31 Enero 2013
SATISFECHO. Washington está conforme con su trabajo en "El vuelo".
Denzel Washington ha sido policía, abogado, gángster... y ahora piloto. En "El vuelo", que llegará en febrero a Tucumán, el ganador de dos Oscar da vida a un capitán de vuelo convertido en héroe ante los ojos de la opinión pública. Pero esa imagen está a punto de desmoronarse, pues bajo su uniforme se oculta un hombre dependiente del alcohol y las drogas. En una entrevista con DPA, Washington habló de las mentiras y el lado oscuro de cada persona.
- Para su película ha trabajado con aviones y pilotos. ¿Se siente ahora más o menos seguro a bordo?
- Bueno, esta es una historia totalmente extraordinaria. Creo que el 99,9 % de los pilotos actúa con profesionalidad, pero las adicciones se dan en todos los sectores, también entre periodistas y camarógrafos, ¿no?
- ¿Es "El vuelo" un thriller sobre un accidente de avión o más bien una película sobre un hombre en crisis?
- Casi ha respondido a su propia pregunta. Creo que se trata de ambas cosas. La secuencia con la caída del avión sólo es el punto de partida para toda la historia.
- ¿Se vio alguna vez en la situación de poder elegir entre reconocer un error o seguir adelante sin que nadie lo note?
- Uff, seguro... Pero ahora no se me ocurre. Seguro que de niño me ocurrió. Cuando uno es pequeño, a menudo cuenta una mentira y mamá responde: 'Ok, ve a la cama', y uno se siente aliviado. Pero nunca tuve una situación tan drástica.
- ¿Le resultó muy duro interpretar a un alcohólico?
- El guión era fantástico y durante semanas lo comenté y trabajé con el autor. Él había tenido antes problemas con el alcohol, pero desde hace años no bebe. Y todos conocemos a alguien con adicciones, o quizá nosotros mismos las tengamos. Por eso, no me resultó un tema ajeno. Y soy actor... ¡ese es mi trabajo!
- ¿Pero ser actor no es equiparable a mentir, no es cierto?
- Aha, ¡eso es lo que cree! No, se trata de interpretar un papel. Tenía la ventaja de que este papel estaba muy definido en el guión, y eso se debía a que el guionista sabía muy bien de lo que hablaba gracias a sus experiencias personales. Y todo eso lo preparamos mucho.
- Para su película ha trabajado con aviones y pilotos. ¿Se siente ahora más o menos seguro a bordo?
- Bueno, esta es una historia totalmente extraordinaria. Creo que el 99,9 % de los pilotos actúa con profesionalidad, pero las adicciones se dan en todos los sectores, también entre periodistas y camarógrafos, ¿no?
- ¿Es "El vuelo" un thriller sobre un accidente de avión o más bien una película sobre un hombre en crisis?
- Casi ha respondido a su propia pregunta. Creo que se trata de ambas cosas. La secuencia con la caída del avión sólo es el punto de partida para toda la historia.
- ¿Se vio alguna vez en la situación de poder elegir entre reconocer un error o seguir adelante sin que nadie lo note?
- Uff, seguro... Pero ahora no se me ocurre. Seguro que de niño me ocurrió. Cuando uno es pequeño, a menudo cuenta una mentira y mamá responde: 'Ok, ve a la cama', y uno se siente aliviado. Pero nunca tuve una situación tan drástica.
- ¿Le resultó muy duro interpretar a un alcohólico?
- El guión era fantástico y durante semanas lo comenté y trabajé con el autor. Él había tenido antes problemas con el alcohol, pero desde hace años no bebe. Y todos conocemos a alguien con adicciones, o quizá nosotros mismos las tengamos. Por eso, no me resultó un tema ajeno. Y soy actor... ¡ese es mi trabajo!
- ¿Pero ser actor no es equiparable a mentir, no es cierto?
- Aha, ¡eso es lo que cree! No, se trata de interpretar un papel. Tenía la ventaja de que este papel estaba muy definido en el guión, y eso se debía a que el guionista sabía muy bien de lo que hablaba gracias a sus experiencias personales. Y todo eso lo preparamos mucho.