26 Enero 2013
DE PARO. Los trabajadores del subterráneo llevan ocho días de protestas. REUTERS
ATENAS.- El Gobierno de Grecia, que dirige el conservador Andonis Samaras, forzará a los empleados del subterráneo, trenes de corta distancia, colectivos, trolebuses y tranvías de Atenas a volver al trabajo, para poner fin a una huelga que hoy cumple nueve días.
La decisión fue anunciada por el ministro de Desarrollo y Transportes, Kostis Jatzidakis, luego de una reunión de casi cinco horas con Samaras. "Ni el Gobierno ni la sociedad pueden ser tomados como rehenes de los intereses de las corporaciones", afirmó, al criticar la postura de los trabajadores que están en paro contra los planes oficiales de reducir salarios y de eliminar su actual convenio colectivo.
Un Tribunal consideró ilegal la huelga, con el argumento de que no contempla la prestación de los servicios mínimos por razones de interés público. Para que se ponga en marcha la movilización forzosa de los trabajadores, el Poder Ejecutivo debe ahora comunicarla a la administración de la región de Ática, que, a su vez, deberá notificarla a cada uno de los empleados.
Frente a esta medida gubernamental, los sindicatos reaccionaron duramente y anunciaron que seguirán y profundizarán las protestas. "Este tipo de medidas son costumbres de las dictaduras", denunció el presidente del gremio del subte, Andonis Stamatopulos, quien pidió "al pueblo" que se solidarice con los huelguistas. "Resistiremos hasta la muerte", afirmó, por su parte, el dirigente del sector, Manzos Tsakos.
La Confederación General de Trabajadores de Grecia, principal central obrera, le pidió al Gobierno que de marcha atrás y no aplique esta medida, que ya provocó divisiones entre los partidos que lo acompañan, como la agrupación centroizquierdista Dimar. También hubo fuertes cuestionamientos desde la Alianza de Izquierda Radical (Syriza), principal fuerza de oposición. (Télam)
La decisión fue anunciada por el ministro de Desarrollo y Transportes, Kostis Jatzidakis, luego de una reunión de casi cinco horas con Samaras. "Ni el Gobierno ni la sociedad pueden ser tomados como rehenes de los intereses de las corporaciones", afirmó, al criticar la postura de los trabajadores que están en paro contra los planes oficiales de reducir salarios y de eliminar su actual convenio colectivo.
Un Tribunal consideró ilegal la huelga, con el argumento de que no contempla la prestación de los servicios mínimos por razones de interés público. Para que se ponga en marcha la movilización forzosa de los trabajadores, el Poder Ejecutivo debe ahora comunicarla a la administración de la región de Ática, que, a su vez, deberá notificarla a cada uno de los empleados.
Frente a esta medida gubernamental, los sindicatos reaccionaron duramente y anunciaron que seguirán y profundizarán las protestas. "Este tipo de medidas son costumbres de las dictaduras", denunció el presidente del gremio del subte, Andonis Stamatopulos, quien pidió "al pueblo" que se solidarice con los huelguistas. "Resistiremos hasta la muerte", afirmó, por su parte, el dirigente del sector, Manzos Tsakos.
La Confederación General de Trabajadores de Grecia, principal central obrera, le pidió al Gobierno que de marcha atrás y no aplique esta medida, que ya provocó divisiones entre los partidos que lo acompañan, como la agrupación centroizquierdista Dimar. También hubo fuertes cuestionamientos desde la Alianza de Izquierda Radical (Syriza), principal fuerza de oposición. (Télam)
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