27 Enero 2013
Las cinco distorsiones que enfrían la economía
Con la vigencia de tantos tipos de cambio en el país, los agentes económicos tratan de anticiparse y cubrirse, lo cual no es "gratis" en materia de nivel de actividad porque implica posponer decisiones de consumo e inversión, afectando negativamente la tasa de crecimiento del PBI, señala un informe elaborado por la consultora Economía & Regiones.
La Argentina ha frenado el ritmo de crecimiento durante 2012. Después de venir expandiéndose a "tasas chinas", la actividad sintió el efecto del agotamiento y ahora se encamina hacia un año con fuerte crecimiento del gasto público, con grandes riesgos de emisión monetaria y, además, con expectativas inflacionarias crecientes. En una economía capitalista el sistema de precios es un mecanismo que utilizan los agentes individuales para transmitir "qué" y "cuánto" van a consumir a los empresarios productores, que son quienes invierten y deciden "qué" y "cuánto" producir, plantea un informe de Economía & Regiones (E&R). "En este marco, un escenario sin distorsión de precios relativos es condición necesaria (no suficiente) para crecer sustentablemente en el largo plazo, lo cual implica niveles adecuados de inversión que generen nuevos puestos de trabajo", puntualiza el diagnóstico al que accedió LA GACETA.
Por el contrario, indica la consultora, la distorsión de precios relativos, que surge de la manipulación artificial de precios hacia el alza o hacia la baja, impide que los recursos se asignen eficientemente al ciclo productivo, atentando finalmente contra la inversión, el consumo y el nivel de actividad.
"Cuanto más fuertes sean las distorsiones y más tiempo duren, más aumenta la probabilidad que el proceso de crecimiento económico comience a languidecer y luego se termine abortando", advierte. En la actualidad la economía presenta cinco distorsiones que son las principales responsables del enfriamiento del nivel de actividad. Están interrelacionadas y se auto refuerzan, lo cual contribuye a multiplicar el problema a medida que pasa el tiempo.
El primer factor es la política nacional de subsidios, que mantiene artificialmente bajos los precios de algunos servicios como la energía eléctrica, el gas natural y el transporte, y el exceso de gasto público. El segundo factor es la elevada presión tributaria. El tercero es el unitarismo fiscal y el cuarto son las trabas a las importaciones. Finalmente, está la política cambiaria, que genera un sistema múltiple de tipos de cambio que distorsiona precios e impide una asignación eficiente de recursos, enumera Economía & Regiones.
SUBSIDIOS
El principal responsable del incremento en el gasto
Según Economía & Regiones, la política de subsidios fue la principal responsable del incremento exponencial del gasto público y la "vuelta" del déficit fiscal del sector público nacional. De hecho, en los últimos 10 años Argentina es el único país de la región que escogió un modelo económico "pro" Estado en el cual el sector público gana participación relativa en detrimento del sector privado dentro de la estructura de la economía. Entre 2001 y 2012 en Argentina, el peso relativo del gasto público aumentó 44%, mientras que en los otros países de la región se mantuvo prácticamente invariable. La eliminación de los subsidios es condición necesaria pero no suficiente para resolver favorablemente esta distorsión. Si la desaparición de los subsidios no se tradujera en ahorro fiscal sino que se destinara a financiar otros gastos, se corregiría en parte la distorsión de ciertos precios, pero la distorsión económica fundamental seguiría "en pie": exceso estructural de gasto público. Justamente, este exceso conlleva a la segunda distorsión: exceso de presión tributaria e inflación.
MAS PRESION
Los nocivos efectos de la suba impositiva y la inflación
La expansión desmedida de los subsidios y el exceso de gasto público
condujeron a subir la presión tributaria y cuando ésta comenzó a alcanzar su límite, obligó al Banco Central (BCRA) a emitir cada vez más pesos para financiar al Tesoro. A los efectos negativos de la distorsión de precios relativos también hay que sumarle el impacto nocivo que la elevada presión tributaria tiene sobre la inversión y el nivel de actividad. En la última década la presión tributaria argentina creció un 60% y en la actualidad es la más alta de la región ubicándose en un nivel record histórico, lo cual "ahoga" al sector privado y también afecta negativamente al nivel de actividad. Argentina es el único país de la región que ha adoptado un modelo pro agrandamiento del Sector Público y achicamiento del sector privado. Los otros países de la región han mantenido su presión tributaria prácticamente constante en los últimos 10 años, permitiendo que los sectores privados de sus economías también aprovecharan los beneficios del positivo contexto internacional imperante durante los últimos dos lustros.
UNITARISMO FISCAL
Las provincias pierden más participación en los ingresos
El aumento de la presión tributaria está concentrado en la esfera nacional y no se "derrama" hacia las provincias. En el país, la mayor parte de la recaudación se la apropia el Gobierno nacional que casi no presta servicios públicos. Por el contrario, las provincias, que prestan los servicios públicos esenciales y tienen a su cargo el 70% de las obligaciones de gasto, sólo se apropian del 30% de la torta tributaria total, lo que causa problemas de financiamiento a la educación, la salud y la justicia, deteriorando la calidad del servicio público y afectando negativamente el crecimiento y desarrollo económico de largo plazo. En los últimos 10 años la presión tributaria nacional creció 15 puntos. La presión tributaria provincial aumentó sólo 1,8 puntos, pasando de 3,8% (2002) a 5,6% (2012). Para peor, la suba de la presión tributaria nacional se concentró en impuestos que no se coparticipan, reduciendo más la participación de las provincias en la torta de la recaudación. De hecho, la coparticipación se redujo 4 puntos porcentuales en términos de recaudación entre 2002 (30%) y 2012 (26%), según Economía & Regiones.
LAS TRABAS
La caja que genera los dólares que se necesitan
El verdadero objetivo de las trabas a las importaciones es la "caja" en dólares. Las trabas son la variable de ajuste. El gobierno busca obtener un determinado superávit fiscal y ajusta las trabas a las importaciones según el ingreso de dólares por exportaciones que haya. En Argentina, el 80% de las importaciones se encuentran ligadas a la industria y a los ciclos productivos que son intensivamente dependientes en insumos, bienes intermedios y de capital extranjeros. Las trabas son una distorsión porque impiden la eficiente asignación de recursos esenciales, atentando contra la capacidad de producción, la generación de puestos de trabajo y la tasa de crecimiento de la economía. En este marco, se entiende la importante contribución que las restricciones a importar hicieron al enfriamiento del nivel de actividad, que ya lleva más de año y medio. Además, se institucionalizó un régimen de "compensación" de importaciones con exportaciones, que sin lograr aumentar las ventas al exterior, generó ganancias extraordinarias al sector exportador, vía comisiones, por "ceder" exportaciones que de todas maneras realizaban.
TIPOS DE CAMBIO
Esquema institucionalizado "para todos y todas"
Argentina siguió una política cambiaria diametralmente opuesta a la de sus países vecinos. Durante los últimos años nuestro país escogió depreciar el tipo de cambio nominal por medio de la emisión monetaria, o sea a cambio de inflación. Por el contrario, los otros países de la región escogieron apreciar el tipo de cambio nominal y controlar la inflación, por lo que experimentaron una apreciación del tipo de cambio real vía (nominador), una "verdadera" ganancia de poder adquisitivo de sus monedas. En la actualidad, en Argentina hay un sinfín de tipos de cambio que genera ganadores y perdedores a nivel microeconómico, pero indudablemente afecta negativamente a toda la macroeconomía. ¿Por qué? Porque el mercado percibe que esta situación no es sostenible en el largo plazo y descuenta una futura devaluación del tipo de cambio y aceleración inflacionaria, dice E&R. En este marco, los agentes económicos tratan de cubrirse, lo cual no es "gratis" en materia de nivel de actividad porque implica posponer decisiones de consumo e inversión, afectando la tasa de crecimiento del PBI.
Por el contrario, indica la consultora, la distorsión de precios relativos, que surge de la manipulación artificial de precios hacia el alza o hacia la baja, impide que los recursos se asignen eficientemente al ciclo productivo, atentando finalmente contra la inversión, el consumo y el nivel de actividad.
"Cuanto más fuertes sean las distorsiones y más tiempo duren, más aumenta la probabilidad que el proceso de crecimiento económico comience a languidecer y luego se termine abortando", advierte. En la actualidad la economía presenta cinco distorsiones que son las principales responsables del enfriamiento del nivel de actividad. Están interrelacionadas y se auto refuerzan, lo cual contribuye a multiplicar el problema a medida que pasa el tiempo.
El primer factor es la política nacional de subsidios, que mantiene artificialmente bajos los precios de algunos servicios como la energía eléctrica, el gas natural y el transporte, y el exceso de gasto público. El segundo factor es la elevada presión tributaria. El tercero es el unitarismo fiscal y el cuarto son las trabas a las importaciones. Finalmente, está la política cambiaria, que genera un sistema múltiple de tipos de cambio que distorsiona precios e impide una asignación eficiente de recursos, enumera Economía & Regiones.
SUBSIDIOS
El principal responsable del incremento en el gasto
Según Economía & Regiones, la política de subsidios fue la principal responsable del incremento exponencial del gasto público y la "vuelta" del déficit fiscal del sector público nacional. De hecho, en los últimos 10 años Argentina es el único país de la región que escogió un modelo económico "pro" Estado en el cual el sector público gana participación relativa en detrimento del sector privado dentro de la estructura de la economía. Entre 2001 y 2012 en Argentina, el peso relativo del gasto público aumentó 44%, mientras que en los otros países de la región se mantuvo prácticamente invariable. La eliminación de los subsidios es condición necesaria pero no suficiente para resolver favorablemente esta distorsión. Si la desaparición de los subsidios no se tradujera en ahorro fiscal sino que se destinara a financiar otros gastos, se corregiría en parte la distorsión de ciertos precios, pero la distorsión económica fundamental seguiría "en pie": exceso estructural de gasto público. Justamente, este exceso conlleva a la segunda distorsión: exceso de presión tributaria e inflación.
MAS PRESION
Los nocivos efectos de la suba impositiva y la inflación
La expansión desmedida de los subsidios y el exceso de gasto público
condujeron a subir la presión tributaria y cuando ésta comenzó a alcanzar su límite, obligó al Banco Central (BCRA) a emitir cada vez más pesos para financiar al Tesoro. A los efectos negativos de la distorsión de precios relativos también hay que sumarle el impacto nocivo que la elevada presión tributaria tiene sobre la inversión y el nivel de actividad. En la última década la presión tributaria argentina creció un 60% y en la actualidad es la más alta de la región ubicándose en un nivel record histórico, lo cual "ahoga" al sector privado y también afecta negativamente al nivel de actividad. Argentina es el único país de la región que ha adoptado un modelo pro agrandamiento del Sector Público y achicamiento del sector privado. Los otros países de la región han mantenido su presión tributaria prácticamente constante en los últimos 10 años, permitiendo que los sectores privados de sus economías también aprovecharan los beneficios del positivo contexto internacional imperante durante los últimos dos lustros.
UNITARISMO FISCAL
Las provincias pierden más participación en los ingresos
El aumento de la presión tributaria está concentrado en la esfera nacional y no se "derrama" hacia las provincias. En el país, la mayor parte de la recaudación se la apropia el Gobierno nacional que casi no presta servicios públicos. Por el contrario, las provincias, que prestan los servicios públicos esenciales y tienen a su cargo el 70% de las obligaciones de gasto, sólo se apropian del 30% de la torta tributaria total, lo que causa problemas de financiamiento a la educación, la salud y la justicia, deteriorando la calidad del servicio público y afectando negativamente el crecimiento y desarrollo económico de largo plazo. En los últimos 10 años la presión tributaria nacional creció 15 puntos. La presión tributaria provincial aumentó sólo 1,8 puntos, pasando de 3,8% (2002) a 5,6% (2012). Para peor, la suba de la presión tributaria nacional se concentró en impuestos que no se coparticipan, reduciendo más la participación de las provincias en la torta de la recaudación. De hecho, la coparticipación se redujo 4 puntos porcentuales en términos de recaudación entre 2002 (30%) y 2012 (26%), según Economía & Regiones.
LAS TRABAS
La caja que genera los dólares que se necesitan
El verdadero objetivo de las trabas a las importaciones es la "caja" en dólares. Las trabas son la variable de ajuste. El gobierno busca obtener un determinado superávit fiscal y ajusta las trabas a las importaciones según el ingreso de dólares por exportaciones que haya. En Argentina, el 80% de las importaciones se encuentran ligadas a la industria y a los ciclos productivos que son intensivamente dependientes en insumos, bienes intermedios y de capital extranjeros. Las trabas son una distorsión porque impiden la eficiente asignación de recursos esenciales, atentando contra la capacidad de producción, la generación de puestos de trabajo y la tasa de crecimiento de la economía. En este marco, se entiende la importante contribución que las restricciones a importar hicieron al enfriamiento del nivel de actividad, que ya lleva más de año y medio. Además, se institucionalizó un régimen de "compensación" de importaciones con exportaciones, que sin lograr aumentar las ventas al exterior, generó ganancias extraordinarias al sector exportador, vía comisiones, por "ceder" exportaciones que de todas maneras realizaban.
TIPOS DE CAMBIO
Esquema institucionalizado "para todos y todas"
Argentina siguió una política cambiaria diametralmente opuesta a la de sus países vecinos. Durante los últimos años nuestro país escogió depreciar el tipo de cambio nominal por medio de la emisión monetaria, o sea a cambio de inflación. Por el contrario, los otros países de la región escogieron apreciar el tipo de cambio nominal y controlar la inflación, por lo que experimentaron una apreciación del tipo de cambio real vía (nominador), una "verdadera" ganancia de poder adquisitivo de sus monedas. En la actualidad, en Argentina hay un sinfín de tipos de cambio que genera ganadores y perdedores a nivel microeconómico, pero indudablemente afecta negativamente a toda la macroeconomía. ¿Por qué? Porque el mercado percibe que esta situación no es sostenible en el largo plazo y descuenta una futura devaluación del tipo de cambio y aceleración inflacionaria, dice E&R. En este marco, los agentes económicos tratan de cubrirse, lo cual no es "gratis" en materia de nivel de actividad porque implica posponer decisiones de consumo e inversión, afectando la tasa de crecimiento del PBI.
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