El yerbiao, alma y esencia de La ciénaga
La tradicional Fiesta del Yerbiao volvió a marcar a fuego a los vecinos de La Ciénaga. No sólo porque llegaron pobladores de Anfama, San José de Chasquivil y Mala Mala, sino porque los juegos, las destrezas y los bailes reavivaron una vieja tradición que ha comenzado a prender también entre los jóvenes. El fotógrafo Franco Vera registró estas imágenes de una aventura sorprendente.
De mano en mano
El yerbiao, esos mates gigantes que se preparan con yerba, alcohol, muña muña, chachacoma y albaca, se pasan de mano en mano durante la fiesta.
Pura destreza
Uno de los atractivos de la fiesta es la doma. En ella, los jinetes demuestran su destreza para manejar a los caballos más bravos del valle. También la yerra está presente en la exhibición.
Práctica y juego
Los chicos también se divierten. En esta secuencia de imágenes logradas por Franco Vera, dos chicos del valle practican la "pialada" o enlazada. Uno de ellos, bastante diestro por cierto, logró atrapar el pie de su compañero de juego, ganándose los aplausos de todos.
Claro de luna
A la madrugada, el valle muestra toda su magnificencia. Entre las nubes iluminadas por la luna llena, pueden divisarse las luces de Tafí del Valle y de El Mollar, que son como piedras preciosas en medio de la montaña. Una postal que conmueve y arrebata por su belleza y misterio.
Todo a cuestas
Terminada la fiesta, todo se coloca sobre el lomo del caballo para poder transportalo sin problemas por los escarpados caminos del valle. Incluso los parlantes que sirvieron para la música se montan sobre el animal.