En el verano, las migrañas crónicas frenan el descanso y atentan contra el placer de la pareja

En el verano, las migrañas crónicas frenan el descanso y atentan contra el placer de la pareja

27 Enero 2013
Cada verano, el 2% de la población, que padece migrañas crónicas, se enfrenta a un desafío enorme: superar el efecto discapacitante que provoca un fuerte dolor de cabeza y un cortejo de otros síntomas. Fundamentalmente, cuando todo está dispuesto para el placer y el disfrute de unas buenas vacaciones o de la intimidad de la pareja.

Las migrañas son consideradas crónicas cuando afectan a una persona al menos 15 veces por mes, cuatro horas por día, durante tres meses como mínimo.

"En verano, quienes las padecen en forma crónica ven peligrar sus vacaciones porque las migrañas son altamente discapacitantes ya que, uno de los factores desencadenantes es el calor y la exposición al sol", dijo Pablo Ariel Schubaroff, neurólogo del FLENI y del Hospital Municipal Profesor Dr. Bernardo A. Houssay.

Lo que se pierde
A causa de ellas, que se presentan a veces con vómitos, náuseas y mareos, muchos pierden días de trabajo, vida social y momentos de descanso y placer en lo personal", dijo el especialista en cefaleas.

Además, según datos estadísticos publicados en medios especializados, entre un 80% y un 90% de trastornos psiquiátricos como depresión y problemas de ansiedad derivan de esta singular dolencia que tiene una base genética importante.

"El cerebro de una persona con migrañas crónicas está genéticamente predispuesto a generar una inflamación cerebral que produce un enorme dolor, por lo que es recomendable extremar cuidados", explicó el médico.

Los episodios son provocados muchas veces por factores externos, entre ellos, el calor: "cualquier cambio de clima, pero el calor en particular, puede ser un desencadenante de tremendos dolores y de momentos de tensión", aclaró el especialista.

En este sentido, el especialista agregó: "Es importante que quien padece migraña crónica se mantenga siempre correctamente hidratado e intente reducir la exposición al calor".

Los anteojos de sol son otro infaltable para quienes padecen esta patología considerada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una enfermedad "altamente discapacitante" y muy difícil de controlar.

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