Por Carlos Werner
06 Enero 2013
Cuando un especial es tan cortito como el de ayer, suena a juego de niños. Error: en el Dakar hay que ser adulto hasta en cómo se respira. Esto es, nadie puede subestimar nada, y nada debe ser tomado a la ligera. Hay una carrera en curso, es cierto, pero también una estrategia, que no es de ayer ni de hoy, sino que fue armada, al menos por los principales equipos, muchas semanas atrás en que fuera puesta en el terreno. Es decir, la cuestión de ayer era de estudio, como un primer round de boxeadores que no se conocen y tratan de ver qué hay del otro lado. Había un algo que varios buscaron, aunque no lo digan: no empezar adelante hoy en el segundo día, para no ser el primero en abrir camino en las dunas. Si estuvo bien o no pensar eso, está por verse. En terrenos tan desconocidos, un desliz o un obstáculo no visible tienen un costo personal (de orgullo herido) y de equipo (de orgullo y dinero) demasiado alto. Y con eso no se juega.
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