En San Pedro, las trencitas son sinónimo de vacaciones

En San Pedro, las trencitas son sinónimo de vacaciones

Son el boom de este verano mucho más que años anteriores y la moda está llegando también a los adultos. Se vienen las rastas.

QUE PASE EL QUE SIGUE. Lalo coloca las trenzas en 10 minutos; el grueso del trabajo lo trae de su casa. LA GACETA / FOTOS DE MARIA SILVIA GRANARA QUE PASE EL QUE SIGUE. "Lalo" coloca las trenzas en 10 minutos; el grueso del trabajo lo trae de su casa. LA GACETA / FOTOS DE MARIA SILVIA GRANARA
21 Enero 2013
Arranca en marzo, cuando muchos de sus colegas dicen "al fin vacaciones". Eduardo Mohr junto a algunos miembros de su familia, se pone como meta armar mínimo 10 trencitas por día. "Mi mujer es como los empleados públicos: si le pedís que haga 10, eso es lo que va a hacer, ni una más ni una menos. No le digas que haga 11 porque ya te mira con una cara...", bromea "Lalo", como lo conocen todos en la feria de San Pedro, en diagonal a la plaza principal. Y cuando llega el verano, llega también el momento de cosechar la siembra.

Es un clásico de la temporada colaleña el volverse a casa con una trencita bahiana, de esas que ponen color y un toque veraniego en el pelo de chicas, chicos y grandes. Pero este año, el éxito que tiene este accesorio sorprende incluso a los que viven de su fabricación y venta. "Es que, si te vas de vacaciones y no volvés con una trencita, es como si nunca te hubieras ido", sentencia Lalo. Y claro, si no lo dice él...

En un puesto ubicado a pocos metros, su hijo Alejandro (31 años) también se está ganando el verano con las populares trencitas. Él, además, adicionó piercings que coloca en el acto (colocación más arito, $45), aunque las bahianas siguen siendo las más pedidas. Este año hicieron furor con unas armadas con hilos de colores, aunque las de piedritas y caracoles siguen siendo las más buscadas.

Pero además de las trenzas, que son el boom este año mucho más que otros, se suma otro accesorio que va ganando adeptos: las rastas postizas. El puestero Marcelo Jiménez, está sorprendido por el éxito que tienen este verano las rastas y se está especializando en su creación y colocación. "Las trenzas siempre fueron un clásico de esta galería de artesanos, pero este año se sumaron las rastas y al menos en mi puesto las piden más. Las hago con pelo artificial de muy buena calidad y se las teje con el pelo de la persona", afirma.

Por día, los puesteros colocan alrededor de 30 trenzas. No hay que tener el ojo muy entrenado para darse cuenta de que todos quieren llevar una en el pelo: por las calles de San Pedro de Colalao, son más los que adornan su pelo con este accesorio que los que lo miran pasar y la moda ya se está contagiando también a los adultos.

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