La precariedad es ley en los Concejos del interior

La precariedad es ley en los Concejos del interior

Puertas y escaleras que no llevan a ningún sitio, viejas sillas que ni siquiera pertenecen a un mismo juego, turnos para que los ediles utilicen una oficina y hasta computadoras que prácticamente perdieron la batalla contra las máquinas de escribir. Tal es la realidad en la mayoría de las sedes de los Concejos Deliberantes en las ciudades del interior de la provincia

VANGUARDIA. En recinto de sesiones del Concejo Deliberante de San Miguel de Tucumán le lleva años luz a las salas donde debaten los ediles del interior. VANGUARDIA. En recinto de sesiones del Concejo Deliberante de San Miguel de Tucumán le lleva años luz a las salas donde debaten los ediles del interior.
20 Enero 2013
La mesa de madera ocupa casi la totalidad de la habitación. La humedad come las paredes y un ventilador apenas espanta el sopor veraniego. Las sillas -no hay dos de un mismo juego- en las que se ubicará los invitados se traen desde otros cuartos. La computadora es una antigüedad; y el servicio de WiFi, un anhelo impensado. No, no es la descripción del comedor de una casa cualquiera. Bien podría tratarse de la realidad de al menos 10 Concejos Deliberantes de municipios tucumanos. LA GACETA relevó las condiciones en la que se legisla en ciudades del Gran San Miguel de Tucumán y en otras del interior. Edificios vetustos, falta de espacio y escasos elementos de trabajo hacen que la precariedad sea ley en los cuerpos deliberativos. Los ediles del interior no gozan de las comodidades que disfrutan los legisladores, que habitan un moderno edificio desde febrero del año pasado.

No es literatura
El Concejo de Banda del Río Salí parece salido de un cuento fantástico. A medida de que uno lo recorre, halla puertas, ventanas y hasta escaleras en lugares insólitos. Lo más llamativo es que no conducen a ningún lado. Se trata de las huellas de los tantísimos remiendes a los que fue sometida la vieja casa de Mario Bravo al 1.000, desde que alberga el cuerpo -1997-. La propiedad es alquilada. Los empleados comentan que siempre sobraron ganas de comprarla, pero faltaron recursos. Lo trabajadores atesoran algunas "reliquias", como la añeja mesa de madera sobre la que se sesiona y las butacas de los ediles. El único aire acondicionado está instalado en la presidencia; y el teléfono fijo es sólo un recuerdo. Por lo tanto, tampoco cuentan con internet en las cinco o seis computadoras de escritorio que están distribuidas en los despachos de la docena de ediles. Eso sí, las máquinas de escribir funcionan muy bien. 

El Concejo de Las Talitas, ubicado sobre calle William Cross, muestra un panorama mejor. Pero la humedad es un problema con el que se pelea cuerpo a cuerpo. Desde hace 18 años, el municipio alquila dos casas contiguas. La sala de sesiones es una pequeña habitación, en la parte trasera de una de ellas. Frente a esta hay una cocinita derruida; y hacia el fondo, vestigios de un jardín. El presidente del cuerpo, Carlos Nájar, contó que de a poco van mejorando las instalaciones. Últimamente se compraron muebles, netbooks para los 10 concejales -cuentan con servicio de WiFi-, y se planea cambiar los acondicionadores de aire de pared por splits. "Durante las vacaciones emprenderemos obras pedidas por los ediles: pintura y ese tipo de arreglos. Y haremos otra oficina, porque una concejala no tiene despacho", indicó. Dijo que quieren comprar el lugar, pero que hay problemas con los papeles de propiedad.

Un cartel delata el pasado del Concejo de Tafí Viejo, sobre la avenida Alem: "Dirección de Rentas". El edil radical Juan Medina describió cómo se acomodan una docena de concejales en pocas oficinas: "tenemos que esperar a que se desocupe alguna y turnarnos cuando vamos todos. La precariedad es alarmante". Relató que planearon hacer boxes en una galería, pero que quedó en la nada. ¿Computadoras? "No hay; creo que al presidente le dieron una notebook", estimó. Según dijo, sólo la secretaria cuenta con una. "Ahí hacen los temarios. Nos prestaron una impresora; a veces imprimíamos el orden del día en un cíber, porque no teníamos toner", contó para ejemplificar lo que llamó: "falta de independencia en el manejo de los recursos".

En Yerba Buena, el cuerpo sesiona en una galería comercial. En varias ocasiones durante el año pasado, ediles se quejaron porque los baños no funcionaban. Tampoco cuentan con aire acondicionado. En los últimos tiempos se analizó la posibilidad de mudarse a un edificio más cómodo, donde solía funcionar un colegio, pero aún no hay detalles concretos al respecto.

"Esto es un desastre. Yo pongo mi computadora, mi papel, mi impresora, resmas, lapiceras y hasta mis sillas. Los oficialistas por ahí tienen algunos beneficios", repudió el radical Mariano Campero. Retrata con otro ejemplo la falta de mobiliario: cuando hay sesiones, los ediles bajan sillas de sus oficinas para el público. "La precariedad de los concejos tiene que ver con la forma de gobierno actual. El intendente manda y sólo importa la intendencia. Los concejos no discuten, sólo acatan órdenes", concluyó Campero.

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