El Gobierno afirma que no le pone techo a las paritarias

El Gobierno afirma que no le pone techo a las paritarias

Señalan que la situación política y económica del país no se asemeja al "Rodrigazo". De Mendiguren encendió la mecha de una discusión sobre posibles desbordes inflacionarios. "Fue una expresión infeliz".

LA VOZ OFICIAL. Juan Abal Medina reclamó responsabilidad a la hora de negociar las futuras subas salariales. DYN LA VOZ OFICIAL. Juan Abal Medina reclamó responsabilidad a la hora de negociar las futuras subas salariales. DYN
19 Enero 2013
BUENOS AIRES.- El jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, desestimó ayer que el Gobierno quiera poner techos a las paritarias nacionales. "Pedimos responsabilidad, las paritarias son cada una distinta, son sectores distintos; lo que sí hay es interés de algunos, como algún permanente monopolio, que quieren que a la Argentina le vaya mal", remarcó.

El funcionario pidió dinámica, seriedad y responsabilidad en la discusión salarial para "cuidar lo que se ha logrado". Además, recalcó que el Poder Ejecutivo "escuchó" los reclamos de la Confederación General del Trabajo (CGT) y de la Central de Trabajadores Argentinos respecto del Impuesto a las Ganancias.

En la misma jornada, el jefe de ministros y el economista Juan Carlos de Pablo coincidieron en señalar que la situación política y económica actual no es comparable con la del denominado "Rodrigazo" de junio de 1975. Las declaraciones del ministro y del economista se conocieron como respuesta al pedido de los empresarios de adelantar la discusión salarial ante el riesgo de provocar un desborde inflacionario. El jueves, el presidente de la Unión Industrial Argentina, José Ignacio de Mendiguren, había expresado que las negociaciones salariales podrían causar un "Rodrigazo" -denominación dada al primer mega-ajuste en la historia económica argentina-

"Fue una expresión infeliz por parte del titular de esa entidad (fabril), yo creo que no hay absolutamente nada de eso", señaló el funcionario kirchnerista.

De Pablo, por su parte, consideró que no están dadas las condiciones de "debilidad" política para que suceda otro "Rodrigazo", aunque puso de manifiesto que, como en 1975, existen "distorsiones" en las tarifas y el tipo de cambio.

El 4 de junio de 1975, el entonces ministro de Economía, Celestino Rodrigo, dispuso un ajuste que duplicó los precios y provocó una crisis en el gobierno de María Estela Martínez de Perón. Rodrigo quería eliminar la distorsión de los precios relativos con un fuerte incremento en la cotización del dólar de 160% para el cambio comercial y 100% para el cambio financiero. La tasa de inflación llegó hasta tres dígitos anuales y los precios nominales subieron en 183%, al finalizar 1975.

El contexto previo al Rodrigazo fue el pacto de precios y salarios entre empresarios y sindicatos, alentado por uno de los antecesores de Rodrigo, José Ber Gelbard.

Sintonía empresarial
La posición del referente industrial fue avalada ayer por el presidente de la Asociación de Bancos de Capital Argentino (Adeba), Jorge Brito, quien manifestó que hay que ser conscientes que debe repartirse "lo que se tiene", aunque aclaró que no se puede distribuir lo que "no se tiene".

"En estos años, las paritarias posibilitaron un aumento importante (para los trabajadores registrados)", dijo el presidente del Banco Macro. "La lucha de salarios y precios no favorece a nadie, perjudica a todos, a trabajadores y empresarios", agregó.

Por su parte, Carlos de la Vega, titular de la Cámara Argentina de Comercio (CAC), advirtió que puede haber "fines políticos" de algunos sectores sindicales que apuran la discusión salarial para el inicio del año.

"Esta situación por parte de los sectores gremiales más numerosos y representativos, produce expectativas en los trabajadores sobre los montos de los futuros incrementos de salarios, que en la gran mayoría los percibirá gradualmente a lo largo del año", consideró de la Vega, quien añadió que la dirigencia empresaria, gremial y política, debe actuar con prudencia y responsabilidad para no genera conflictos ante la sociedad. (DyN-Télam)

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