20 Enero 2013
En Cevil Redondo esperan agua hace 20 años
La de Cevil Redondo es la comuna más grande del Municipio de Yerba Buena; la de San Javier, la más pequeña. LA GACETA recorrió ambas jurisdicciones y recogió una variada lista de quejas de los vecinos. La carencia del líquido vital está a la cabeza. La siguen la inseguridad, y la falta de asistencia sanitaria y de acceso a soluciones habitacionales
PROTESTA. El viernes los vecinos del barrio 21 de Septiembre, en Cevil Redondo, tomaron el edificio donde funciona la comuna ante la falta de agua potable. LA GACETA / FOTO DE HECTOR PERALTA
Los vecinos de los 24 barrios que integran la comuna de Cevil Redondo comparten un problema: la deficiencia en el suministro de agua.
Esa "bomba de tiempo" estalló el viernes, cuando habitantes de los barrios 21 de septiembre e Islas Malvinas cortaron en dos tramos distintos la ruta 315. Pero la bronca no se limitó a los piquetes, y desde aquella mañana más de 50 personas tomaron la sede de la comuna de Cevil Redondo, que conduce el dirigente alperovichista Alejandro Sangenis (h).
El hecho que generalizó el enojo fue el corte total del suministro de agua al barrio 21 de Septiembre. Esa barriada depende de uno de los dos pozos que administra la comuna. "Mi marido sufre una enfermedad grave y lo tienen que operar en las próximas semanas. No puede ser que no tenga agua para cuidarlo como se debe", dijo ofuscada María Angela Rossi a LA GACETA. Este tipo de circunstancias se multiplican en Cevil Redondo donde -según Sangenis- viven unas 30.000 personas.
El viernes, cuando este diario fue al lugar, Sangenis no estaba en la comuna. Hugo César Torres, el subdelegado comunal, aseguró que su jefe estaba de viaje en Buenos Aires, gestionando fondos, y aceptó explicar los motivos de la falta de suministro. "Estas cañerías tienen más de 40 años y las gestiones anteriores jamás invirtieron plata para reemplazarlas. Además, el legislador Sisto Terán Nougués (PJ) se comprometió a gestionar desde la Legislatura para que se perfore un pozo en esta zona. Ahora (por el viernes) arreglamos la falla para restablecer el servicio", aseveró. Sin embargo ayer los problemas persistían.
"Seguimos sin agua. No podemos bañarnos, ni lavar la ropa, ni nada. Lo único que hicieron desde la comuna fue repartir bidones de agua mineral de tres o cinco litros", señaló Mary Saracho,
una vecina. Sara Rodríguez contó que tuvieron agua sólo por algunas horas, y que después volvieron a cortar el suministro. Además, comentó que recibieron la visita de funcionarios del PE. "Nos dijeron que el martes nos recibirán en Casa de Gobierno. Esperemos que nos den una solución definitiva, porque no podemos seguir viviendo así. Acá hay muchos chicos. Cuando hablaron con nosotros nos dijeron que hay obras más importantes para hacer. ¿Pero qué puede ser más importante que el agua?", analizó Rodríguez. En este sentido, Cristina Ruiz que vive en el barrio Islas Malvinas dijo que el problema con el agua lleva más de 20 años sin resolverse.
La superficie de Cevil Redondo, cuya jurisdicción va desde el límite con Yerba Buena -marcado por la avenida presidente Perón- hasta el barrio San Felipe -próximo a Tafi Viejo-, presenta un extensa lista de necesidades. La falta de alumbrado público y la inseguridad son temas que desvelan a los habitantes de la comuna. De hecho, la mayoría remarca que en todo ese territorio existen sólo una comisaría y un destacamento policial.
Otras preocupaciones
En el barrio San José I protestaron porque el canal que atraviesa la calle Frías Silva al 100 siempre está tapado por malezas, y los vecinos afirmaron que la falta de semáforos sobre Camino del Perú provoca es un riesgo para los peatones. Mientras que en los barrios Las Acacias y Nicolas III piden que se reparen las cloacas rotas.
Esa "bomba de tiempo" estalló el viernes, cuando habitantes de los barrios 21 de septiembre e Islas Malvinas cortaron en dos tramos distintos la ruta 315. Pero la bronca no se limitó a los piquetes, y desde aquella mañana más de 50 personas tomaron la sede de la comuna de Cevil Redondo, que conduce el dirigente alperovichista Alejandro Sangenis (h).
El hecho que generalizó el enojo fue el corte total del suministro de agua al barrio 21 de Septiembre. Esa barriada depende de uno de los dos pozos que administra la comuna. "Mi marido sufre una enfermedad grave y lo tienen que operar en las próximas semanas. No puede ser que no tenga agua para cuidarlo como se debe", dijo ofuscada María Angela Rossi a LA GACETA. Este tipo de circunstancias se multiplican en Cevil Redondo donde -según Sangenis- viven unas 30.000 personas.
El viernes, cuando este diario fue al lugar, Sangenis no estaba en la comuna. Hugo César Torres, el subdelegado comunal, aseguró que su jefe estaba de viaje en Buenos Aires, gestionando fondos, y aceptó explicar los motivos de la falta de suministro. "Estas cañerías tienen más de 40 años y las gestiones anteriores jamás invirtieron plata para reemplazarlas. Además, el legislador Sisto Terán Nougués (PJ) se comprometió a gestionar desde la Legislatura para que se perfore un pozo en esta zona. Ahora (por el viernes) arreglamos la falla para restablecer el servicio", aseveró. Sin embargo ayer los problemas persistían.
"Seguimos sin agua. No podemos bañarnos, ni lavar la ropa, ni nada. Lo único que hicieron desde la comuna fue repartir bidones de agua mineral de tres o cinco litros", señaló Mary Saracho,
una vecina. Sara Rodríguez contó que tuvieron agua sólo por algunas horas, y que después volvieron a cortar el suministro. Además, comentó que recibieron la visita de funcionarios del PE. "Nos dijeron que el martes nos recibirán en Casa de Gobierno. Esperemos que nos den una solución definitiva, porque no podemos seguir viviendo así. Acá hay muchos chicos. Cuando hablaron con nosotros nos dijeron que hay obras más importantes para hacer. ¿Pero qué puede ser más importante que el agua?", analizó Rodríguez. En este sentido, Cristina Ruiz que vive en el barrio Islas Malvinas dijo que el problema con el agua lleva más de 20 años sin resolverse.
La superficie de Cevil Redondo, cuya jurisdicción va desde el límite con Yerba Buena -marcado por la avenida presidente Perón- hasta el barrio San Felipe -próximo a Tafi Viejo-, presenta un extensa lista de necesidades. La falta de alumbrado público y la inseguridad son temas que desvelan a los habitantes de la comuna. De hecho, la mayoría remarca que en todo ese territorio existen sólo una comisaría y un destacamento policial.
Otras preocupaciones
En el barrio San José I protestaron porque el canal que atraviesa la calle Frías Silva al 100 siempre está tapado por malezas, y los vecinos afirmaron que la falta de semáforos sobre Camino del Perú provoca es un riesgo para los peatones. Mientras que en los barrios Las Acacias y Nicolas III piden que se reparen las cloacas rotas.
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