19 Enero 2013
PARÍS/NUEVA YORK.- Los primeros enfrentamientos entre las tropas francesas y los islamistas en Mali mostraron que los combatientes del desierto de Sáhara están mejor preparados y equipados de lo que Francia había previsto antes de la intervención militar de la semana pasada. A esta conclusión llegaron diplomáticos en las Naciones Unidas. "El costo de un fracaso en Mali sería alto para todos, no sólo para su pueblo", admitió un representante africano, bajo condición de que no se difunda su identidad.
La constatación de que los combates podrían ser más sangrientos de lo previsto en las semanas o meses próximos, podría hacer que los países occidentales sean más reacios a implicarse con Francia, que mantiene la esperanza de un apoyo internacional más activo. "Es posible que algunos países europeos decidan no solamente aportar ayuda logística, sino poner a disposición de nuestra intervención grupos de soldados", declaró el canciller, Laurent Fabius, antes de entrar a una reunión con el presidente, François Hollande, y los principales comandantes militares.
"Nuestros enemigos estaban bien armados, bien equipados, bien entrenados y determinados. La primera sorpresa fue que algunos de ellos están resguardando el terreno", señaló un diplomático francés, admitiendo así que el impacto de seis días de ataques aéreos fue menor al esperado y que se subestimó el poder insurgente. "Están combatiendo con más fortaleza de lo que habíamos previsto", agregó el representante de otro país occidental.
Soldados de Chad
Tropas francesas, malienses y africanas se enfrentan a un coalición de grupos identificados con Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), acostumbrados a batallar en la arena a diferencia de los franceses. Se espera que el arribo de unos 2.000 soldados de Chad, que tienen amplia formación en lucha en el desierto, sea decisiva. Nicolas van de Walle, profesor de la Universidad de Cornell, dijo que los rebeldes han demostrado un "conocimiento superior de un terreno muy difícil, con gran capacidad para atravesar las fronteras y una movilidad impresionante".
El primer objetivo de París, frenar la ofensiva islamista sobre la capital, Bamako, fue alcanzado, pero aún resta mucho para controlar todo el país. A ese logro se suma la recuperación por el Ejército maliense de las importantes ciudades de Konna (su caída derivó en la intervención gala en su ex colonia, hace nueve días) y de Diabali, aunque el escenario en este enclave no estaba definido. (Reuters-DPA)
La constatación de que los combates podrían ser más sangrientos de lo previsto en las semanas o meses próximos, podría hacer que los países occidentales sean más reacios a implicarse con Francia, que mantiene la esperanza de un apoyo internacional más activo. "Es posible que algunos países europeos decidan no solamente aportar ayuda logística, sino poner a disposición de nuestra intervención grupos de soldados", declaró el canciller, Laurent Fabius, antes de entrar a una reunión con el presidente, François Hollande, y los principales comandantes militares.
"Nuestros enemigos estaban bien armados, bien equipados, bien entrenados y determinados. La primera sorpresa fue que algunos de ellos están resguardando el terreno", señaló un diplomático francés, admitiendo así que el impacto de seis días de ataques aéreos fue menor al esperado y que se subestimó el poder insurgente. "Están combatiendo con más fortaleza de lo que habíamos previsto", agregó el representante de otro país occidental.
Soldados de Chad
Tropas francesas, malienses y africanas se enfrentan a un coalición de grupos identificados con Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), acostumbrados a batallar en la arena a diferencia de los franceses. Se espera que el arribo de unos 2.000 soldados de Chad, que tienen amplia formación en lucha en el desierto, sea decisiva. Nicolas van de Walle, profesor de la Universidad de Cornell, dijo que los rebeldes han demostrado un "conocimiento superior de un terreno muy difícil, con gran capacidad para atravesar las fronteras y una movilidad impresionante".
El primer objetivo de París, frenar la ofensiva islamista sobre la capital, Bamako, fue alcanzado, pero aún resta mucho para controlar todo el país. A ese logro se suma la recuperación por el Ejército maliense de las importantes ciudades de Konna (su caída derivó en la intervención gala en su ex colonia, hace nueve días) y de Diabali, aunque el escenario en este enclave no estaba definido. (Reuters-DPA)
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