Por Marcelo Aguaysol
25 Enero 2013
El tren de los anuncios pasa más seguido en los años electorales. Y, generalmente, se quedan en el andén cuando las urnas revelan el resultado. La reapertura de los talleres taficeños y la construcción de dos puentes en el Central Córdoba siempre estuvieron en el cofre de las promesas de los gobernantes.
Tras el anuncio del gobernador José Alperovich, al parecer la revolución ferroviaria sugerida por el ministro Florencio Randazzo llegará al interior. Y que esta vez habrá un aval político para llevarlo adelante. Sin embargo, estas obras chocan contra la incredulidad social. Esta es la octava vez en la última década que se habla de desajustar el cinturón ferroviario que envuelve la ciudad y la enésima vez de la reactivación de los talleres de Tafí Viejo. El Gobierno nacional parece que abrió el grifo al financiamiento discrecional de proyectos políticos. Sería, entonces, una oportunidad para que Tucumán lo aproveche y logre concretar esas obras. Sería un modo de que el tren de la historia pare, de una vez por todas.
Tras el anuncio del gobernador José Alperovich, al parecer la revolución ferroviaria sugerida por el ministro Florencio Randazzo llegará al interior. Y que esta vez habrá un aval político para llevarlo adelante. Sin embargo, estas obras chocan contra la incredulidad social. Esta es la octava vez en la última década que se habla de desajustar el cinturón ferroviario que envuelve la ciudad y la enésima vez de la reactivación de los talleres de Tafí Viejo. El Gobierno nacional parece que abrió el grifo al financiamiento discrecional de proyectos políticos. Sería, entonces, una oportunidad para que Tucumán lo aproveche y logre concretar esas obras. Sería un modo de que el tren de la historia pare, de una vez por todas.
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