. Los trabajos continuaron en 2012, cuando se encontraron los demás cráneos, y los resultados se dan a conocer ahora después de una serie de análisis. La revista "Latin American Antiquity" publicó información sobre los hallazgos en su edición más reciente. Morehart, coautor del artículo publicado bajo el título "El sacrificio humano durante el periodo epiclásico en el norte de la cuenca de México", dijo a "Reforma" que la datación por radiocarbono permitió establecer que los cráneos son del periodo 640-890 d.C.
El arqueólogo estadounidense se topó con los cráneos cuando estudiaba las características de las tierras de cultivo lacustre de Xaltocan en el periodo posclásico. "Al recorrer el sitio y excavar un poco para conocer los estratos arqueológicos nos topamos con los entierros a unos 30 centímetros de la superficie. Es increíble que se hayan conservado hasta nuestros días", afirmó.
Decapitación única
Meza contó a que la técnica de decapitación usada en estos sacrificios es "única", debido a que la huella del corte está cerca de la nuca entre la primera y la segunda vértebra cervical. En las decapitaciones que se hacían en Teotihuacán o en Tenochtitlán, la capital del imperio azteca, el corte se hacía a partir de la tercera y cuarta vértebras. "Estamos en la fase de limpieza, curaduría y catalogación. La clasificación primaria de unos 60 cráneos nos indica que la mayoría son sujetos adultos, masculinos, algunos presentan deformación craneana y mutilación dentaria", afirmó la especialista mexicana.
Morehart explicó que ahora se tratará de determinar de dónde provenían las personas sacrificadas, si fueron enterradas en la misma época y por qué se eligió ese sitio. Un verdadero misterio que recién ahora está empezando a esclarecerse con el uso de tecnología de punta.
Los restos corresponden a individuos de distintas poblaciones que fueron sacrificados en una zona usada específicamente con fines rituales, ya que no hay vestigios de casas ni de otras construcciones, pero sí figuras de dioses, incensarios, restos de maíz y polen de flores. "Esta colocación masiva de cráneos es un evento único en Mesoamérica, pero aún no se sabe si fueron enterrados en el mismo tiempo", dijo la arqueóloga Abigail Meza de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), que participa en las exploraciones.
El lugar del hallazgo está ubicado a unos 15 kilómetros del sitio arqueológico de Teotihuacán y unos 40 kilómetros al noreste de Ciudad de México.
Los primeros 30 cráneos se encontraron entre 2007 y 2008 en una primera temporada de trabajos encabezada por el arqueólogo estadounidense Christopher Morehart de la Universidad de Georgia. Los trabajos continuaron en 2012, cuando se encontraron los demás cráneos, y los resultados se dan a conocer ahora después de una serie de análisis. La revista "Latin American Antiquity" publicó información sobre los hallazgos en su edición más reciente. Morehart, coautor del artículo publicado bajo el título "El sacrificio humano durante el periodo epiclásico en el norte de la cuenca de México", dijo a "Reforma" que la datación por radiocarbono permitió establecer que los cráneos son del periodo 640-890 d.C.
El arqueólogo estadounidense se topó con los cráneos cuando estudiaba las características de las tierras de cultivo lacustre de Xaltocan en el periodo posclásico. "Al recorrer el sitio y excavar un poco para conocer los estratos arqueológicos nos topamos con los entierros a unos 30 centímetros de la superficie. Es increíble que se hayan conservado hasta nuestros días", afirmó.
Decapitación única
Meza contó a que la técnica de decapitación usada en estos sacrificios es "única", debido a que la huella del corte está cerca de la nuca entre la primera y la segunda vértebra cervical. En las decapitaciones que se hacían en Teotihuacán o en Tenochtitlán, la capital del imperio azteca, el corte se hacía a partir de la tercera y cuarta vértebras. "Estamos en la fase de limpieza, curaduría y catalogación. La clasificación primaria de unos 60 cráneos nos indica que la mayoría son sujetos adultos, masculinos, algunos presentan deformación craneana y mutilación dentaria", afirmó la especialista mexicana.
Morehart explicó que ahora se tratará de determinar de dónde provenían las personas sacrificadas, si fueron enterradas en la misma época y por qué se eligió ese sitio. Un verdadero misterio que recién ahora está empezando a esclarecerse con el uso de tecnología de punta.
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