Por Nicolás Iriarte
25 Enero 2013
FELICES. Paola y "Pulguita" ya tienen la libreta en mano y ahora reciben la lluvia de arroz que le prepararon sus familiares. Luego del sí, hubo una recepción con empanadas preparadas por Bety, mamá de Luis.
El día transcurre en Simoca abrazado a un calor intenso. Pero no es uno más, porque "Pulguita" Rodríguez, el goleador de Atlético, se casa por civil. Una llamativa carpa ubicada sobre la vereda de la casa en la que vivirá con su flamante esposa, invita a la ceremonia. Adentro no hay ningún Luis, ni "Pulga" ni "Pulguita". Está Miguel, el nombre por el que todos conocen al jugador allí.
También se lo ve a Walter, que maneja todos los detalles de la boda de su hermano, pero tiene un rótulo mucho más importante dentro del casamiento: es el celestino oficial de la pareja que Miguel formó con Paola Velardez, su novia desde hace siete años. El ex volante de Atlético la conoció gracias a una antigua relación y reposando de una lesión, aprovechó la visita de "Pulguita" a su departamento para presentarlos. "Nunca imaginé que todo terminaría así", dice el mayor de los Rodríguez.
Nadie lo hizo. Los encuentros y las citas comenzaron a escondidas y con un pequeño detalle: Velardez es de "Tucumán", como dicen muchos en el interior, refiriéndose a la capital. Las candidatas simoqueñas quedaron descartadas de plano. "Es joven para casarse, él es mi chiquito", decía Beatriz Ardilez, su madre. Horas antes del casamiento, charló con "Pulguita" y le dijo que ahora quedaría soltera. "Me vas a dejar sola", lo retó. "Mamá, yo voy a venir todos los días", intentó convencerla.
El locutor anuncia que los novios deben aproximarse al atrio, y luego de que escuchan los deberes que el Código Civil demanda, se produce la primera mención a su carrera en la mañana. Florentino Farina, el Juez de Paz pide un aplauso extra para el "hijo pródigo de Simoca", una diferencia con el resto, que hasta allí no se había hecho. El magistrado, incluso, pidió sacarse una foto con él, algo que no se vio durante la ceremonia familiar.
Escuchando hablar a la madre, es inevitable recordar un episodio que de dio después de que Atlético regresara de Córdoba con el ascenso a Primera resuelto. Madre e hijo mantienen una relación más que especial. "Mamá, yo no voy a cortar hasta que dejes de llorar", le decía él por teléfono, cuando el plantel estaba en pleno viaje. Basta sólo con enterarse de que Bety está resfriada para que el goleador agarre el auto y conduzca hasta Simoca para cuidarla.
Luego de que nació el delantero, Beatriz tuvo su noveno hijo, una mujercita que falleció a los siete meses de vida y eso terminó apegándola mucho a su "Miguel". "Yo sé que no es lo mismo, pero Paola viene a llenar ese vacío que me quedó a mi después de eso", confiesa la mujer. "Estamos muy agradecidos a Dios por su llegada. Yo sé que él quiere ser padre (por "Pulguita) y yo abuela".
Una de las incógnitas es si Paola podrá reproducir fielmente el guiso de arroz con pollo que cocina su suegra, el plato favorito de su flamante esposo. Cuando "Pulguita" se fue de pretemporada este verano, suegra y nuera pasaron mucho tiempo juntas, entonces Bety aprovechó para enseñarle muchas de las cosas que mantienen feliz a su hijo. "Estoy segura que lo podrá hacer igual que yo", afirma Beatriz. Rubén Rodríguez parece estar en otro mundo. La idea de que su hijo se case también lo tomó por sorpresa, pero también está orgulloso como 'Bety', con quién está casado desde hace bastante. Ella trató de ponerse de ejemplo a seguir para la nueva pareja. Bety sueña con que Paola y Miguel vivan una vida igual de feliz.
También se lo ve a Walter, que maneja todos los detalles de la boda de su hermano, pero tiene un rótulo mucho más importante dentro del casamiento: es el celestino oficial de la pareja que Miguel formó con Paola Velardez, su novia desde hace siete años. El ex volante de Atlético la conoció gracias a una antigua relación y reposando de una lesión, aprovechó la visita de "Pulguita" a su departamento para presentarlos. "Nunca imaginé que todo terminaría así", dice el mayor de los Rodríguez.
Nadie lo hizo. Los encuentros y las citas comenzaron a escondidas y con un pequeño detalle: Velardez es de "Tucumán", como dicen muchos en el interior, refiriéndose a la capital. Las candidatas simoqueñas quedaron descartadas de plano. "Es joven para casarse, él es mi chiquito", decía Beatriz Ardilez, su madre. Horas antes del casamiento, charló con "Pulguita" y le dijo que ahora quedaría soltera. "Me vas a dejar sola", lo retó. "Mamá, yo voy a venir todos los días", intentó convencerla.
El locutor anuncia que los novios deben aproximarse al atrio, y luego de que escuchan los deberes que el Código Civil demanda, se produce la primera mención a su carrera en la mañana. Florentino Farina, el Juez de Paz pide un aplauso extra para el "hijo pródigo de Simoca", una diferencia con el resto, que hasta allí no se había hecho. El magistrado, incluso, pidió sacarse una foto con él, algo que no se vio durante la ceremonia familiar.
Escuchando hablar a la madre, es inevitable recordar un episodio que de dio después de que Atlético regresara de Córdoba con el ascenso a Primera resuelto. Madre e hijo mantienen una relación más que especial. "Mamá, yo no voy a cortar hasta que dejes de llorar", le decía él por teléfono, cuando el plantel estaba en pleno viaje. Basta sólo con enterarse de que Bety está resfriada para que el goleador agarre el auto y conduzca hasta Simoca para cuidarla.
Luego de que nació el delantero, Beatriz tuvo su noveno hijo, una mujercita que falleció a los siete meses de vida y eso terminó apegándola mucho a su "Miguel". "Yo sé que no es lo mismo, pero Paola viene a llenar ese vacío que me quedó a mi después de eso", confiesa la mujer. "Estamos muy agradecidos a Dios por su llegada. Yo sé que él quiere ser padre (por "Pulguita) y yo abuela".
Una de las incógnitas es si Paola podrá reproducir fielmente el guiso de arroz con pollo que cocina su suegra, el plato favorito de su flamante esposo. Cuando "Pulguita" se fue de pretemporada este verano, suegra y nuera pasaron mucho tiempo juntas, entonces Bety aprovechó para enseñarle muchas de las cosas que mantienen feliz a su hijo. "Estoy segura que lo podrá hacer igual que yo", afirma Beatriz. Rubén Rodríguez parece estar en otro mundo. La idea de que su hijo se case también lo tomó por sorpresa, pero también está orgulloso como 'Bety', con quién está casado desde hace bastante. Ella trató de ponerse de ejemplo a seguir para la nueva pareja. Bety sueña con que Paola y Miguel vivan una vida igual de feliz.
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