Netanyahu ganó, pero no llegó a la mayoría propia

Netanyahu ganó, pero no llegó a la mayoría propia

Extrema paridad de fuerzas en el Parlamento.

24 Enero 2013
JERUSALÉN.- El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, consiguió una estrecha victoria en las elecciones del martes, pero los votantes descontentos con su gestión le dieron un apoyo masivo a un nuevo partido de centro, que obtuvo el segundo lugar. Esta situación le impone el desafío de formar un complejo Gobierno de coalición con grupos de centro, de izquierda y de la minoría árabe en el Parlamento.

El próximo paso es que el presidente israelí, Shimon Perez, encargue a Netanyahu, de 63 años, la formación del Gobierno, pero nadie aventura cómo podrá ser su composición. "El resultado es una oportunidad para imponer los cambios que los ciudadanos israelíes desean. Tenemos la oportunidad de hacer grandes cosas en interés del Estado de Israel", señaló el primer ministro en la madrugada de ayer.

Los comicios cristalizaron la demanda por una mayor atención a los temas domésticos por sobre las ambiciones de los políticos religiosos y ultraconservadores, y principalmente dejaron de lado temas como los amenazantes planes nucleares de Irán y las aspiraciones de los palestinos.

El mandatario derechista se adjudicó la victoria, después de que su partido Likud y su aliado ultranacionalista Yisrael Beitenu se quedaran con 31 de los 120 diputados del Parlamento. El resultado lo convirtió en el mayor bloque legislativo, pese a perder 11 bancas. En total, los partidos religiosos y de derecha obtuvieron la mitad de los escaños (11 escaños fueron para el ultraortodoxo partido sefardí Shas; otros tantos al sionista religioso Hogar Judío, y 7 al askenazí Judaísmo Unido de la Torá), lo que refleja un deterioro del dominio que Netanyahu disfrutó por cuatro años, avalado por la comunidad religiosa.

Los partidos de centro, de izquierda y del bloque árabe consiguieron la otra mitad de la Cámara.

El premier rápidamente buscó abrirse a sus oponentes al decirles que deseaba formar una coalición lo más amplia posible, un proceso que tomará varias semanas.

"Un golpe para Netanyahu", tituló ayer el diario de mayor venta en Israel, Yedioth Ahronoth, para expresar la sorpresa ante el repentino avance del flamante partido de centro Yesh Atid (Existe un Futuro, cuyo principal referente es el ex presentador de televisión, Yair Lapid), que obtuvo 19 sillones legislativos y quedó en segundo lugar, cuatro bancas por delante del Partido Laborista, de centroizquierda.

Estas dos agrupaciones se vieron beneficiadas por el resentimiento de una clase media secular que soportan una enorme carga tributaria por los subsidios para los judíos ultraortodoxos, los que no están obligados a realizar el servicio militar. Poner fin a estos privilegios y reanudar las negociaciones de paz con los palestinos son dos de las condiciones que pondrá Yesh Atid para llegar a un pacto de poder.

Otro posible socio es el centrista Kadima, que ya integró una anterior y breve coalición con el Likud, pero se desplomó y sólo obtuvo dos escaños en la Kneset (Parlamento). La ex canciller Tzipi Livni, con los 6 diputados que consiguió su partido, el recién nacido Hatnuá, tampoco parece un socia muy factible. Su prédica antes de las elecciones era que todas las fuerzas de centro y progresistas se unieran para desbancar a Netanyahu.

Preocupación palestina
Los palestinos reaccionaron con cautela ante el resultado de las elecciones y expresaron sus dudas sobre si un futuro Gobierno israelí estará más dispuesto que el actual a buscar compromisos comunes para pacificar la región.

"Los resultados de las elecciones israelíes han favorecido a los partidos más fanáticos y racistas, que están de acuerdo en mantener la ideología sionista, basada en el judaísmo, en la colonización y en el desplazamiento de los palestinos", declaró el vocero de Hamas en Gaza, Fawzi Barhum. (Reuters-DPA-Télam)

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