09 Enero 2013
ROMA.- Silvio Berlusconi tiene pocas posibilidades de alzarse con la victoria en las elecciones del próximo mes en Italia, pero aún podría convertirse en árbitro de la situación política del país. Roberto D'Alimonte, uno de los más prestigiosos analistas políticos de Italia, dice que el ex primer ministro, luego de unir fuerzas con su principal socio de gobierno, la Liga Norte, tal vez consiga aguar la fiesta a los rivales de centro-izquierda y hacerle un favor a su sucesor, el premier Mario Monti.
Enfrascado en una campaña mediática implacable, en la que prácticamente a diario aparece en un plató de televisión o en la radio, el zar mediático de 76 años afirma que su coalición de centro-derecha ha ganado un 10 % más en las encuestas durante las últimas semanas.
No obstante, los sondeos indican que el Partido Democrático (PD) y sus aliados de izquierda se sitúan ampliamente por delante con el 40 % de los respaldos, mientras que Berlusconi y sus aliados contarían con el 25 % de los apoyos y la lista centrista de Monti el 15 %.
Berlusconi tiene "cero" posibilidades de salir como el máximo ganador en las elecciones del próximo 24-25 de febrero, aseguró D'Alimonte. "Pero Berlusconi tendrá el papel del voto no útil", pronosticó.
Y eso podría ser posible por la intrincada ley electoral italiana, que concede escaños adicionales al partido o alianza ganadora, pero bajo normas diferentes entre la Cámara de Diputados, la cámara baja del Parlamento, y el Senado de la república.
En la cámara baja, un 55 % de los escaños está reservado para el ganador a nivel nacional, un precio que el partido de centro izquierda espera conseguir fácilmente. Pero en el Senado "se premia" la mayoría de forma regional, lo que significa que el PD y sus aliados tendrían que alzarse con la victoria en las regiones más grandes (como Lombardía), que tradicionalmente han sido bastiones conservadores, para conseguir con una amplia mayoría que les garantice la gobernabilidad.
Eso se ha visto complicado con el anuncio de la nueva alianza entre el partido conservador de Berlusconi, el Pueblo de la Libertad (PDL) y el independentista Liga Norte, una formación xenófoba y antieuropea asentada en las regiones más ricas del país, en el norte. Berlusconi aceptó la demanda de la Liga de que no iba a encabezar la candidatura para la jefatura del gobierno, sino sólo a liderar la campaña de centro derecha. Así, el que fuera tres veces primer ministro sugirió que podría ocupar la cartera de Economía".
Si no cuenta con la mayoría en el Senado, el jefe del Partido Democrático, Pier Luigi Bersani, se vería obligado a entrar en coalición con la lista de Monti, quien se presenta como líder de una coalición de centro que actualmente cuenta en los sondeos con un 15 % de los apoyos.
Así que a la vez de complicarle a la vida política a Bersani, quien es visto como el probable nuevo premier, Berlusconi podría estar poniéndole las cosas más fáciles a Monti, el técnico que lo sucedió en el último gobierno, y a quien acusa implacablemente de haber logrado un desempleo récord en Italia y de haber sumido al país en una profunda recisión. Pero, todo ello le daría la oportunidad a él de ser el poder en la sombra. (DPA)
Enfrascado en una campaña mediática implacable, en la que prácticamente a diario aparece en un plató de televisión o en la radio, el zar mediático de 76 años afirma que su coalición de centro-derecha ha ganado un 10 % más en las encuestas durante las últimas semanas.
No obstante, los sondeos indican que el Partido Democrático (PD) y sus aliados de izquierda se sitúan ampliamente por delante con el 40 % de los respaldos, mientras que Berlusconi y sus aliados contarían con el 25 % de los apoyos y la lista centrista de Monti el 15 %.
Berlusconi tiene "cero" posibilidades de salir como el máximo ganador en las elecciones del próximo 24-25 de febrero, aseguró D'Alimonte. "Pero Berlusconi tendrá el papel del voto no útil", pronosticó.
Y eso podría ser posible por la intrincada ley electoral italiana, que concede escaños adicionales al partido o alianza ganadora, pero bajo normas diferentes entre la Cámara de Diputados, la cámara baja del Parlamento, y el Senado de la república.
En la cámara baja, un 55 % de los escaños está reservado para el ganador a nivel nacional, un precio que el partido de centro izquierda espera conseguir fácilmente. Pero en el Senado "se premia" la mayoría de forma regional, lo que significa que el PD y sus aliados tendrían que alzarse con la victoria en las regiones más grandes (como Lombardía), que tradicionalmente han sido bastiones conservadores, para conseguir con una amplia mayoría que les garantice la gobernabilidad.
Eso se ha visto complicado con el anuncio de la nueva alianza entre el partido conservador de Berlusconi, el Pueblo de la Libertad (PDL) y el independentista Liga Norte, una formación xenófoba y antieuropea asentada en las regiones más ricas del país, en el norte. Berlusconi aceptó la demanda de la Liga de que no iba a encabezar la candidatura para la jefatura del gobierno, sino sólo a liderar la campaña de centro derecha. Así, el que fuera tres veces primer ministro sugirió que podría ocupar la cartera de Economía".
Si no cuenta con la mayoría en el Senado, el jefe del Partido Democrático, Pier Luigi Bersani, se vería obligado a entrar en coalición con la lista de Monti, quien se presenta como líder de una coalición de centro que actualmente cuenta en los sondeos con un 15 % de los apoyos.
Así que a la vez de complicarle a la vida política a Bersani, quien es visto como el probable nuevo premier, Berlusconi podría estar poniéndole las cosas más fáciles a Monti, el técnico que lo sucedió en el último gobierno, y a quien acusa implacablemente de haber logrado un desempleo récord en Italia y de haber sumido al país en una profunda recisión. Pero, todo ello le daría la oportunidad a él de ser el poder en la sombra. (DPA)
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